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La mucama de Latorre habló del "amante" chileno: "Diego va a tapar todo con plata"

La nueva vida de Soledad en el Chaco. Renunció al juicio. Su amarga queja: "Con la buena onda me fue envolviendo".

07 Diciembre de 2017 13:03
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Soledad Stacul, conocida popularmente como "la mucama de Latorre", lee desde Quitilipi, provincia del Chaco, la noticia de que el fotógrafo chileno Andrés Rebolledo dice que tuvo un romance con su ex jefe y amante.  Su respuesta a BigBang es lo que Facebook entiende por "carcajadas". El resto de la charla no será tan divertido. Soledad no la está pasando bien en estos días.

-¿Te sorprende?

-Me es indiferente.

Captura Sole1

Los posteos de Soledad. 

-¿Evaluaste con el tiempo todo lo que pasó con Latorre?

-Lo que conté fue cierto. Yo lo viví... Él sabe que no miento. Nunca me pagó un peso por haberme echado de un día para el otro, pero perdí afectos y personas que realmente me importaban por culpa de ese episodio, así que me duele más eso que lo que no que no me haya pagado. Yo cometí un error al haberle seguido el juego. No hay un dia que no me arrepienta. A él su vida no le cambió para nada: tiene su familia, tiene trabajo, pero no importa: algún día  voy a superar la vergüenza que da entrar a un negocio y que te recuerden por haberte acostado con un hombre casado.

"Nunca falta algún que otro morboso mandando chats preguntando qué onda Latorre en la intimidad

-¿Para tanto es? ¿Te trata mal la gente por eso?

-Vivimos en una sociedad muy machista. La que perdió aquí soy yo. Nunca mentí y sólo buscaba que me paguen por haberme dejado sin trabajo. Se tergiversó todo y terminó en un escándalo mediático. Mis abogados renunciaron y la verdad es que por vergüenza no seguí. Ellos son poderosos, tapan todo...

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"La rutina es mortal".

La gente es prejuiciosa y más aún en una ciudad tan chiquita como lo es Quitilipi, Chaco. Aquí murmuran, por ahí alguno se olvidó y nunca falta algún que otro morboso mandando chats preguntando qué onda Latorre en la intimidad. O sea: opté por dejar de lado esa experiencia y que todo fluya. Lamento que otra vez se lo acuse de cosas a Diego, pero ÉL sabrá si es cierto o no. A esta altura no me sorprende nada de nadie. Todos tenemos un muertito en el placard , sólo que pocos se hacen cargo como yo lo hice en su momento.  con plata se tapa todo así que eso del chileno también va quedar en el olvido, pero después de todo no es tan malo que tenga diversiones fuera de su casa. Tal vez lo mío se vio muy mal porque sucedió en el seno familiar, pero queda en su consciencia.

"No es tan malo que tenga diversiones fuera de su casa

-¿De qué vivís actualmente?

-Antes cuidaba de mi abuela y toda la familia ayudaba. Mi abu partió hace casi dos meses y hay que remarla. Una amiga de la infancia me dio trabajo en su tienda: se me hizo todo muy difícil después de eso, pero la la plata va y viene: lo que me afecta y mucho es que no puedo ver a los bebés que cuidaba en Buenos Aires. Sus papás se desilusionaron de mí, yo críe a esos niños desde que estaban en la panza de la madre: hoy tienen 7 años y ya no puedo siquiera llamarlos por teléfono. Eso no se recupera nunca más: para eso no hay vuelta atrás.

-Entonces es injusta la gente, porque a esos chicos los cuidaste bien...

-Nunca una queja. Esos niños eran mis hijos del corazón. Hoy me consuelo con ver sus fotos, por eso no quiero. Ni pisar Buenos Aires: muero por verlos y que me abracen como antes. Tal vez no lo entiendan, pero esos niños eran mi vida después de mi abuela y mis hermanos.

"Me dejé envolver y terminé accediendo a ese jueguito que él proponía

-A menudo ponés fotos con leyendas en tu Facebook que parecen estar aludiendo a lo que pasó con Latorre. ¿Es así?

-Siempre que escribo algo es porque lo viví. No sé que tiene de interesante para vos esta charla, si sólo tengo cosas feas para contar. Mi imagen ya nunca cambiará: reconozco que hice mal. No estuvo bien que yo haya permitido que con su buena onda me fuera envolviendo, pero me encontraba en un momento vulnerable. Era la tentación y el temor a perder mi trabajo, qué sé yo. Me deje envolver y terminé accediendo a ese jueguito que él proponía y la que perdió fui yo. Él, no.

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