por Matias Ayrala
17 Julio de 2021 08:00Ella es una estrella en el mundo de las redes sociales. En Tik Tok, Jessica Eli Maciel tiene más de 1.900.000 seguidores y cosecha casi 49 millones de Me gusta por sus actuaciones en los videos cortos de la aplicación. Además, en sus cuentas de Instagram, Kwai y Facebook tiene más de 150 mil fans.
Pero hay más. A sus divertidísimas actuaciones, La Maciel le agregó música y, hace pocos días, en la plataforma YouTube, estrenó su videoclip Tranquilo, que ya tuvo miles de likes y más casi 20 mil reproducciones en menos de una semana.
“Hace dos años y medio empezó mi carrera fuerte en redes sociales. En realidad, empecé con transmisiones en vivo en Facebook. Era algo que me divertía y le divertía a otros. Así que transmitía cuando cocinaba, cuando armaba un vestuario o cuando estaba con amigas que era muy cómico. A partir de ahí me abrí una fanpage y explotó. Pero gracias a Tik Tok, antes de la pandemia, explotó todo. ”, relata Jessica en una entrevista con BigBang.
-¿Vos ya trabajabas como actriz?
-Hacía un unipersonal en avenida Corrientes, al que realmente iban a verme solo mis amigas. (risas) La típica de ser artista independiente y sólo queda llevar a los amigos para que compren las entradas todos los fines de semanas, aunque ya sabían todo lo que iba a hacer. Esa era la historia de mi vida: las entradas las vendía por Facebook a mis amigos, si no la compraban, no les hablaba. (Risas) Horrible lo mío. Un día, un amigo me dijo: “Vení, vamos a hacer un Tik Tok”. No sabía qué era eso. Pero lo hicimos. Me divirtió, bajé la aplicación y empecé a hacer lo que hacían todos. La mímica. Un día empecé a ver referentes que hacían comedia y ponían su voz. Y eso me gustó. Entonces descubrí algo muy particular.
-¿Qué descubriste?
-A mí se me ve muy bien físicamente. Es como que se me ve 100% femenina, salí linda a mi vieja, tengo el pelo de Pocahontas, un cuerpo impresionante. Pero que tengo la voz de mi viejo. (Se ríe) Todo no podía ser perfecto en la vida. En Tik Tok me empezó a ir bien pero todos pensaron que era una chica más que hacía videos. No se habían dado cuenta que era trans. Entonces a medida que fui viendo diferentes, empecé a hacer videos de comedias con mi voz. Justamente mi primer video más llamativo tuvo que ver con ese juego con la voz, en el que decía que parecía una Barbie pero era un Ken. Ese explotó. Se hizo viral y empecé a subir seguidores.
-¿Guionás cada video o son espontáneos?-A veces guiono. Pero mis videos más exitosos son los que me salen en el momento por una situación cualquiera. La gente se debe sentir identificada. Otro punto a favor fue que me empezaron a seguir muchos famosos y algunos hacían videos con mi voz, entonces era muy divertido. Pero la frutilla de la torta fue el día que Thalía subió uno de mis videos a sus historias. ¡Casi me muero! Tuvimos un mínimo cruce de palabras y para mí, que soy de la época de la novela Marimar, fue una locura. Eso me dio mucha más trascendencia.
-Después de eso te volviste una figura pública de esa aplicación.
-Sí, fue una alegría absoluta. Fue uno de los logros más grandes de mi vida. Puede sonar raro para muchos. Y la verdad es que no quiero victimizarme por ser trans. A cualquier persona se le hace difícil la vida y a una, tal vez, un poco más. Ese hecho me movió todo. Estuve llorando como 40 minutos cuando me enteré. Era algo que no esperaba y me parecía imposible para una artista independiente que hacía videos en una app. Y hasta el día de hoy no puedo creer lo que me está pasando. Lo más importante es que no me falta trabajo ni un día. Cuando yo era una mujer que vivía del sueldo del esposo y no me alcanzaba para llegar a fin de mes y rascábamos la olla. Otro hecho increíble fue la invitación que me hicieron otros tiktokers, antes de la pandemia, a una reunión con fans en los Bosques de Palermo. Yo no lo podía creer. ¿Cómo iba a tener fans? Cuando llegué, estuve 5 horas sacándome fotos con casi mil personas. Una locura. Me parecía un sueño.
-¿Por qué?
-Porque yo soy de la época del artículo 92, “ropa no adecuada al sexo”, nos detenía la Policía, la gente nos miraba raro y con asco, no nos aceptaban porque había leyes que nos ponían en el lugar de contraventora. Y hoy, que pueda salir a la calle y que la gente me pida una foto, o me hable con cariño, o me dé un abrazo, para mí sigue siendo muy loco.
