por Jimena Báez
22 Abril de 2025 14:54
En los últimos tiempos, los realities shows fueron el escenario de varias denuncias por violencia de género, abuso y conductas inapropiadas, lo que desató una profunda reflexión sobre el papel de la producción en la prevención y gestión de estos casos. Tras las recientes denuncias de Camila Pittaluga contra Ezequiel Ingrassia y Emily Ceco contra Santiago Martínez, se abrió un debate sobre la responsabilidad de los quienes están detrás de Love Is Blind y su manejo de situaciones de abuso.
1. Camila Pittaluga y Ezequiel Ingrassia
Uno de los casos más resonantes fue el de Camila Pittaluga, quien denunció a su compañero de experimento por violencia de género. La joven acusó al empresario de mantener actitudes controladoras y violentas luego de su participación en el programa.

Si bien la denuncia no se realizó durante la filmación del reality, la situación generó un fuerte debate sobre las dinámicas de poder que pueden generarse en estos entornos de alto voltaje emocional y competencia.
2. Emily Ceco y Santiago Martínez
Emily Ceco, también participante de Love is Blind, denunció públicamente a Santiago Martínez por abuso verbal, emocional y físico. Según la oriunda de Moreno, el comportamiento de su esposo no sólo fue perjudicial en su relación, sino que incluso cruzó límites que llegaron a poner en riesgo su bienestar.

Esta denuncia volvió a poner en la mira la responsabilidad de los productores en la creación de un ambiente seguro para los participantes, especialmente en un show donde las emociones y las relaciones son forzadas a desarrollarse en tiempo récord.
Cabe recordar que, durante los episodios, Martínez se convirtió en tendencia en X, debido a los diferentes episodios donde él se mostró enojado, violento y hasta incluso llegó a quitarle el plato de comida a su novia, mandándola a cambiarse de ropa. Si bien estos comportamientos encendieron las alarmas de los televidentes, los protagonistas desmintieron que existía violencia por parte del mediático: "un final anticipado", dijeron muchos cuando finalmente Emily fue fuertemente golpeada por su pareja.

Desde la producción del reality show, no hicieron declaraciones públicas sobre las denuncias mencionadas. Aunque en ambos casos, que se encuentran en espera del juicio oral, la productora deberá entregar los psicotécnicos de cada participante, realizados en la etapa previa a ser seleccionados.
3. Flor Moyano y Juan Martino
Otro de los reality show que estuvo en la mira por denuncias de violencia de género fue "El Hotel de los Famosos": en febrero de 2023, Flor Moyano, ex participante de la segunda temporada, presentó una denuncia penal contra Juan Martino por abuso sexual con acceso carnal. La acusación señala que el hecho ocurrió durante la grabación del reality show emitido por El Trece.

Según la denuncia, Martino habría ejercido conductas de manipulación y hostigamiento hacia la influencer, especialmente cuando ella lo rechazaba. La joven relató situaciones en las que él se aprovechaba de su vulnerabilidad, como cuando la sorprendía en el baño para besarla y tocarla sin su consentimiento, o cuando intentaba despojarla de su ropa en privado, todo ello con el micrófono apagado para evitar ser escuchado.
Por su parte, Juan Martino rompió el silencio en el programa Intrusos, donde negó las acusaciones. Aseguró que mantenía una relación con Moyano y que no hubo ningún problema de índole sexual, minimizando la gravedad de la denuncia.
¿Qué responsabilidad tiene la producción?
La gran pregunta que surge a partir de estos casos es: ¿Hasta qué punto la producción de un reality show es responsable por el bienestar de sus participantes? Si bien estos programas se basan en la competencia y la convivencia humana, se debe tener en cuenta que los participantes no siempre están preparados para manejar las tensiones que se generan en un ambiente tan intenso.

En muchos casos, los productores se limitaron a intervenir en los conflictos, negándose a ofrecer el apoyo psicológico necesario a los participantes. Además, la falta de un sistema adecuado de seguimiento y ayuda inmediata durante y después de la participación en estos programas pone en evidencia la falta de responsabilidad de las producciones en cuanto a la protección de la integridad emocional y física de sus participantes.
Este tipo de situaciones pone en evidencia la necesidad urgente de revisar cómo se producen estos programas y qué tipo de medidas deben ser adoptadas para prevenir más casos de abuso. Ya que muchas veces, hay participantes que cargan por años con los traumas que les deja este tipo de experiencia: cabe recordar a Rocío Gancedo, ex participante de Gran Hermano, que en reiteradas ocasiones denunció a la producción por no ayudarla ante la violencia verbal ejercida por sus compañeros. Años mas tarde, la joven decidió quitarse la vida arrojándose desde su balcón.