21 Enero de 2020 08:27
Luego de la renuncia a la Realeza Británica que dio la vuelta al mundo, la actriz y esposa del príncipe Harry, Meghan Markle, ya comenzó a acomodar su nueva vida como una civil más fuera de la corona del Reino Unido y alejada de la Reina Isabel II. Con 38 años, comenzó a instalarse en su nuevo hogar en Canadá junto a su hijo Archie, de apenas ocho meses. Anoche llegó Harry, quien permaneció en Inglaterra hasta terminar de definir su salida “ordenada” de la familia real.
Las primeras jornadas de Meghan como civil no pasaron desapercibidas. Con todas las miradas puestas en la familia que captó la atención del mundo, la actriz canadiense fue vista mientras manejaba su propio vehículo en Canadá, al salir de la lujosa mansión valuada en 14 millones de dólares. Esa vivienda será la que compartirán, en un principio, junto a Archie y el príncipe Harry, quien arribó a Canadá este lunes, luego de ofrecer un emotivo discurso en Inglaterra, donde agradeció y por primera vez explicó cuáles eran las razones de su alejamiento de la familia real.
Con la salida ya formalizada, los duques de Sussex no tienen ningún compromiso que los ate formalmente a las actividades de la Corona británica. “Los apoyamos por completo en el deseo de crear una nueva vida como familia joven”, había dicho la semana pasada la reina Isabel II en medio del escándalo que los medios británicos calificaron como el “Megxit”, en línea con el Brexit inglés.
Lo cierto es que Meghan fue la primera en disfrutar de esa “salida” de la familia real. Sin ningún protocolo, la actriz maneja su propia agenda. Por ejemplo: el miércoles pasado la vieron mientras visitaba un refugio de mujeres de un barrio humilde en Vancouver. Luego hizo una recorrida por otra organización que se dedica a promover la igualdad en niñas. Siempre sonriente, aceptó hablar y tomarse algunas fotos con las presentes.
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El diario sensacionalista The Sun publicó que la duquesa ya había comenzado algunas reuniones en busca de propiedades en Vancouver. En concreto, había expresado interés en una imponente mansión ubicada con vista al mar en el Golden Miles, una de las zonas más exclusivas no sólo de la ciudad, sino de todo Canadá.
Según publicaron medios británicos, el lujoso inmueble se vende a través de una corporación inmobiliaria llamada “Alberta Rose”, donde se precisa que la vivienda tiene un valor elevadísimo: 27.476.000 de dólares. Si efectivamente adquieren la propiedad, deberán pagar más de 100 mil dólares de impuestos.
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Pero la búsqueda del nuevo hogar no es lo único que ocupa la vida de Meghan. La semana pasada la actriz firmó un contrato con Disney, para trabajar en el doblaje de una de las producciones animadas. También hubo ofertas de Netflix y el CEO de la plataforma, Ted Sarandos, aseguró que quiere ofrecerle empleo.