-Es cierto que vivimos un cambio absoluto en, relativamente, poco tiempo en la inclusión y la diversidad en Argentina. Obviamente que existen los homófobos, pero son cada día menos.
-Claro. Y todo eso es un cambio en mi vida tremendo. Soy muy agradecida por todo lo que pasa. Creo mucho en la Ley de Acción y Reacción, y en Dios por supuesto. Igual te juro que dos por tres, me quiebro, sola, porque no puedo creer lo que me ha pasado y lo que me pasa. Por eso lo disfruto hasta el último segundo. Por otra parte, en busca de esa felicidad, me cambié el sexo hace 23 años en Ecuador. Y en el año 2005 inicié un juicio civil para que se me reconozca femenina en el DNI, cuando no existía la Ley de Identidad de Género. Todo es duró un año, que fue un año de que me examinen como extraterrestre. Hasta que lo gané.
-¿De qué trabaja una influencer y estrella de redes sociales?
-Hoy por hoy, trabajo fuerte hace un año y pico para la nueva aplicación Kwai, en donde genero contenido, y se dio gracias a Tik Tok. También trabajo viralizando los temas nuevos que sacan los cantantes. Ese es uno de los trabajos que hacemos casi todos los tik tokers. Hay una agencia que trabaja con Tik Tok y nos contacta para que hagamos coreografías o cantando una canción. Nosotros cobramos por eso porque viralizamos la canción. Y también trabajo en Instagram donde siempre sale algo en todo momento. Por otra parte, hace seis meses estamos ensayando una obra que se llama La Academia tik toker, una obra de tik tokers, que va a estrenar en unas semanas. Y también saqué una canción mía y estrené el video en Youtube, que tienen que ver con la comedia.
-En tus redes compartís momentos con tu marido y tu suegra, ¿cómo surgió eso?
-Porque me gustó y le gusta mucho a la gente. Queda divertido. Encima a mi marido Mariano no le gusta la cámara y eso es lo que más me gusta a mí. Todo lo que hago lo obligo o lo prometo algo (Risas). Y él está siempre con cara de ojete en todo momento.
-¿Cómo se conocieron con tu marido?
-Nos conocemos hace mucho tiempo. Mariano a mí me conoció porque yo trabajaba bailando el caño, la típica de toda travesti que quiere ser bailarina. Y lo conocí en un boliche porque él era habitué. Nos hicimos amigos. Yo estaba recién rompiendo una relación tóxica horrenda y él me daba consejos. Fue un inesperado. Hasta que un día me invitó a mi casa, surgió y ya son 15 años que estamos juntos. Pasamos por todas. El bien, el mal, los celos, los cuernos y todo. Para mí es la pareja perfecta. Es compañero, es súper trabajador y súper responsable. Y también es importante que no nos vemos que durante ocho horas en el día y eso juega a favor. Además, por si la gente piensa que mi vida es perfecta, estamos casados. (risas) Nos casamos hace cinco años ya.
-¿Cómo fue tu historia antes de ser Jessica?
-Nací en Los Polvorines, me crié en Grand Bourg casi hasta los 14 años. En esa época, era todo muy difícil. La mayoría de las familias preferían un hijo chorro que un hijo puto. Y a mí me tocó esa. Me tocó que irme de mi casa a muy temprana edad. Toda mi adolescencia se interrumpió. Fue horrible. Por eso yo también opino que la prostitución no está buena y no es un trabajo. Aunque algunas chicas trans se enojen. A la gran mayoría de las trans, en su momento, la sociedad nos obligó a ese camino y nos hizo hacer creer que lo único que podíamos servir era eso. En algún momento me lo creí. Tenía 14 años. Como te contaba, me tuve que ir de mi casa porque mi viejo me quería matar. Literalmente. Mi mamá me prohibió vestirme de mujer y mi papá esa noche, les dijo a mis hermanas que cuando mi vieja se durmiera, me iba a llevar al campo y me iba a dar un par de tiros. Y que nadie iba a sospechar que eran ellos. Ahí empezó la aventura porque agarré lo poco que pude y me fui a vivir a la calle. Y empezó la mitad de mi vida, que casi no recuerdo porque fue horrible. Pero pude salir. Un día se dio.
-¿Qué pasó ese día?
