La novela, ahora con denuncia judicial incluida, de las declaraciones de la mujer cubana Mavys Álvarez pareja del ex capitán de la selección argentina Diego Armando Maradona cuando ella tenía sólo 16 años sumó más capítulos después de que se conoció que en un momento de su relación se planteó la posibilidad de un embarazo.
“En mi ilusión pensé en que iba a tener hijos con Maradona, incluso me hice pruebas de embarazo porque se me atrasaba el período, pienso que por las mismas drogas, tal vez, pero en mi mente, yo en ese momento no estaba bien. Él me dijo que quería tener hijos conmigo”, expresó Álvarez en declaraciones al canal América de Miami, que emitió ayer la segunda parte de a entrevista.
"Hijos de mil put...": la furia de Gianinna, tras la entrevista a la novia menor de edad de Diego
“Mis hijos no son hijos de Maradona”, fue la respuesta que le dio a su entrevistado al ser consultada sobre si sus dos hijos eran del difunto futbolista. A lo largo de su relato, que nadie del entorno Maradona, ni siquiera los que estuvieron con Diego en su internación en Cuba que se extendió por varios años, salieron a negar, la mujer contó detalles íntimos de su vículo.
Incluso Mavys llegó a decir que fue el propio Maradona la que la obligó a consumir cocaína y la terminó convirtiendo en una adicta, pero que al no tener medios para costear su adición, se terminó volcando al alcohol. “Yo fui dejando las drogas por mí misma antes de dejar la relación, fue duro pero me ayudó mucho que él viajara, cada vez que él viajaba, que pasaba tiempo afuera, era tiempo que yo estaba limpia, yo no salía a buscar por ningún otro lugar, pero me refugié mucho en el alcohol. Entonces cuando no me drogaba, tomaba. Fue bien difícil para toda mi familia, bien, bien difícil”, expresó.
"Después de eso el en 2005 viajó y pasaron meses que no me llamaba, no respondía mis llamadas, me llamó un día a las tres de la mañana y yo estaba embarazada, recién me había enterado de que estaba embarazada, y me dice 'hola, Mavys', yo le respondí 'sí, dígame', cuando siempre le decía 'hola, nene' u 'hola, mi vida' y me dijo que hablaba Diego, yo le dije que ya sabía y le pregunté qué quería, ahí se quedó como mudo y yo le corté el teléfono”, recordó.
La mujer aprovechó su historia para enviar un mensaje a las adolescentes. “A las chicas jóvenes les diría que si se cruzan con un hombre mayor o con las tentaciones, lo piensen bien, pueden vivir un momento con ello, pero es muy duro si les pasa algo de lo que yo viví, sí me sentí bien en un momento, pero cuando conocí las drogas todo cambió en mi vida y nada fue para bien”, cerró Álvarez.
La única reacción de la familia Maradona que se conoció ante estas revelaciones vinieron de parte de Gianinna, que salió con los tapones de punta. En primera instancia, dejó dos mensajes lapidarios en sus historias de Instagram. “Hijos de puta. Ni la muerte les deseo simplemente porque allá arriba también le romperían las pelotas”, dijo primero, y después agregó: “No se gasten en escribirme que no me voy a enganchar. Basta, me pudrieron. Los odio a todos. Hijos de mil puta”.
Horas después, subió otro posteo a su feed, algo más calmo y reflexivo, con la frase: “Cada uno siente y se imagina el Maradona que se merece”. Por ahora, es la única del clan que se refirió a todo lo que sucedió.
La primera parte de la entrevista
Mavys en la primera entrega del reportaje contó como fue que conoció a Maradona. “Al principio pensé que quien me proponía eso estaba loco. Era un cubano. Después supe que era el salvavidas del hotel. En el carro, a unos pasos, nos miraba Carlos Ferro Viera, amigo de Maradona. Estuvieron más de una hora convenciéndome de que era importante ayudar a Diego, que era una figura mundial, amigo de Cuba y que estaba deprimido. Y finalmente acepté”, contó.Sentada en el piso del estudio, la rubia comentó que una vez que se subió al auto, desde allí se dirigieron a un hotel de categoría, algo que nunca había hecho, ya que los turistas tenían prohibido entrar a esos lugares. “En el hotel me recibió Guillermo Esteban Coppola, un amigo de Maradona. Ahí me asusté muchísimo porque estaba en toalla y pensé lo peor. Unos minutos después me recibió Maradona. Conversó mucho conmigo y me dio confianza. Me cayó bien. Nunca se propasó. Me invitó junto a mi familia al día siguiente a cenar al palacio Dupont”, añadió.
"Yo era una niña. No tenía maldad ninguna. Él era un extranjero, un rico y se había fijado en mí. No podía decirle que no. Era un privilegio ser su novia”, agregó.
Según contó, Maradona la llevó a vivir con él en La Pradera, un Centro Internacional de Salud, donde el régimen cubano le había habilitado dos casas: una para Diego y otra para su séquito de amigos. “Mi mamá no lo tomó nada bien. Tampoco mi papá. Pero a esa edad uno suele ser muy rebelde y no tener en cuenta el criterio de los padres. La vida con Maradona era muy loca: fiestas, discotecas. Me llevaba a comer. Sinceramente todos los días en la discotecas, cada noche hasta las siete, ocho de la mañana, tomando champagne. Nunca imaginé que después me metería en las drogas de la que me costó tanto trabajo salir”, confesó Mavys. De hecho, denunció que el jugador le propuso en reiteradas oportunidades participar de fiestas sexuales, pero ella siempre dijo que no.
A modo de análisis, dijo que cuando piensa en aquella época, siente pena por ella misma, porque sólo era una niña de 16 años cuando tuvo que enfrentar toda esta situación. "Pero fue una experiencia más que tuve en la vida. No escogemos lo que nos toca vivir. Simplemente me dejé llevar”, dijo.