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La película maldita sobre el Holocausto que Jerry Lewis no quiso que nadie viera

"El día que el payaso lloró" jamás se estrenó comercialmente. La historia de un clown que acompañaba a los niños a la cámara de gas. La obra que le hizo perder una fortuna

22 Agosto de 2017 11:02
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El recientemente fallecido Jerry Lewis dirigió y protagonizó una película que jamás se estrenó comercialmente, una película de la cual hasta le molestaba hablar. Era uno de esos proyectos personales que los comediantes tienen para demostrar y demostrarse que no son sólo comediantes, que cualquier papel les viene bien. Pero algo falló. Por eso decidió esconderla de la vista del público.

Jerry/Helmut en la película

The Day The Clown Cried (El día que el payaso lloró, 1972) es nada menos que la historia de un payaso que hacía reír a niños judíos mientras eran conducidos a las cámaras de gas en el campo de concentración de Auschwitz. Quedó inconclusa: hay una sola copia en la Biblioteca del Congreso estadounidense. Lewis la donó en 2015, cuando tenía 89 años, para que fuera vista recién en 2025. ¿A qué se debe tanto misterio? Muy simple: el actor consideró que la película que había hecho era mala y decidió que permaneciera en la oscuridad. 

Divirtiéndose con Adolf en el rodaje.

 

El día que el payaso lloró tenía un guion de Charles Denton y Joan O'Brian. En la Alemania nazi, el payaso Helmut Doork no hace reír al público, básicamente porque no es gracioso. Sus compañeros se mofan de él. No causa gracia sino desprecio. Nadie lo quiere. El payaso triste se emborracha y vocifera que los nazis en general y Hitler en particular tienen la culpa de todo lo que le pasa. El asunto es que a los nazis no les gusta ser criticados. Lo detienen, se convierte en un preso político. Entonces observa que los niños judíos, antes de morir, pueden reírse con sus chistes. Se maquilla con cenizas de muertos y caca de paloma y los hace reír antes de que muera. Y se siente mejor. 

Helmut Doork en Auschwitz: en 2025 lo veremos en acción.

¿Qué sucedió en la película? ¿Por qué resultó un proyecto fallido? Denton y O'Brian dicen que el guion original estaba perfecto, pero que el problema es que Lewis lo reescribió. Helmut Doork era un mal bicho, un tipo egocéntrico al que le importaban francamente poco los niños que iban a morir excepto como su propio público. A Lewis le pareció demasiado y pretendió convertirlo en un personaje querible. Sucedió lo peor: se quedó a mitad de camino. Y su payaso, entonces, no funciona entre los espectadores. 

Lewis se quedó sin productor al segundo día de rodaje, puso plata de su bolsillo para que la película llegara a buen término y para colmo en un momento descubrió que los derechos del guion estaban vencidos. Con una primera copia de la película organizó reuniones para seducir productores, pero nadie se interesó. 

 “Agradezco tener el poder para contenerla y no permitir que nadie la vea nunca. Era mala, mala, mala. Pudo ser maravillosa, pero la arruiné”, dijo Lewis. "Pensé que la película sería una forma de mostrar que no debemos desfallecer y rendirnos ante la oscuridad”, contó en su autobiografía. Pero esa esperanza estaba ausente en el guion original.

Bajó 15 kilos, contrató él mismo a Harriet Anderson, actriz fetiche de Ingmar Bergman, perdió 600 mil dólares (que hace 45 años eran mucho más dinero que ahora y se hizo adicto a las drogas. El entonces famosísimo cantante francés Serge Gainsbourg hizo un pequeño papel en la película. El actor Harry Shearer, amigo de Lewis, fue uno de los pocos que la vio. Dijo que era "perfecta en su monstruosidad", elogio ambiguo si los hay. 

El making off

En el año 2013 apareció un making off de época de la película, la única posibilidad que tenemos, hasta 2025, de ver aunque sea algunas escenas. Aunque algunos pueden relacionar la idea de la obra de Lewis con la inexplicablemente aclamada La vida es bella, de Roberto Benigni, quienes pudieron ver ambas aseguran que la de Lewis era infinitamente más amarga.