-Era un día en el que la vida no tenía ningún sentido para mí. Estaba pensando cómo suicidarme y que no me duela. Caminaba por Capital Federal y se hizo de noche. Encontré un lugar con una lucecita y alguien de seguridad en la puerta. Entré. Era un pub. Me senté y recuerdo que salieron unas transformistas, una de ellas era Mariana A. Y fue como dije ¡Wow! Fue como la película Noche de encanto. Le pregunté al dueño cómo hacía para trabajar de eso. Me dijo que fuera a estudiar teatro. Me anoté en el San Martín al otro día. Igual me la hicieron dificil porque todas las que estaban ahí jamás habían pisado un teatro en su puta vida. Sólo se disfrazaban y hacían mímica de la canción. Pero me puse a estudiar teatro y empecé a ser habitué del lugar y empecé a hacer shows. Un día se hizo un concurso de talentos, que conducía Gonzalo Costa. Lo gané y el premio era trabajar para los boliches de ese señor. Y no me bajé más de un escenario. Ganaba menos de lo que ganaba antes. Pero me sentía limpia y dormía en paz a la noche. Y no tenía que bancarme antes. Pero era feliz, pagaba con poco, una vida que siempre soñé. Y les mostré a mi vieja y a mis hermanos lo que logré.
-¿Volviste a ver a tus padres?
-Sí, hoy tenemos buena relación. Yo tenía una hermana que también era trans y la llevé a vivir conmigo cuando la echaron de la casa. Prácticamente la crié. Ella falleció hace seis años porque tenía problemas con las adicciones. Y los volví a ver porque empezaron a ir al hospital cuando mi hermana estuvo internada. Pero mi mamá no me quería cruzar. Así que a mí se me ocurrió escribir una carta y dejársela a la enfermera. En esa carta le dije que yo había elegido mi vida y que no la elegí para lastimar a nadie. Que era lo que sentía, que era inevitable y que no tenía intención de lastimarla. Y le dije que si tenía que pedirle perdón por haber cambiado de vida, le pedía perdón. Pero nunca lo hice con la intención de lastimarla. A partir de ahí, mi vieja aceptó hablar conmigo y conocer mi vida. (Se emociona y llora) En ese momento, los tuve de frente a los dos y pude decirles todo lo que los odié porque a mí se me truncó la juventud, la adolescencia y muchas cosas que soñaba como trans. Le dije a mi papá que yo escuché que me iba a matar y los perdoné porque odiarlos me hacía mal a mí y no a ellos. Los perdoné para soltar eso que a mí me lastimaba siempre adentro. Cada vez que llegaba un día de la madre, una Navidad o un Año Nuevo.
-¿Y qué pasó?
-Mi papá fue el que me aceptó de una. Mi vida era otra. Estaba casada, tenía mi casa, mi trabajo y no le rompía las pelotas a nadie. Los perdoné. Empezamos a tener relación. Mi papá murió el año pasado pero hasta el último segundo me llamó Jessica. Mi mamá no porque no es que le cuesta sino que lo hace adrede porque es cristiana. Pero tenemos contacto.
-Sin dudas, tu vida y tu lucha les hizo el camino más fácil a las chicas y mujeres trans que hoy buscan su identidad y ser ellas mismas.
-Claro que sí. Hay una frase que dice que muchas corrimos para que otras puedan caminar. Y es así. He estado en muchas ocasiones en manifestaciones cuando no teníamos derechos, que nos cagaban a balazos de gomas. He visto como a diferentes compañeras les reventaban las siliconas a balazos. Yo huía porque era cagona. Y pido perdón. No quería un balazo de goma en vida. Pero se fueron logrando tantas cosas que todas las que antes nos paramos frente a los palazos o a las balas de goma, a reclamar los derechos que nos habían arrebatado, hace que hoy que la vida sea hermosa. A pesar de que el homofóbico siempre está. Antes el mundo era homofóbico. Hoy siempre que me cruzo con alguna compañera que me cuenta que se prostituye, les digo que está mal. Que si es su elección, es un problema. Hoy es un país de las maravillas. Hoy la que quiere, puede. Como sea, la que quiere, puede. Hoy estamos aceptadas. También que la visibilización de una, hace que quieran a muchas. Y ahora hay libertad por la lucha que hubo hace años.
-¿Qué pensás de la Ley de Cupo Laboral Trans?
-Sí, la Ley es muy buena. Pero hay algo que estaría bueno y es que sería bueno que se arme un plan para que las pibas no conozcan la calle y la prostitución. Porque hay una verdad, cuando conocen la calle, después es complicado es complicado que entiendan que tiene que laburar ocho horas y va a ganar un cuarto de lo que ganaba en la calle. Falta como construir algo más. Pero la Ley de Cupo Laboral es muy buena.