A fines de febrero de 2024, el entonces movilero de Crónica TV Tomás "Tomi" Munaretto protagonizó un determinante reclamo laboral en vivo, durante una cobertura que realizaba. A partir de entonces, y luego de que su protesta se transformara en un ejemplo de lo que muchos de sus colegas querían decir pero no podían, los medios hegemónicos le cerraron la puerta y debió encontrar su propio camino a través de las redes sociales.
A casi un año, considera que esos gigantes de la prensa ya no le sirven, porque lo alejan de los documentales que realiza en distintos lugares del planeta. En el móvil en cuestión, Munaretto hablaba con una trabajadora precarizada, que relataba su situación. Hasta que el conductor Carlos Stroker le hizo una propuesta en tono de broma: "Tomi, Tomi, gana seis lucas por día, vos también aportá algo". El chiste, en el marco de la situación laboral que atravesaba, despertó una respuesta verborrágica del cronista.
"¿Quién dice que aporte? ¿La producción?", preguntó Munaretto. "Cobró 1.715 pesos la hora extra. No puedo aportar. No me alcanza. La señora que trabaja en casa me cobra tres lucas, ¿cómo lo pago? Explicame. Aparte estoy en negro yo. No tengo vacaciones, no tengo aguinaldo. Pago 117 mil pesos de la obra social. ¿Decime cómo hago para aportarle si no me alcanza?", añadió.
Mientras tanto, y con los años del oficio encima, su compañero intentaba detenerlo para que la situación no escale. Aunque esto no calmó al movilero. "Vos porque estás en blanco. ¿Cuánto cobrás? Porque a mí no me alcanza", soltó. Crónica TV lo desvinculó a las pocas horas, aunque en los hechos simplemente dejó de llamarlo, ya que no estaba en relación de dependencia.
La gente se sintió muy identificada con mi historia, porque es la de casi la gran mayoría de los argentinos la situación laboral"
En diálogo con BigBang, Tomi relató su metamorfosis a partir de un hecho que, si bien lo frenó en un aspecto, lo potenció por completo en otro en el que le va mucho mejor. En tiempos en los que los medios tradicionales ya no son la meca que supieron ser antes de los streamings y demás contenidos de Internet, la nueva faceta del periodista que gritó en vivo ante la injusticia de su realidad y la de sus colegas, es una sana recompensa al destrato que atravesó.
Si bien eras conocido por ser movilero, hace casi un año hiciste un reclamo que terminó con tu desvinculación de Crónica TV, que a su vez te hizo dar un salto a la fama que pudiste capitalizar a través de los contenidos que hacés en redes sociales. ¿Cómo fue esa transformación?
- Me cambió la vida, básicamente. Porque pasé de 20.000 seguidores a tener, hoy en conjunto entre todas las redes, más de 1 millón de personas que me siguen. Y a alcanzar mucho reconocimiento también, sobre todo en la calle. La gente se sintió muy identificada con mi historia, porque es la de casi la gran mayoría de los argentinos la situación laboral. La gran mayoría de los argentinos están en negro, entonces creo que también un poco por ese lado se sintieron identificados con el reclamo que yo hice al aire. Y esta nueva plataforma de seguidores y de gente que me apoya, me abrió las puertas a poder crear mi propio contenido, que es lo que hice durante el último año.
Tengo dos canales de YouTube, además del de TikTok e Instagram, y hago dos tipos de contenidos principalmente. Uno son los documentales que realizo viajando por el mundo, y otro son las preguntas fáciles, que salgo a la calle y hago preguntas y respuestas sobre conocimientos generales por plata con la gente. Ese contenido en particular se volvió súper viral, más que nada en TikTok. En los últimos 30 días tuvo 85 millones de visualizaciones y en Argentina hay 20 millones de usuarios. O sea que si tenés TikTok, en algún momento alguno de mis videos te apareció. Eso me abrió la posibilidad de poder dedicarme a vivir de las redes sociales hoy por hoy, y no tener que depender de ningún medio tradicional. Un poco el éxito de preguntas fáciles me habilita a hacer los documentales, que por ahí tienen menos repercusión en cuanto a la cantidad de visualizaciones.
¿Cómo es para vos realizar esos documentales?
- Son contenidos que tienen detrás otro trabajo mucho más intenso. El año pasado pudimos ir a hacer la cobertura de las elecciones en Estados Unidos, también a África en la República Democrática del Congo, que es un país que está en guerra civil. Fuimos allá de la mano de una ONG que contactamos acá para poder grabar y son contenidos que ya están disponibles en YouTube, sobre lo que está pasando con el tema de la guerra y los desplazados. Visitamos un campo de refugiados con más de 1 millón de personas. Así que fue una experiencia realmente fuerte, transformadora.
Me abrió la posibilidad de poder dedicarme a vivir de las redes sociales hoy por hoy, y no tener que depender de ningún medio tradicional"
Para mí es una locura poder contar estas historias. Hasta hace poco era algo impensado recorrer el mundo como estoy haciendo ahora. El año pasado también fuimos a Puerto Rico, donde grabamos mucho. La verdad, hicimos un montón de cosas el año pasado. Siempre hablo en plural porque lo hacemos con mi novia, que es la camarógrafa que me acompaña y que también me ayuda en la producción de los contenidos. Es una genia, se dedicaba a otra cosa y de repente cuando vine con la idea me dijo: "Vamos para adelante".
