Si de apasionados por su trabajo hablamos, hay que tomar en cuenta, sin dudas, el caso de Lucía Ugarte: es conductora y productora del ciclo Chicas Guapas -que actualmente se emite los domingos por la pantalla de América-; CEO de YAY Producciones, donde se especializa en el desarrollo de contenido innovador, explorando nuevos formatos audiovisuales, tecnologías y maneras de interactuar con su comunidad; y corresponsal del grupo América en Estados Unidos.
En diálogo con este sitio contó que realiza entre cuatro y cinco móviles diarios desde el país comandado por Joe Biden para contar las novedades de todo lo que ocurre allí. "La situación en Estados Unidos es cada vez peor. En algunos sectores ya comenzaron a utilizar barbijos obligatorios y los contagios están comenzando a elevarse de nuevo, sobre todo a causa de la variante Delta. Es el país con más vacunas, pero la mitad de la población no se quiere vacunar", advirtió.
El año pasado, Lucía tuvo que atravesar un duro momento tras someterse a un tratamiento para congelar óvulos: fue internada y operada a raíz de una infección que se manifestó tres semanas después de que le extrajeran los óvulos para su conservación. "Mi tío, que es médico y de absoluta confianza, me dijo que cualquier intervención puede generar una infección. Siempre que uno se opera. puede llevar a una infección, pero yo no tenía idea de los síntomas", aclaró.
Según explicó, por su trabajo con "Chicas guapas" -además del programa, es la creadora de la exitosa plataforma y comunidad de moda, belleza y estilo de vida internacional- le llegó una gacetilla de prensa que afirmaba que "la edad ideal para congelar óvulos es antes de los 35 años”. Por esta razón decidió a hacer el tratamiento que concibió como “una forma de planear la maternidad sin presión”.
Y agregó: "No quiero ser madre por ahora y si me arrepiento de esta decisión, gracias a la ciencia lo puedo reevaluar. Los síntomas de la infección los comencé a sentir el 31 de octubre, cuando teníamos que celebrar y conducir el evento de Halloween Online. Ese día sentí un fuerte dolor de panza que se calmó con un antiinflamatorio que me dio el médico. Pero más tarde, me dio migraña, sentía desgano, poca energía y a la noche transpiré la cama como si hubiera tenido fiebre".
De acuerdo con sus dichos, todo el mundo creyó que había contraído coronavirus: "Tuve una infección horrible en medio de la pandemia, pero todo el mundo pensaba que tenía COVID. Fui a la guardia, donde me hisoparon y di negativo. Temblaba por las noches y llegue a convulsionar. De un día para el otro, empecé a convulsionar muy fuerte y mis papás me llevaron a la clínica".
Aquella vivencia la definió como una "película de terror". Lucía relata: "Gritaba, transpiraba, tenía picos de fiebre, vomitaba, temblaba. Me hicieron firmar un papel donde decía que podía llegar a perder un ovario. Horas después abrí los ojos y me dijeron que habían conservado el ovario porque lo que había era una tremenda infección que había afectado todo mi abdomen. Drenaron la infección, lavaron mi estómago y me operaron a tiempo para salvarme la vida”.
Afortunadamente, no le dejó ninguna secuela más que el "temor" que sintió en aquel momento y hoy está celebrando su incursión a la escritura: lanzó “Yo Jefa”, su nuevo libro donde proponer hacer un interesante e inspirador recorrido por lo que fue su carrera como emprendedora compartiendo sus estrategias y sus mejores secretos para impulsar a las personas a seguir sus sueños. "Les doy herramientas para implementar en proyectos propios y con una dosis de inspiración y motivación que los pueden impulsar a concretar cada uno de tus pasiones. Siento que todos podemos ser nuestros propios jefes, aún trabajando en relación de dependencia", afirmó.
¿Cómo nace "Yo Jefa"?
- Nace de las ganas de contar mi historia, esa que me piden contar en cada uno de los grupos de mujeres que comparto y en las diferentes convenciones que participo sobre la creación de “Chicas Guapas”. Decidí contar cómo fue el negocio del que yo vivo y que todos puedan monetizar dando las estrategias que a mi me sirvieron para poder trabajar de esto.
Para crear “Chicas Guapas” no solo tuve que tomar cursos, sino que también tuve que aprender de finanzas, de networking, liderazgo, y automotivación, tópicos que usualmente uno no aprende en una formación académica tradicional y que, sin lugar a dudas, me ayudan diariamente en cada proyecto que emprendo. Siento que todos podemos ser nuestros propios jefes, aún trabajando en relación de dependencia.
El trabajo de tus sueños no existe, tenés que inventarlo. Aprender a renunciar o como se puede logra mantenerse motivado en el ámbito laboral son dos cuestiones sumamente difícil a las que le dediqué un capítulo completo. A veces, uno tiene objetivos muy rígidos y en el medio te pueden llegar a surgir otras oportunidades que vale la pena aprovechar. Hay que adaptarse al cambio.
