09 Septiembre de 2015 10:15
“Una película taquillera es más negocio que robar un banco”, analizó Luis Mario Vitette Sellanes, uno de los miembros de la banda que robó en 2006 cerca de 25 millones de dólares de la sucursal de Acassuso del Banco Río. El caso de la “pucciomanía” le da la razón al asaltante uruguayo.
La Justicia estimó que el botín de Puccio ascendía al millón de dólares. Foto: Nacho Sánchez.
Extraño fenómeno
La película El Clan, dirigida por Pablo Trapero y protagonizada por Guillermo Francella, lleva facturados $127.456.500 tras sólo cuatro semanas en cartel. La cifra, que promete elevarse con el paso de las semanas, ya es diez veces mayor al botín del propio Arquímedes Puccio, el líder del siniestro clan que secuestraba y mataba empresarios en su casa de San Isidro, estimado en un millón de dólares.
Alejandro Awada y Luis Ortega en las grabaciones de la tira “Historia de un clan”.
La banda, que secuestró empresarios entre 1982 y 1985, también inspiró a la productora Underground. Esta noche, desde las 23, la ficción La historia de un clan llegará a la pantalla de Telefe para potenciar el fenómeno social que despertaron los 30 años de la detención familiar.
El filme, dirigido por Pablo Trapero, lleva un mes en cartel y ya facturó 127 millones de pesos.
“A diferencia de la película, en la serie puede llegar a captarse parte de la esencia del mal. Puede decirse que la complejidad de Arquímedes Puccio, su menjunje psicópata y a la vez fascinante, está en la ficción de Luis Ortega. Awada fue más Puccio que Puccio. Qué mejor que alguien bueno para hacer el mal”, reflexionó en diálogo con BigBang el escritor Rodolfo Palacios, autor del libro “Clan Puccio, la historia definitiva”, que va por su tercera edición, y a cargo de la investigación periodística de la serie de los Ortega (ver el video).
La ficción cuenta con once episodios y la actuación de Alejandro Awada (Arquímedes), Cecilia Roth (Epifania) y Ricardo “el Chino” Darín (Alejandro), entre otros.
“Puccio estaría orgulloso de estar en boca de todos. Es paradójico: en 2013 murió pobre y solo, nadie quería enterrarlo”, dijo Palacios. ¿Hasta cuánto seguirá el furor por Puccio?