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La mansión donde Lopilato y Bublé vivirán durante el tratamiento de Noah

La pareja se instaló en Los Ángeles para acompañar a su hijo mayor en su lucha contra el cáncer hepático. Serán al menos cuatro meses. Dónde viven.

10 Noviembre de 2016 05:41
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Michael Bublé y Luisana Lopilato transitan por estas horas uno de los momentos más duros y complejos de su vida. “Soltemos todo y nos vemos en Los Ángeles”, fueron las indicaciones del cantante canadiense, quien se encontraba en Londres cuando su mujer le reveló el jueves 27 de octubre que médicos argentinos le habían encontrado una mancha en el hígado a su hijo mayor, Noah.

Los Bublé se instalaron en su mansión de Los Ángeles para seguir el tratamiento de Noah.

La pareja se encontró el sábado por la tarde en la mansión que el canadiense compró meses antes de conocer a la rubia y por la que pagó US$ 4.100.000. El matrimonio tiene, además, una en Nordelta y otra en Vancouver, Canadá (para conocerlas por dentro, hacé click acá).

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Michael viajó sólo, pero Luisana lo hizo junto a sus dos hijos y sus padres, Eduardo y Bety. Sabían que existía la posibilidad de que esa manchita fuera, en realidad, un tumor.

Luisana mostró la mansión a la revista Gente. La increíble vista de su terraza en Hollywood.

La peor confirmación llegó el lunes, después de que Luisana y Michael llevaran al pequeño Noah a uno de los mejores centros de medicina infantil de la Costa Oeste de Estados Unidos.

Michael invirtió una fortuna para equipar la cocina.

“Allá descubrieron que algo andaba mal. Tenemos muy buenos especialistas, pero por cuestiones personales y familiares Lu y Mike decidieron volar allá para hacer el tratamiento”, reveló Daniela, la hermana mayor de Lopilato.

Las tonalidades elegidas para el living fueron crema y beige.

Acompañados por su familia, los Bublé decidieron instalarse en la fastuosa mansión minimalista de 300 metros cuadrados, ubicada sobre las colinas de Beverly Hills y en la exclusiva Blue Jay Way.

Comodidad y lujo.

La propiedad que el canadiense le compró a la actriz Michelle Johnson tiene tres dormitorios, una sala de estar, cocina americana, un deck con pérgola (y vista a toda la ciudad), pileta y jardín.

La suite principal da a la terraza con pileta. Súper luminosa.

“En Hollywood tenemos vecinos famosos. Estamos enfrente de Jennifer Aniston y cerquita de Tobey Maguire y Keanu Reeves”, destacó la actriz en su paso por el ciclo de Susana Giménez.

El dormitorio de Michael y Luisana.

Jennifer vive justo enfrente de la casa”, sumó Bublé. “Igual es tan residencial que nadie sale”, aclaró Lopilato.

La sala de estar. Televisión, instrumentos musicales y un sillón cómodo.

Pese a que se encuentran a sólo metros de distancia, la actriz oriunda de Parque Chas sólo se cruzó una sola vez con la protagonista de Friends.

El sillón "trono", ¿estilo Vannucci?

“La vi una vez y entrando el auto muy rápido. Lo miré y le dije: 'La vi a Jennifer'. Salimos a ver si estaba en la puerta todavía”, recordó, y sumó: “Nadie se ve, pero después por ahí vas a comer, se te acercan y te dicen: 'Soy tu vecino'. De pronto es Brad Pitt”.

Hollywood, Jennifer Aniston de vecina... pero Lopilato no abandona el mate.

Pero con los lujos que tiene la propiedad, poco importa quiénes salen a la calle. “No quería una casa grandiosa, sino crear un lugar cálido a donde llegar y sentirme cómodo”, detalló el cantante, quien con los años cambió de parecer y ahora enfrenta duras críticas por la faraónica mansión que construye en Canadá (para conocerla, hacé click acá).

La decoración quedó en las manos de Amber, la madre de Michael.

Al momento de la compra, el canadiense y la argentina todavía no habían comenzado su relación. Por este motivo fue Amber, la madre de Michael, la encargada de decorar todos los ambientes.

Además de la pileta, Michael instaló un jacuzzi.

El living, por ejemplo, tiene una mesa mediana, con sillas de estilo Parsons. ¿El detalle de lujo? Tres lámparas de cristal valuadas en tres mil dólares cada una.

El piano de ébano de Bublé, su único capricho en la mansión.

Lo único que pidió el canadiense fue un piano de ébano. Y, claro, lo ubicó como mueble protagonista del living "aterrazado".