Nada librado al azar. Aunque insistió desde el propio living de la diva en que no se llevó “absolutamente nada” por darle la exclusiva a Susana Giménez, Amalia Granata y su pareja, el empresario Leonardo Squarzon, abandonaron ayer los estudios de Telefe con 20 mil pesos en vouchers para cada uno y un Led 58 pulgadas. El pancho y la Coca del espectáculo.
Amalia pretendía cobrar 70 mil pesos, pero le dijeron que no era tan importante.
La negociación no fue fácil. La ex del “Ogro” Fabbiani esperaba desembolsar 70 mil pesos por la entrevista, pero desde la producción de la diva fueron muy claros: esas cifras sólo se las llevan las figuras importantes. Y, lejos de bajar los brazos, Granata y su pareja lograron quedarse con algunas migajas que, tal como solicitaron, serán enviadas a uno de los locales de su cadena de pizzería.
Según confirmó en exclusiva BigBang, esas no fueron las únicas condiciones. Granata solicitó además un camarín propio para compartir sólo con su pareja y no aceptó que nadie ingresara al lugar. Además, evitó dar notas tanto al ingreso como al salir del canal, algo que ni siquiera la propia Giménez acostumbra hacer.
Esta no fue la primera vez que la ex de Robbie Williams visitaba el ciclo de la diva, pero el escándalo de las fotos de su pareja junto a otra mujer la ayudaron un poco en la negociación. La vez que embarazada defendió a ultranza Fabbiani, como anoche lo hizo con Squarzon, no se había llevado nada (para revivir esa entrevista, hacé click acá).
El operativo “novela”
El show de Squarzon: intentó, pero se le notó la actuación.
“¿Entran juntos?”, se pisó la diva al presentar a Amalia. “Ah, no. Sola, sola”, aclaró de inmediato y se acercó a recibir a su invitada de la noche. Aunque intentaron camuflar la situación, el pacto con la producción consistía en que Squarzon debía permanecer “fuera de cámara”, como si no quisiera estar ahí más que para acompañar a la madre de su bebé.
Pero los trucos televisivos no siempre salen perfectos. Con el resto del estudio casi a oscuras, la figura de Leonardo recibía una iluminación especial, propia de quien sabe que será “ponchado” por las cámaras. Además, estaba maquillado y se encargó de acompañar con gestos muy claros el relato de su mujer. Tenía que colaborar, claro, para llevarse sus 20 mil pesos en vouchers.
La desmedida reacción del empresario cuando Susana le pidió que se sumara a su living.
Pasado el primer cuarto de hora del programa, Susana tiró el primer centro. “Él está ahí, pero no quiere venir”, deslizó. El empresario acompañó los dichos de la conductora con un desmedido intento de poner una cara de sufrimiento. “Es buen mozo. Tiene buena luz ahí para que lo vean”, se pisó Susana, y agregó: “Dale, vení. No te pregunto nada, vení. Qué lástima. Yo quería que la gente lo viera”.
Después de insistir con que Granata no había recibido nada a cambio de la entrevista, Susana volvió a recibir la señal de su producción. Giró de modo brusco su cabeza, cambió de tema y ya sin demasiado preámbulo le espetó: “Vení, dale”. “Vení, no te vamos a pegar”, sumó Amalia. “Me vas a hacer levantar. Si te voy a buscar no me podés decir que no si llego hasta vos personalmente”, desafió la conductora, y remató: “¿Al final vas a entrar? Para el saludo final, bueno”.
La pareja comenzó su relación en abril. Amalia quedó embarazada en el primer mes.
Sólo 22 minutos después de comenzada la entrevista, la ex vedette y Susana recibieron la señal final: era momento de hacer entrar al empresario. Rápida de reflejos y mientras hablaba de la ecografía 4D de su bebé, Amalia dio el pie: “Estaba emocionado, le mandó la foto a todos sus amigos. No sé, ¿qué te pasó por la cabeza?”.
Y las cámaras poncharon de inmediato a Squarzon, quien esta vez no tardó en correr al living, pese a que Giménez todavía quería apelar a la dinámica de la “súplica”. Tal fue la prisa, que ni siquiera llegaron a ponerle el micrófono. Pero no importó, sólo alcanzó a decir 14 palabras. “Todo es posible. Nos vamos a cuidar juntos creo, no. Estoy feliz con Roque”.
[EXCLUSIVO] Los chats y las fotos del empresario con su amante, Paula "Linda" Snijur.
“Tiene una cabeza que es increíble”, alcanzó a sumar, y aclaró: “Obvio que la apoyo (en su intención de tener una carrera política). Es muy extrovertida. No es normal”.