Las reclusas de la cárcel de mujeres de Ezeiza vivieron hoy horas llenas de alegría de la mano de la siempre efectiva magia del cine: gracias al esfuerzo conjunto de varios organismos y a la gran predisposición de un grupo de artistas, tuvieron la oportunidad de disfrutar de una función de la película "Gilda - No Me Arrepiento de Este Amor" dentro del complejo penitenciario.
Las reclusas vivieron la función con mucha emoción.
Mariana Volpi, asesora de la Procuración Penitenciaria de la Nación, le relató a BigBang que la iniciativa nació hace dos años como una idea personal de Juan José Campanella.
Luego, se institucionalizó a través de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas, la cual oficializó un contrato con la Procuración Penitenciaria de la Nación. Por diferentes complejos carcelarios federales ya pasaron filmes como Metegol, El último Elvis y Relatos salvajes.
La proyección de "Gilda" en Ezeiza marcó el debut del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA), que se sumó recientemente al proyecto, lo cual según remarca Volpi "aportó mucho en el costado tecnológico de la proyección".
Emoción pura
Y, más allá de la alegría de volver a experimentar el cine en formato sala, las internas tuvieron el plus de contar con la presencia de Natalia Oreiro, protagonista del filme. La actriz ya había estado presente en Ezeiza de la mano de la proyección de "Infancia clandestina" y cumplió su promesa de regresar.
Natalia ya había presentado Infancia Clandestina, prometió volver con #GildaLaPelicula y cumplió. Gracias @INCAA_Argentina y @PPNArg. pic.twitter.com/AmGhZVJ7fO
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"Fue emoción pura, una maravilla", se alegró
Volpi
. "Hay que hacer hincapié en el ejercicio del derecho humano, sobre todo en el acceso a la cultura, para las personas privadas de su libertad. Pudieron disfrutar de una película que es un éxito y que todos los que estamos 'sueltos' por la vida pudimos ir a ver al cine", agregó.