11 Abril de 2023 16:40
Una denuncia prescripta en la justicia, transformada en una denuncia pública y social, es lo que mantiene a Lucas Benvenuto de pie para seguir afrontando el dolor que atravesó durante toda su infancia. El joven que denunció a Jey Mammon por abuso sexual, mientras él tenía 14 años y el conductor 32, dialogó con Karina Mazzoco para el programa “A la tarde” sobre todo el horror que le tocó atravesar, la huida de Jey hacia España y qué espera de la justicia.
Desde su casa, en Ushuaia, Lucas comenzó contando cómo fue la manera en la que se dio cuenta todo lo que tuvo que atravesar durante su infancia y adolescencia. "Siento que hubo un determinado tiempo para entender lo que hizo cada uno de ellos conmigo... No fue que yo me levanté un día y me di cuenta. Fue un proceso muy duro. Se metieron sentimentalmente. Hoy, en los ojos de un adulto, estamos halando de una persona de 32 años con una de 14, hoy, viéndolo como adulto entendí que lo que hizo él, (por Jey) estaba mal y fue igual de doloroso que el resto".
"Yo hacía las denuncias, sufría lo que sufría en la justicia y de repente ver que en menos de dos dos meses salía una prescripción, fue muy doloroso. No lo esperaba en tan poco tiempo. Me desanimó a no querer seguir. En casa tengo colgados los cuadritos de todas las prescripciones y no quiero ninguna más. La primera vez que yo hablo de esto, fue con la justicia, ni siquiera fue con una psicóloga, el mensaje que me dejaron fue muy amargo", admitió.
Sobre los Boy Lovers, la red de trata de la cual Lucas fue víctima, confesó: "Una vez lo trabajamos en terapia, la primera vez que arranqué, y tenía que poner en palabras y dar los nombres, poder ser capaz de pronunciarlos. Fueron varias sesiones y llegamos una lista de 40 personas alrededor. De esas 40, ninguno pagó una condena. Cabe decir que tampoco hice 40 denuncias. A medida que iba denunciado, tenía una devolución espantosa de la justicia y eso me desanimó. El líder de una de las bandas de pedofilia más grandes de Argentina está en su casa. El hombre que tiene una agenda con todos los nombres, está en su casa", declaró.
"No existe para mí cuando me dicen el juicio por la verdad. No quiero ningún cuadro más de prescripción. Yo denuncié, hablé, busqué ayuda, dije la verdad, yo sé cuál es la verdad. No quiero dar más detalles de como fueron los abusos, la diferencia entre todos fue que Jey jugó psicológicamente. Hoy en día me da asco escuchar que lo nuestro fue un vínculo amoroso. Me da asco. Hoy con 30 años puedo entender que no podes tener un vínculo de amor con un nene de 14 años. Escuchar eso, como adulto, me da asco. Es similar a como lo entendían los otros abusadores, para ellos es normal. No está mal acostarse con un chico de 14, para ellos. Es naturalizado. Y mientras tengan eso en la cabeza, no va haber formas de hablar como yo lo hago. Es imposible que un abusador admita que abusó", explicó.
"Uno de los motivos por el cual acepté la primera entrevista con vos fue por saber que otros niños están sufriendo lo mismo que sufrí yo. Fue algo improvisado y yo lo acepté porque estaba viendo el caso de Marcelo Corazza y el caso lo seguía porque habló conmigo, habíamos tenido un vínculo a través de una aplicación de citas hace años, yo ahí tenía 14 o 15. Habían quedado esas red abiertas porque me las habían abierto los anteriores. Yo doy la entrevista no solo por eso, sino porque sabía que había un chico que iba a sufrir como yo cuando vea que Corazza va a estar en libertad. Sabía que iba haber un sobreviviente sufriendo lo mismo que yo sufrí. No quería que haya otro Lucas y lamentablemente sucedió", planteó.
"Yo lo dije en el último vídeo en vivo, que a pesar de tener una historia mala con la justicia, hay que denunciar igual sin esperar el resultado. Es el primer paso. Pero también hay que pensar en las personas que trabajan ahí y que con esa firma y con ese sello, se arruinan muchas vidas. Quizás mi historia dolorosa sea un papel y un sello par ellos, considero que tendrían que cambiar de trabajo".
