Big Bang! News
Más

Laurita, íntima: el plan "B" sino se convertía en actriz y el día que entró al Bailando por "casualidad"

Además, confesó ser cabulera y tener algunas mañas antes de salir al escenario.

por Alejo Paredes

14 Mayo de 2023 08:00
lau
lau

Ella es actriz, es modelo, pero la conocimos gracias a su brillante paso por la pista del Bailando por un sueño, el cual, por cierto, se dio de pura casualidad. "Siempre soñé esto que estoy viviendo. Siempre lo vi, lo imaginaba, quería que esto pase", afirmó en diálogo con BigBang. Resplandeciente y con una sonrisa en el rostro, recordó que había trabajado 3 años con Pepito Cibrián hasta que decidió irse de su compañía. "Empecé a audicionar en otros lados. Ahora que soy mayor de edad, ya tenía 18 y demás, dije ´si en un año no pego nada, me pongo a estudiar arquitectura o diseño gráfico´. Eran como las dos opciones que manejaba si en un año no pego una, voy con eso", contó, totalmente distendida.

 

Ese mismo verano, decidió acompañar a sus amigas al casting del Bailando por un sueño. Y para su sorpresa, fue una de las elegidas por la producción que encabeza Marcelo Tinelli. "¡Terminé quedando!", dijo y agregó: "Había ganado una beca para irme a estudiar a Pittsburgh medio año, comedia musical. Y acompañé a mis amigas por acompañarlas, porque mi plan era otro. Y bueno, sucedió que quedé, y de miles y miles, dije ´bueno, por algo está pasando esto´ y arriesgué. Yo prejuzgaba mucho ese mundo de la tele, porque venía del teatro, musical, creía que era cool, ¿viste? Todas esas cosas que después... ¿No? Una tonta, porque la pasé increíble y fue lo más lindo que me pasó".

José María Listorti y la crisis de la televisión: "La gente está podrida de lo políticamente correcto"

Su gran salto al estrellato fue en 2010, cuando acompañó a Matías Alé en la pista de Bailando por un sueño (eltrece). También fue bailarina de Cristian U en 2012, de Aníbal Pachano en 2014, y de Federico Bal en 2015, cuando se consagró campeona. En la edición 2018 de ese programa hizo de jurado junto a Ángel de Brito, Florencia Peña y Marcelo Polino. Hoy, con 32 años, Laurita se da el lujo de ser una de las conductoras estrella de canal Trece: en enero de 2022, comenzó a conducir Bienvenidos a bordo en reemplazo de Guido Kaczka. "Cada tanto, si hay algo que me surge o alguna sección nueva, siempre la charlo con él, si tengo la chance", confiesa Laurita.

Aparte, es una de las grande protagonistas de Matilda, la adaptación teatral y musical que se estrenará en pocos días en el Gran Rex. donde se pondrá en la piel de la Señorita Miel. "Es re difícil, te juro, contarlo sin vivirlo. O sea, yo te puedo contar un montón de cosas, pero nada se va a comparar con que lo vivan. Con el impacto. Con que estén ahí y vivan, más que un musical o una obra, que tiene mucho humor, tiene muchos momentos re emocionantes y que te removilizan. Pero más que musical o una obra, repito, es una experiencia. Para mí es ir y vivir, es una experiencia que seguramente van a recordar por mucho tiempo", destacó.

Durante la entrevista que le concedió a este sitio, Laurita habló de todo: su rol en "Matilda" y cómo trabaja con los más chicos, y también de su experiencia como conductora. Además, confesó ser cabulera y tener algunas mañas antes de salir al escenario. "Me levanto con el pie derecho, me pongo primero la zapatilla o el zapato derecho, entro al estudio con el pie derecho, esas pavadas hago", dijo.

¿Te molesta que te digan Laurita?

- No, para nada, me encanta. Me parece cariñoso, con cariño, no sé. En mi caso ya me hice conocida así, fue con cariño, arrancó porque justo en el Bailando era la más chiquita, pero después también, qué sé yo, tengo un nombre y un apellido  bastante común, entonces me reconocen más por Laurita que por Laura.

Señorita Miel en Matilda, ¿qué me podés contar de Matilda, este suceso que seguramente será el más visto de invierno?

- ¿Qué te puedo contar? Es re difícil, te juro, contarlo sin vivirlo. O sea, yo te puedo contar un montón de cosas, pero nada se va a comparar con que lo vivan. Con que estén ahí y vivan, más que un musical o una obra, que tiene mucho humor, tiene muchos momentos re emocionantes y que te removilizan. Pero más que musical o una obra, repito, es una experiencia. Para mí es ir y vivir una experiencia que seguramente van a recordar por mucho tiempo, por lo menos es lo que nos pasa a nosotros cuando la vimos y la vemos, ¿no? Y la vemos de afuera. Muchas veces terminamos llorando en las pasadas, en los ensayos. Eso nunca me había sucedido. Y te juro que nunca vi algo como lo que estoy viendo ahora con Matilda.

