11 Enero de 2024 15:21
2040 horas, 85 días pasaron desde aquel día en el que muchas de sus pacientes festejaron su detención. Mientras usted lee relajadamente este informe periodístico, Aníbal Lotocki, el cirujano de las famosas está cumpliendo prisión preventiva en el penal de Ezeiza.
Lotocki está esperando que se dicte fecha para el juicio que tendrá que enfrentar por varias causas. La más relevante es la de homicidio simple por la muerte de Cristian Zárate que perdió su vida a sus 50 años en abril de 2021 luego de haber sido intervenido quirúrgicamente por Lotocki. En los estudios prequirúrgicos que se presentaron como miedo de prueba para incriminarlo, se confirmó que Zárate había tenido COVID 19, que era fumador y que también presentaba un cuadro de diabetes; estos tres datos muestran a las claras que era un paciente de riesgo pero Lotocki decidió continuar la operación.
"El drenaje despedía una gran cantidad de líquido del cuerpo", había dicho Lotocki, pero de todas maneras consideró que estaba "todo normal". La situación terminó de la peor manera: se descompensó y sufrió un paro cardíaco que lo dejó sin signos vitales.
Por otro lado, Lotocki ya había sido sentenciado con una condena de cuatro años de prisión de cumplimiento efectivo con la carátula de "lesiones graves" y llamando a que no pueda ejercer su profesión de por vida. Esta causa se la iniciaron Silvina Luna, Pamela Sosa (su ex pareja), Vicky Xipolitakis y de Gabriela Trenchi y la condena se la otorgó el juez Carlos Rengel Mirat, del Tribunal Oral y Correccional N°28 de la ciudad de Buenos Aires.
Lotocki les inyectó metacrilato, una sustancia prohibida por la ANMAT que tuvo efectos devastadores en los cuerpos de las cuatro mujeres que lo denunciaron y que le causó la muerte a Luna.
El falso cirujano dio una entrevista al programa "Socios del Espectáculo" en donde cuenta cómo es su vida día a día tras las rejas. "Estaba haciendo un poquito de gimnasia. En principio no hay mucho para hacer acá. Estás en un salón de usos múltiples donde todo el mundo desayuna, almuerza, pasan el día".
Lotocki cuenta que le gusta levantarse temprano, "generalmente 7.30, que es cuando nos abren la celda para ir a calentar agua o para tomar un café".
Como si nada de lo que pasa estuviera pasando, el cirujano cuenta: "Lo mío es mucha lectura, mucho estudio, no me gusta jugar a las cartas ni a los dados. Aquí hay juegos de mesa pero como no me agrada aprovecho para leer y para estudiar".
Aníbal Lotocki sostiene que estar en prisión es "injusto"
Cuando le preguntaron si se imaginaba estar preso contestó: "No, para serte honesto, no. No estaba en mis planes para nada, no me parece algo justo porque una prisión preventiva, no he tenido juicio, no tengo ningún tipo de condena por lo cual no tendría que estar acá".
Cabe recordar que a Lotocki lo detienen porque se mudó de casa, un detalle que puso en vilo a la Justicia porque corría el riesgo de fuga. El médico continuó su relato: "Supongo que se podrá revertir en el transcurso de los próximos meses, porque sino tengo que esperar el juicio acá y ese juicio va ser dentro de un año o dos. El tema es que si ese juicio queda absuelto pagaste un montón de tiempo de prisión, nadie te lo regresa, nadie te lo devuelve".
Sobre la pregunta del millón, si es culpable o inocente, Lotocki contestó campante y arrogante: "No, no... eso lo tendrá que determinar la Justicia, habrá que evaluar y ver lo que digan los peritos y el juez. No tiene sentido que esté preso sin una condena, una prisión preventiva me parece una exageración".
Lotocki responde: ¿es un preso VIP?
Nadie se esperaba que Lotocki respondiera así: "Justamente me contaba eso el otro día Majo (esposa del médico) que escuchaba que hablaban de presos VIP. Yo no conozco ningún preso VIP, yo estoy en el pabellón de buena conducta, de la mejor conducta de todo el penal", dijo y agregó: "Acá están supuestamente los de mejor conducta, los 50 presos más amigables, no hay ninguno que tenga privilegio sobre nadie. Acá la comida queda para todos igual, las celdas se cierran para todos a la misma hora, todos tienen visitas el mismo día a la misma hora".
También contó que pidió tener una computadora "para no perder las clases que estaba haciendo". Sin embargo, dijo que se la negaron porque "nadie puede tener ni computadora, ni teléfono".
La población carcelaria del penal de Ezeiza es numerosísima y todas y cada una de las personas en contexto de encierro sufren lo mismo: las altas temperaturas. Lotocki contó: "Ahora hacen calores bastante importantes, estamos en un lugar donde hace mucho calor, en un tinglado. la verdad es que las celdas son muy pequeñas, no corre nada de viento.
Sobre esto, Lotocki contó que tiene un problema de "sudoración extrema" y que por tal motivo pidió que se le hagan los tratamientos que se realiza dos veces por año; claramente, es muy caro y también se lo negaron aunque el médico le recomendó tener un ventilador.
El Servicio Penitenciario, según Lotocki también se lo negó: "Me dijeron que lo tengo que pedir al juzgado, le pedí al Juez que me autorizara un ventilador y el Servicio no me lo quiere dar".