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"Me es difícil hasta decirlo, pero la cantidad de historias que me llegan como las mías y que no denuncian porque no se animan o porque cuando hablaron no les creyeron, que han tenido la misma mala suerte que yo, es tremendo. A mí me pasó que no me creían. A mis 6 años, cuando me entero que volvía mi tío postizo a Buenos Aires y que venía a la casa de mi abuela para quedarse, fue horrible. El decidía ir a dormir siempre a mi cama y a nadie le llamo la atención. En el momento que sé que vuelve, me agarra un ataque nervioso, me salió decir 'el me toca' y la primera respuesta que recibí fue: sos un mentiroso. Lo único que querés es crear un problema y ahora lo que dijiste, se lo vas a decir a él en la cara. Así me dijeron. Nunca más quise contar nada", manifestó."El día que denuncie a Jey, primero lo hablé en terapia y mi psicóloga no sabía quién era el que me abusaba. Conocía toda mi historia y para cerrar con los capítulos, tenía que realizar la denuncia. En ese momento Jey estaba en la televisión, no estaba en los Mammones, estaba en Bailando o Cantando. Fue un día muy doloroso. Agotador. Fue igual que las otras denuncias, fue igual de triste. Tuve que cumplir lo que había hablado en terapia, sabiendo que me iba a proscribir, tenía que hacerme fuerte. No me esperaba que sea tan temprano. Yo me senté y conté la verdad. Puedo esperar todo de la justicia, no me sorprende que jueguen así con las historias. Si todo el mundo dice que había algo raro, tendrían que escuchar. No hubo una audiencia ni nada. Se burlaron de mí. Así lo siento. En esta y en todas las causas. No hubo una en la que yo me haya sentido escuchado y respetado con empatía".
"Con la denuncia pública me sentí escuchado por los periodistas y la sociedad. Mi historia no es un show. Habría que manejar muy bien estos temas. Yo he sido acosado por un canal de televisión argentina, les ofrecieron droga a mis vecinos para que les contaran a qué hora yo salía y entraba de mi casa. Nuestras historias no son de entretenimiento, es una historia de dolor. Fui escuchado por la sociedad, estoy agradecido, pero necesito seguir con mi vida", expuso.
"No me sorprendió la defensa de Jey, porque el efecto sorpresa de escuchar cómo se defiende mi abusador, hace un montón lo perdí. Lo perdí cuando lo escuche en los juicios, en las pericias, cuando tuve que ir a declarar y escuchar la otra parte. Llegué muy curtido con el tema para que hoy sea una sorpresa. No me sorprende que se fue del país y sé que va a volver, no sé cómo, no es mi problema, mi problema hoy es sanar. Lo que pase con ellos de ahora en más es de la justicia, si dice que tienen que estar libres, que estén. Tengo 30 años, estoy muy cansado. Tengo mucho tiempo con esto"
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"Nunca extorsioné a Jey. Todos intentaron de alguna forma zafar. Marcelo Rocca Clement dijo que a los 12 años yo lo seduje y son muy raras esas formas de defenderse. Por eso ya no me sorprende nada, ni que Jey diga que lo nuestro fue un vínculo amoroso cuando yo tenía 14 y el 32. No tengo que dar explicaciones sobre los audios o mensajes que fueron mostrados. Créeme que no hay despecho cuando te violan a los 14 años. Es un comentario muy cruel decir eso, ojala hubiese sido un despecho. Ojala hubiese sido más grande cuando él me conoció"."Yo estuve un mes secuestrado. Fue tremendo porque tenía que ceder a todo lo que mi abusador quería. Simón me enseñaba a doblar la ropa, me enseñaba que tenía que comer, como tenía que comer, a qué hora tenía que dormir y demás. Recuerdo el día que cumplí 13 años, a modo de regalo, abre la puerta y aparece con una torta con unas velitas que decían 13 y un arcoíris y ese día yo sentí que si no me escapaba, él me sacaba del país o me iba a matar. Mi abusador digitaba mi vida. Él quería obtener mi partida de nacimiento, si había forma de llegar a mi abuela para obtener la partida de nacimiento y también se lamentaba por no haberme conocido cuando era más chico. Cuando yo decía que no a algo, comenzaba a abusarme. Había algo que dividía donde yo estaba secuestrado. Sus hermanos nos escuchaban. Ellos sabían que había alguien ahí. Nunca golpearon, nunca preguntaron. Si yo hacía algún ruido era peor. Yo tenía que estar en silencio porque si no me pasaba lo que él me decía que me iba hacer", manfiestó.
"Cuando vos sabes la verdad y cuando hiciste lo que tenías que hacer, el resto no importa. Si pasa, si no pasa. No me voy a volver a exponer a la justicia. Me da vergüenza la justicia, que encima me dio la espalda, ahora me quiera mirar de nuevo, defendiendo a un abusador, no. Perdón, pero no. La justicia no esta interesada en meter preso a un abusador. Es alguien que está condenado y no quieren poner la firma para hacerlo", concluyó.