En estos documentales es donde vos canalizás toda la parte periodística. Un contenido donde le ponés más dedicación sin importar las visualizaciones. Pero, ¿cómo llegaste a desarrollar lo de preguntas fáciles?
- Cuando yo trabajaba en el canal de las placas rojas, hubo algunos videos que grabé en Constitución que se viralizaron. A partir de ahí entendí que había algo del contacto con la gente y la calle que pegaba. El primero que hice que la pegó así fuerte fue cuando pregunté "¿A qué temperatura hierve el agua?". Se me ocurrió porque siempre de chico veía en la tele programas de preguntas y respuestas, era un formato que a mí me gustaba, me parecía amigable.
Todo creció a partir de ese vido, que tuvo como 20 millones de visualizaciones sólo en mi perfil de Instagram, porque después fue reproducido por muchos otros perfiles en los que también tuvo arriba de 10 millones y más. Justamente, el año pasado esa pregunta fue una de las top 10 más buscadas en Argentina. Una locura. A partir de ese contenido que explotó, dije: "Bueno, me parece que es por acá el camino".
Recientemente te vimos de movilero en Cortá con Lozano. ¿Te suelen llegar ofertas de este tipo?
- Esta fue la primera oferta que me llegó. Fue por diez días y por una suplencia, no era algo fijo. La verdad es que con los proyectos que tengo ahora y los tiempos de los viajes, que para este año tengo ya programados dos, se me complica un poco participar de los medios tradicionales, porque requieren que esté acá todo el año o seis meses de corrido. Y por lo menos para 2025 eso no va a suceder. La verdad es que tampoco me desespero por volver a la televisión ni lo haría hoy por hoy. Me quedaría con las redes sociales.
Tampoco me desespero por volver a la televisión ni lo haría hoy por hoy. Me quedaría con las redes sociales"
Por un lado por lo difícil de lo económico, y por el otro la tele es muy ingrata para el oficio del cronista. Muchas veces vas al destino y no salís al aire, estás jornadas preparado para hacer una nota que después no se hace. Eso también es un poco frustrante, y a la larga te termina cansando. En cambio ahora puedo salir un día, grabar dos horas y saber que ese contenido va a salir al aire. Prefiero eso que, por ahí, estar ocho horas disponible para una nota que, al final, no se hace.
¿A dónde son estos dos viajes de 2025?
- En marzo vamos a Países Bajos, Qatar y Japón. Tengo muchas ganas realmente. Ahora estoy justo en el proceso de preproducción de todos los contenidos, porque llevo todo ya preparado lo que vamos a grabar allá. Voy contactando a la gente, armando un poco el cronograma de grabación y demás. Y después, en agosto o junio más o menos, vamos a ir un mes a vivir en Tailandia y grabar contenidos allá.
Casi una vacación con tu novia...
- No, cuando viajamos laburamos mucho, duro y parejo. Trato de sacarle el jugo y hacer la mayor cantidad de contenido posible. Siempre algún día dejo libre. O medio, para tratar de disfrutar un poco y aprovechar y conocer más las ciudades y demás. Pero la verdad es que le metemos bastante y tratamos de estar todo el día grabando que es posible.
¿Qué reflexión sacás a casi un año de haber dicho una verdad al aire que te costó el trabajo? ¿Qué te sucedió en términos políticos y sindicales?
- Ha cambiado mucho el mundo del trabajo en estos últimos años. Si a mí me hubiera sucedido lo mismo ahora, no sé si podría hacer el mismo reclamo a nivel judicial. Ahora, por ejemplo, se puede tener colaboradores si sos sos una empresa o si sos un particular al que le hacen facturas. Los periodistas que trabajamos en el país estamos muy desamparados. No hay realmente nadie que te vaya a ayudar ni a cubrir, y cuando las papas queman son pocos los que están a tu lado para ayudarte.
Soy un solo periodista y de alguna forma denuncié lo que estaba pasando con un medio de comunicación entero que tiene alcance nacional"
En ese sentido, igual tampoco tampoco puedo decir nada contra Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SiPreBa), porque desde desde un primer momento se acercó el delegado y me demostró que tenía preocupación frente a lo que había pasado. No puedo decir lo mismo de FOPEA, que en su momento a mí no me llamó nadie, ni sacaron algún comunicado por lo que me había pasado.
Sí me contactaron desde Casa Rosada para demostrar apoyo y preocupación por lo que había sucedido. Me dijeron que ante cualquier eventualidad o lo que yo precisara, ellos estaban para mí. Yo soy un solo periodista y de alguna forma denuncié lo que estaba pasando con un medio de comunicación entero que tiene alcance nacional. Entonces me sentía solo y ese gesto me demostró que no estaba tan solo. También recibí la solidaridad de muchos colegas de todos los medios de comunicación.
Está bueno el apoyo, pero no te va a garantizar que después puedas tener un trabajo, que te puedas reconvertir. Por suerte, lo mío se dio como se dio y terminé volcándome para el lado de las redes sociales. Pero si no hubiera tenido esa explosión en redes sociales, realmente no sé qué estaría haciendo hoy.