El casamiento se iba a celebrar el 23 de septiembre de 2003, pero una infidelidad puso en pausa la ceremonia durante 19 años. Finalmente, el sábado 16 de julio de 2022, Jennifer Lopez (52) y Ben Affleck (49) se convirtieron en marido y mujer.
Sucedió en Las Vegas, sin la presencia de medios y con invitados contados. Exactamente todo lo opuesto a lo que dice el manual de las súper estrellas de Hollywood, y con un presupuesto sumamente inferior a la primera y fallida boda de la pareja.
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Ese detalle, precisamente, fue lo que más los conmovió: experimentar el anonimato rodeado de gente común. Lejos de querer tener las cámaras encima, las celebridades mantuvieron la noticia en secreto y tuvieron la posibilidad de vivir un casamiento como cualquier hijo de vecino. Así lo contó JLo a través de su newsletter, quien fue novia y periodista al mismo tiempo:
“Anoche volamos a Las Vegas, hicimos fila para obtener una licencia con otras cuatro parejas, todas haciendo el mismo viaje a la capital mundial de las bodas”.
Y agregó: “Detrás de nosotros, dos hombres se tomaron de la mano y se abrazaron. Delante de nosotros, una joven pareja que hizo el viaje de tres horas desde Victorville en el segundo cumpleaños de su hija, todos deseando lo mismo, para que el mundo nos reconozca como socios y declarar nuestro amor al mundo a través del antiguo y casi universal símbolo del matrimonio”.
Un final feliz para “Bennifer”
Desde que anunciaron su vuelta, y luego su compromiso, no hay fanático de Bennifer que no haya soñado con presenciar ese casamiento. Sin embargo, fueron muy pocos los privilegiados que estuvieron presente. Entre ellos, los tres hijos que tiene el actor con Jennifer Garner (Violet Anne, Seraphina Rose y Samuel) y los gemelos de Lopez con Marc Anthony: Emme y Maximilian.
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“Quédate el tiempo suficiente y tal vez encuentres el mejor momento de tu vida en Las Vegas, a las doce y media de la mañana, en el túnel del amor, con tus hijos y la persona con la que pasarás el resto de tu vida. El amor es una gran cosa, tal vez la mejor de las cosas, y vale la pena esperar”, describió la actriz con sumo romanticismo.
Y no terminó ahí. Haciendo referencia a los 19 años que tardó en llegar ese casamiento, la actriz compartió sus emociones a manera de catarsis: “El amor es hermoso. El amor es amable. Y resulta que el amor es paciente. Veinte años de paciencia. Exactamente lo que queríamos”.
La ropa, la espera y el amor
Los dos eligieron el blanco, él optó por un esmoquin que ya había usado en otras ocasiones y ella con un vestido largo que guardaba hace varios años para la ocasión. “Entonces, con los mejores testigos que puedas imaginar, un vestido de una película antigua y una chaqueta del armario de Ben, leemos nuestros propios votos en la pequeña capilla y nos entregamos los anillos que usaremos por el resto de nuestras vidas”, contó desde su página.
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Por algún motivo (“paciencia” dice ella), ese vestido guardado en su placard estaba destinado a caminar hacia al altar. O por lo menos eso le dio a entender Jlo a su peluquero, Chris Appleton, que fue otro de los invitados VIP que compartieron imágenes del fin de semana. En el video, la actriz le confiesa: “He tenido este vestido durante tantos años, y lo he estado guardando, guardando, guardando... y ahora lo estoy utilizando el día de mi boda”.
Para concluir, la protagonista de Gigli (2002), película en que conoció a su príncipe azul, despidió a sus lectores y por primera vez firmó con su nuevo nombre. Desde ahora, Jlo es Affleck.
“Con amor, Mrs. Jennifer Lynn Affleck”.
¡Qué vivan los novios!