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Las denuncias por estafas a Susana Giménez: del Mercedes al escándalo con el padre Grassi

La decisión de la diva de salir del país en plena cuarentena no se trató de la única vez que violó una norma.

27 Mayo de 2020 10:13
Susana
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Susana Giménez volvió a ser noticia y no precisamente por el regreso de su programa de televisión, sino por su llamativa decisión de viajar el sábado en un jet privado para instalarse en su mansión La Mary de Uruguay. Atenta a las críticas, la conductora aclaró que tramitó todos los papeles correspondientes y que su traslado al país vecino fue habilitado por las autoridades sanitarias de ambos países. "Jamás haría algo ilegal en mi vida", aclaró, en comunicación telefónica con Luis Novaresio.

Sin embargo, Susana ya tuvo problemas con la Justicia. Ella misma recordó la denuncia por la compra de un Mercedes Benz importado, que intentó ingresar al país alegando que era para una persona con discapacidad, para gozar así de los beneficios impositivos establecidos por la ley 19.279, que excluía a las personas con discapacidad de los cánones de importación. También tuvo la denuncia por estafa contra el juego “Hola Susana”.

En el primer caso, que sucedió en 1987, Susana fue investigada en la Justicia por al compra de un auto de alta gamma (un Mercedes Benz 500 SE) por 90 dólares. La operación fue realizada en la concesionaria de José Steinberg. Hasta ahí nada del otro mundo, sin embargo había un detalle contable: el permiso para comprar el auto fue tramitado para un discapacitado, Cayetano Ruggiero.

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La intención de la maniobra era poder entrar en un artículo de la ley de aduanas y de derechos de importación. ¿Para qué? Porque esa ley establece que las personas discapacitadas se encuentran exentas de pagar el canon de importación. 

"Yo no haría nada ilegal", se atajó de inmediato la conductora y fue ella misma quien recordó el episodio. "Ya pagué bastante, bastante; la vez que por el Mercedes ese no sé hace cuántos años; que era de tercera mano y tuve que aguantarme un montón de cosas. Ilegal nunca hice nada en mi vida. No lo haría”.

Nueve años después de ese episodio, Susana tuvo que volver a desfilar por Tribunales luego de que se denunció por estafa al juego “Hola Susana”. Quien también se vio involucrado en la causa, por ser partícipe necesario, fue el empresario Jorge “Corcho” Rodríguez que por ese entonces no sólo era la pareja de la conductora sino también que tenía a su cargo a través de su empresa, Hard Communication, el mencionado juego.

Rodríguez, que hoy en día está casado con la también conductora Verónica Lozano, sigue con problemas judiciales luego de que se lo acusó de ser uno de los valijeros de la constructora brasileña Odebrecht para el pagó de coimas en Argentina.

La causa por la presunta estafa de “Hola Susana” se inició luego de que una mujer denunció que en su cuenta telefónica tenía varios llamados para ese juego. En el juicio se conocería que los llamados fueron hechos a escondidas por la empleada doméstica de la señora. Sin embargo eso no fue todo.

En la investigación también se supo que la Fundación Felices Los Niños, que administraba el fallecido sacerdote condenado por abuso sexual a menores Julio César Grassi, había recibido sólo $400.000 de los más de $18,5 millones que correspondían por el acuerdo con la producción del programa. Sin embargo, Grassi nunca se presentó como querellante en la causa que terminó con todos los imputados absueltos.

Cinco años después de esa causa volvieron los problemas con ese concurso.  La secretaría de la Competencia, Desregulación y Defensa del Consumidor sancionó a la empresa Hard Communication, organizadora del concurso "Su llamado" que se realiza en el programa televisivo de Susana, con una multa de 15 mil pesos porque la participación en el juego estaba condicionada a la contratación del servicio telefónico. 

Con su accionar, la compañía infringió el artículo 10 de la Ley de Lealtad Comercial que prohibe en su inciso "B" "promover u organizar concursos, certámenes o sorteos de cualquier naturaleza, en los que la participación esté condicionada en todo o en parte a la adquisición de un producto o servicio". El caso se inició a raíz de una denuncia presentada por una televidente del programa "Susana Giménez", que reclamaba el pago de un premio que la productora del programa le anunció que había ganado. 

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La espectadora recibió en su casa una llamada telefónica del programa por el concurso "Su llamado" y, tras la elección de un número del tablero a pedido se le anunció que había ganado la suma de 60 mil pesos, por lo que luego la productora la llamaría para efectivizar el pago. Como eso no ocurrió, la participante se presentó ante un escribano relacionado con el concurso y este le indicó que el cupón ganador coincidía con su número telefónico por lo que en un mes le entregarían el cheque.

Según las bases del entretenimiento, se exigía la presentación de las tres últimas facturas telefónicas correspondientes al número del teléfono inserto en el cupón ganador. Por esta condición impuesta para un juego de azar, se imputó a la empresa por presunta infracción a la norma. En su defensa, la empresa explicó que el premio no fue otorgado porque la reclamante no había cumplido con los requisitos del concurso. 

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