30 Julio de 2020 15:56
Laurita Fernández está en otra etapa de su vida completamente distinta a la que transitaba cuando comenzó la cuarentena obligatoria. Separada de Nicolás Cabré, de quien se distanció a finales de abril a través de una videollamada, actualmente conduce el Cantando por un sueño de la mano de Ángel de Brito y busca afianzarse en su rol en el reality.
La crisis de la pareja había trascendido luego de que la bailarina abandonara el hogar del actor para regresar a su casa, luego de que le arreglaran un caño de agua que se le había roto. Fue la propia Laurita la que confirmó el final de su relación con Cabré y aseguró que fue por videollamada a causa del aislamiento obligatorio.
En este panorama, Laurita aseguró que esta separación fue diferente a otras debido a que se dio en medio del aislamiento social: “El duelo en casa fue tremendo. Fue darme cuenta de que no tenía a alguien al lado en quien apoyarme. También tuve mucha extrañitis de ver fotos y videos, de ser súper masoquista, pude entender que todo eso tenía que pasar”.
Según explicó la flamante conductora de El Trece, la vida la “obligó” a transitar su separación del actor de esta manera: “Hubo momentos en los que sentí que era el fin del mundo. ¿Viste que en la cuarentena exagerás todo a la décima potencia? Pero esta vez me costó. Otras veces fue más pasajero el dolor y no me llevó tanto superarlo. Y no digo que yo no haya hecho sufrir también”.
En ese sentido, aclaró una entrevista con la revista Gente que lo peor ya pasó y manifestó su deseo de volver a apostar al amor. “Tengo ganas de volver a enamorarme, de estar en pareja aunque no sienta que lo pueda hacer hoy. Empecé a trabajar espiritualmente y la introspección, que me resultó súper valiosa, porque me dio más confianza en mí misma”, detalló.
Laurita explicó que, para transitar el dolor, se apoyó en las videollamadas con amigos, en la terapia online y en el estudio de italiano: “Me hizo que recuperara la autoestima. Fue duro, pero me lo pude bancar, Enfocarme más en evolucionar que en la idea de reconstruirme me salvó. También pienso que, si la pandemia no te cambió nada, no sirve el esfuerzo en lo más mínimo”.