Después de muchos años de noviazgo, Giovanni Simeone, el hijo de Diego Simeone y Carolina Baldini, se casó con la modelo Giulia Goppini. La fiesta fue en Florencia, Italia y reunió a toda la familia argentina. Claro que hubo un factor fundamental para que el aire se cortara con un cuchillo.
Hace apenas 10 días, Baldini habló sobre el Cholo, la separación que vivieron hace más de una década y el vínculo que mantuvieron durante todo ese tiempo. Tras tener tres hijos en común, Giovanni, Giuliano y Gianluca, habían encontrado un buen diálogo desde la distancia.
Además de instalarse en España hace años, donde es el entrenador del Atlético de Madrid, el Cholo se casó con Carla Përeyra, una bella modelo, con quien tuvo dos hijas: Francesca y Valentina. Tras la separación con Baldini, el silencio reinó entre ambos.
Recuerdos tortuosos, un secreto y una carta documento: qué pasa entre Simeone y Baldini
Pero, hace poco menos de dos semanas, a la ex modelo se le ocurrió visitar LAM y habló sobre su presente con su ex. Eso no estaba permitido. Cuando se divorciaron, ambos habían firmado un documento en el que una de la clausula exigía no dar detalles en ningún medio sobre la separación. De inmediato, Simeone le mandó una carta documento a la madre de sus tres hijos mayores. En ella le exigió que no vuelva a hablar de él.
Por supuesto, todo el vínculo cordial que mantuvieron durante años, se rompió. Además, los propios hijos de Baldini la borraron del grupo familiar en el que estaban todos, incluidos el Cholo y su actual esposa. La crisis que se desató de un lado y otro fue profunda.
Mientras Baldini volvió a visitar LAM para aclarar lo que había sucedido y Yanina Latorre actuaba de defensora asegurando que Pereyra estaba celosa de la ex del Cholo, desde España, el propio director técnico se encargó de aclarar (siempre en off) que la que había roto un pacto legal era Carolina.
Finalmente, El Cholo y Baldini se encontraron cara a cara. Y no fue el mejor de los encuentros. Gio, el anfitrión de la boda, decidió ubicarlos a uno en cada lado del salón para evitar cualquier tipo de cruce. Ni siquiera se saludaron. Tampoco quisieron compartir la foto familiar. Los novios se fotografiaron primero con Baldini y luego con Simeone y Carla.
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A pesar de todo, Baldini disfrutó con todo de la boda de su hijo. De hecho, lo ayudó a prepararse, le planchó la camisa que usó en el casamiento y estuvo cerca de la novia. También estuvo al tanto de todo lo que necesitaban sus otros dos hijos.
Por su parte, Simeone llegó sobre la hora a la fiesta. Y fue uno de los primeros invitados en irse. Por supuesto, antes tomó el champagne valuado en miles de dólares y probó los platos exquisitos que eligieron los novios. La reconciliación entre ex fue imposible.