Con un precio inicial de siete millones y medio de dólares, Victoria Vannucci y Matías Garfunkel pusieron en venta la mansión que poseen en el barrio porteño de Belgrano.
La casa está valuada en siete millones y medio de dólares.
Y a pesar del valor de la casa, lo que prima, al parecer, es la urgencia. Tanto que el matrimonio, que actualmente reside en Miami, está dispuesto a bajar sus pretensiones a cinco millones, con tal de deshacerse lo antes posible de la casa.
Algo que probablemente tiene que ver con los problemas judiciales de Garfunkel, denunciado por la Procuraduría de Criminalidad Económica y Lavado de Activos por supuesto desvío del dinero público que habría recibido con la pauta publicitaria del Grupo 23.
Amplitud y lujos
El hall de ingreso a la mansión, con la colección de bastones de Garfunkel.
La mansión es un petit-hotel de 1.600 metros cuadrados distribuidos en cuatro pisos, más dos entrepisos y una cochera cubierta para ocho vehículos en el subsuelo.
La mesa de mármol del comedor perteneció a Gianni Versace.
En esa superficie, se distribuyen entre otras habitaciones siete dormitorios -cuatro de ellos en suite con vestidor-, una sala de juegos, terraza con piscina, gimnasio y cava de vinos. Además, la mansión incluye ascensor a todos los pisos, climatizador y dos parrillas: una interna y otra al aire libre.
El set de estatuas y sellos de marfil que la pareja recibió como regalo en su boda.
La decoración de la casa es un catálogo de lujos. Entre otros objetos valiosos, pueden verse obras originales de Benito Quinquela Martín y Antonio Berni; muebles italianos neoclásicos; estatuas y sellos antiguos de marfil; y una colección de bastones perteneciente a Garfunkel y que incluye un bastón de mando del ex presidente Raúl Alfonsín.
Un cuadro de Antonio Berni adorna la chimenea.
"Empecé cuando cumplí 16 años y mi padre me regaló un manuscrito de Napoleón", supo relatar el empresario en relación a su inclinación al coleccionismo. "Desde ese día no paro de buscar estos objetos por todo el mundo".
Los sillones de asta y cuero fueron compradas en París.
"Hace poco llegó a mis manos uno de los más raros. Se trata de la renuncia del presidente Nixon, escrita el 8 de agosto de 1974", agregó. "Es un documento que debería estar en la Biblioteca y Museo Presidencial de Richard Nixon, pero no, está colgando en la pared de mi comedor. Sin embargo, mis favoritos son los manuscritos originales de 'El Aleph' y 'Yo, judío', ambos de Borges".