¿Se mira la película para trabajar el personaje o preferís no influenciarte?

Sí, pero la vi porque la vi de chica, la vi 80 veces, porque, qué sé yo, después de grandes, es la típica película que estaba en el cable o estaba en el canal de aire un sábado o un domingo y te la quedás mirando. Así todo, bueno, en el musical tienen matices distintos, pero la historia es la misma, la esencia es la misma, las escenas icónicas como la de la torta de chocolate, la nena que es revoleada con las trenzas, todo eso pasa entonces.

¿Cómo es trabajar con tantos chicos?

- Sabés que... No sé quién inventó esa frase, ni con perros ni con chicos, para mí está equivocado. Nosotros íbamos como pendientes de ellos, pensando que íbamos a tener que estar al servicio de los nenes, y nada que ver. Ellos llegaron con todo aprendido, sabían todo, se saben la letra de ellos, la mía, la de José, la de Rada, la de Fer, la de todos. ¿En qué momento pasó todo esto en tu cabeza? Y ellos se saben todo. Estamos haciendo las escenas y por ahí uno se olvida de algo y ellos te lo dicen. Es impresionante, tienen una capacidad similar a información Y claro, después uno se pone a pensar y decís aprender a andar en bici te cuesta menos de chico que de grande o aprender inglés, y de aprender idiomas de chico que de grande bueno a ellos le pasan eso, absorben y lo hacen, es un placer y ellos no me llaman Laurita, me dicen señorita Miel, desde que entro al edificio. ¡No, déjame abrazar! Y te abrazan y festejan todos.

José María, Fer, Rada me decían que los chicos disfrutan. ¿Te llegó a pasar eso de dejar de disfrutar un trabajo?

- Sí, a veces uno se va como auto poniendo presiones. Se pone como estándares cada vez más alto de cómo uno pretende que salgan las cosas. Y obvio, ellos no son conscientes de la magnitud ni que el Rex es de los teatros más grandes que hay. Ni nada. Y qué para ellos es como un juego. Es hermoso eso porque lo disfrutan. Y sí, me lo sé, lo hago, está buenísimo. Y uno tiene otras cosas que le van pasando por la cabeza. Sí me ha pasado eso, de auto exigirme un montón al nivel de dejar de disfrutar y que no me guste nada lo que estaba haciendo. Y ahí fue donde tuve que amigarme conmigo. Por ejemplo, yo en el bailando no podía ver los videos de bailar.

No me gustaba nada de lo que veía. Decía, ´no, salió espantoso. No, mirá el pie acá. Mirá el coso como lo puse. Mirá esto´. Y no disfrutaba. Hasta que aprendí a decir ´bueno, ¿no? ¿Vale? ¡Amigate!´ Y, ¿viste? Está bueno ser perfeccionista, querer siempre trabajar y querer mejorar y todo, pero hasta un cierto límite, ¿no? Pero bueno, fue un trabajito.

¿Hablando de bailando, ahora volvés a bailar y a cantar, qué significa esto para vos después de tanto tiempo?

-Un montón, decí que la señorita Miel no baila tanto, pero hay algunos momentos ahí que aparecen de pronto...

¿Lo extrañabas?

- Un montón, un montón, Estoy feliz de volver a sentir dolor en las piernas.

Conductora, ahora protagonizando un musical. ¿Te imaginabas en tu adolescencia este presente? ¿Este fue siempre tu gran sueño, de ser actriz y artista? ¿O hubo siempre un plan B?

- Hubo un plan B, pero que gracias a Dios uno tuvo que ponerse en marcha, por lo menos hasta ahora. Pero sí, siempre soñé esto que estoy viviendo. Siempre lo visualicé, lo imaginaba, quería que esto pase. Y el plan B, bueno, yo a los 18 ya había trabajado con Cibrián como elenco, personaje. Yo había trabajado 3 años con él. Había hecho 3 temporadas y dije, ´bueno, me voy de su compañía y voy a empezar a audicionar en otros lados. Ahora que soy mayor de edad´, ya tenía 18 y demás, dije ´si en un año no pego nada me pongo a estudiar arquitectura o diseño gráfico, eran como las dos opciones si en un año no pegaba una, iba con eso.