Yo estaba esperando por la posibilidad de hacer un programa que quería y que me venían rechazando dese hacía tres años. Pero en el medio me salió la posibilidad de incursionar en América y eso fue lo que me dio un montón de herramientas que me permiten trabajar para el grupo como conductora, productora y como periodista.
Uno, a veces, se queda en ámbitos que no lo hacen feliz por el simple hecho de que "le da de comer", pero hay cientos de otros trabajos para "darte de comer". Creer en nosotros mismos es el primer paso para realizar lo que queramos. Hay que creer en nuestro potencial, generar impacto y poder vivir de nuestras pasiones. Lo que aconsejo no es vivir para el trabajo, sino vivir y disfrutar de lo que uno hace.
Una experiencia similar viviste el año pasado, cuando casi dejas el programa por el avance de la pandemia, ¿cómo lograste la motivación para seguir?
- Fue tremendo. Hice el verano con Moria Casán, como cronista de Incorrectas, después me vine a Miami para visitar a mi pareja (Pablo ,con el que lleva casi siete años en pareja) y a cubrir un evento de Netflix en México. Pero esto último me lo cancelaron por la pandemia y quedé varada en Estados Unidos. Pero paradójicamente, el programa se mantuvo gracias a las emprendedoras y a mi pareja, que me decía que no lo dejara.
Fue él en cierta medida el que me motivó a seguir con el programa. Fue un momento crítico porque solamente teníamos dos meses de aire en la televisión y por la pandemia mundial todos los auspiciantes pausaron sus inversiones publicitarias. Justamente las emprendedoras decidieron apostar en nosotras en ése momento, reducimos costos, y así logramos sostenernos. No bajar los brazos es clave para alcanzar un objetivo.
Hoy lograste instalar una marca con "Chicas guapas", que empezó en el ámbito digital y que hoy ya cuenta con su propio programa de tevé ¿Tu carrera es una construcción constante?
- Sí y sigue. Es un ladrillo que no termina de colocarse. Creo que nunca se llega a nada, que uno termina un objetivo y va por el siguiente. Eso es parte de la vida. Tengo miles de proyectos nuevos y en el camino trato de disfrutar cada momento. Soy una diva obrera que trabaja, insiste, lucha y persiste para llegar a la meda. Yo creo que comunicar de manera honesta, generar empatía y entretener es mi pasión.
¿Por qué te definís cómo una diva obrera?
- Nace de eso, de mi constancia, de mi amor al trabajo y por vestirme con vestidos de alta costura durante los eventos, cuando cinco minutos antes andaba lastimándome las rodillas y en jean detrás de cámara. Es un término divertido que surgió una vez que estaba trabajando durante un evento, me caí, me lastimé las rodillas y luego salí en cámara con un hermoso vestido que me tapaba la la rodilla ensangrentada.
Entonces la gente me definió como una diva obrera al verme conduciendo eventos vestida con grandes vestidos de alta costura, extremadamente pomposos, y cinco minutos antes de arrancar, estaba llevando cajas y armando la disposición de las sillas si era necesario.
¿Cómo estás de salud después de ser operada de urgencia el año pasado?
- Mi tío que es médico y de absoluta confianza me dijo que cualquier intervención puede generar una infección. Siempre que uno se opera. puede llevar a una infección, pero yo no tenía idea de los síntomas. Me había llegado una gacetilla que me decía que la edad ideal para congelar óvulos era antes de los 35 años. Yo no quiero ser madre por ahora y si me arrepiento de esta decisión, gracias a la ciencia lo puedo revaluar.
Los síntomas de la infección los comencé a sentir el 31 de octubre, cuando teníamos que celebrar y conducir el evento de Halloween Online. Ese día sentí un fuerte dolor de panza que se calmó con un antiinflamatorio que me dio el médico. Pero más tarde, me dio migraña, sentía desgano, poca energía y a la noche transpiré la cama como si hubiera tenido fiebre.
Tuve una infección horrible en medio de la pandemia, pero todo el mundo pensaba que tenía COVID. Fui a la guardia, donde me hisoparon y di negativo. Temblaba por las noches y llegue a convulsionar. De un día para el otro, empecé a convulsionar muy fuerte y mis papás me llevaron a la clínica. Gritaba, transpiraba, tenía picos de fiebre, vomitaba, temblaba.
Me hicieron firmar un papel donde decía que podía llegar a perder un ovario. Horas después abrí los ojos y me dijeron que habían conservado el ovario porque lo que había era una tremenda infección que había afectado todo mi abdomen. Drenaron la infección, lavaron mi estómago y me operaron a tiempo para salvarme la vida.