Y por suerte ese mismo verano acompañé a mis amigas al casting del Bailando y terminé quedando.  Yo había ganado una beca para irme a estudiar a Pittsburgh medio año, comedia musical, y acompañé a mis amigas por acompañar, porque mi plan era otro. Y bueno, sucedió que quedé, y de miles y miles, y dije ´bueno, por algo está pasando esto´, y arriesgué. Yo prejuzgaba mucho ese mundo de la tele, porque venía del teatro, musical, creía que era cool, ¿viste? Todas esas cosas que después... ¿No? Una tonta, porque la pasé increíble y fue lo más lindo que me pasó. Pero bueno, fue... Por suerte, el plan B hasta ahora no tuvo que activarse.

¿Vuelve el Bailando en América? ¿Siempre están las puertas abiertas? ¿O esa es una etapa que ya terminó?

- No, las puertas las tiene siempre Marcelo y el equipo de producción.

¿Pero si te llaman?

- Es un programa muy especial para mí. Siempre de alguna u otra manera me han llamado para participar o ser parte o hacer algo y yo encantada. Para mí es un programa divino. En el único lugar en el que, bueno, a la vista estuvo, que no me sentí cómoda, fue desde el jurado, porque es un formato que el jurado es muy picante, tiene otras formas. No es como jurado en otros programas que son mucho más amigables.

Entonces, en ese tipo de programa no me sentí cómoda siendo jurada así por... Bueno, no... No me siento cómoda, porque con esas formas no sirvo. Pero, pero cualquier otra forma en la que he participado ha sido increíble. Hoy estoy recontenta, conduciendo en el 13 en un programa que me permite a mí jugar un montón, ir para cualquier lado, meterme mucho en la producción y aprendo mucho todos los días. Entonces bueno.

¿Cómo manejas los tiempos de ensayar en Matilda, que es un montón, a conducir Bienvenidos a Bordo? ¿Cómo se manejan en esos tiempos, ese ritmo de vida?

- Un café negro a la mañana y arrancamos. Y sí. Todo el equipo de Bienvenidos a Bordo, cuando estuvo la idea de seguir este año, que no estaba planeado, yo les digo ´pero está Matilda´, ´no te preocupes, le vamos a contar la vuelta, nos vamos a adaptar´. Y la verdad es que les quiero agradecer porque es un equipo tan increíble, nosotros estamos grabando de noche muy tarde, después de los ensayos. Y nadie tuvo problema con eso y son todos unos genios. La verdad que se los reagradezco porque si no fuese por toda la predisposición de toda la productora y todo el equipo, no se podría estar ensamblando.

Llegaste para reemplazar a Guido, digamos, y te quedaste....

Bueno, fueron 15 días. La propuesta inicial era de 15 días y me quedé hasta el momento. Guido sigue siendo productor general del programa. Sigue siendo productor general del programa. Cada tanto si hay algo que me surge o alguna sección nueva, siempre la charlo con él, si tengo la chance. Yo recuerdo el primer día que llegué, llego al camarín, estaba "Peluca" y le dije, ´che, bueno, y la rutina´ y me dice, ´¿qué rutina?´ ¿Cómo que rutina? Pero ellos con Guido estaban acostumbrados a sin rutina, estaban las puertas todavía, me dice, ´no, andá viendo´. ´Pero no estoy acostumbrada" le dije y me contesta ´no, dale, lo vas a aprender.´ 

Y bueno, fue una experiencia hermosa de aprender todo eso y de tener la posibilidad y que confíen en mí para ir viendo por dónde creo que puede llegar a ir y con "Pelu" que lo tengo la cucaracha desde el día un,  que nos entendemos muy bien. Entonces fue todo nuevo, fue una experiencia que gracias a la gente que bancó el programa seguimos al aire.

No hace mucho dijiste que sos muy cabulera y que hasta que no se confirmó lo de Matilda ni siquiera a tu mamá se lo dijiste. ¿Esto es así?

- Sí, después mi madre se enoja cuando ve las fotitos en los portales y me dice ´me podrías haber contado, querida´.

¿Y qué otras cábalas tenés?

- Y qué sé yo, pie derecho, me levanto con el pie derecho, me pongo primero la zapatilla o el zapato derecho, entro al estudio con el pie derecho, esas pavadas mentales que creo que si no las hago me va a ir muy mal en el día, inentendibles, pero las hago, no hay dudas. Y si en el teatro trato, el primer día o la primera función, no hacer muchas cosas raras porque si sale todo bien después las voy a querer repetir. Entonces no, actúo con normalidad porque llego a hacer algo que después funcionó y voy a querer hacerlo todos los días. Entonces no, trato de no meter más cábalas de las que ya hay, digamos. Más mañas, más que cábalas. 

10