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"Es una persona perversa"

Luciana vs. Redrado: una guerra judicial con acusaciones de perversión, abandono y una hija en el medio

La modelo acusó al economista de perverso, mentiroso y de querer borrar su rol de "padre afín" de Matilda.

30 Abril de 2025 09:13
Martín Redrado y Luciana Salazar
Martín Redrado y Luciana Salazar

Si los guionistas de Succession hubieran conocido a Luciana Salazar y a Martín Redrado, la serie podría haber tenido una temporada argentina con rating récord. Pero lo que parece una novela de enredos y escándalos mediáticos tiene un trasfondo mucho más serio: una demanda por paternidad, una menor en el medio y una figura pública que, según la denunciante, quiere hacer desaparecer su historia con una firma y un olvido. La protagonista, Luciana Salazar, no necesita mucha presentación. Modelo, panelista, influencer, actriz, ex vedette y, desde hace un tiempo, madre por subrogación de vientre de Matilda Salazar

El antagonista, Martín Redrado, economista, ex presidente del Banco Central, ex pareja de Luli y ahora, según ella, ex responsable afectivo y económico de una menor con la que tenía -o habría tenido- un vínculo legal de "padre afín". Durante las últimas horas, Salazar estalló en redes y en medios con una serie de declaraciones demoledoras. Lo acusó de "persona perversa", de mentir ante la justicia y de usar "artimañas" para desligarse de cualquier tipo de obligación hacia la niña. "Lo que le hace a la menor, y me genera en consecuencia, es inexplicable", dijo, con un tono que mezcla furia, dolor y cierta sed de justicia... o al menos, de verdad.

La bomba estalló cuando Salazar mostró documentos que -según su versión- demuestran que Redrado firmó compromisos legales de acompañamiento hasta la mayoría de edad de Matilda. Sigue contestando con mentiras en una situación tan delicada como son los derechos de una menor que están siendo vulnerados nuevamente. Hablamos de una persona totalmente perversa. Primero mintió con todo. Están las pruebas", disparó. Y aunque el economista mantiene un silencio sepulcral (muy propio de los economistas cuando no hay inflación de por medio y de su figura política), el conflicto ya escaló al terreno judicial.

Salazar no pide "plata para ella", como aclaró en varias entrevistas, sino lo que considera una deuda moral y legal con Matilda. "Dijo que no había firmado nada y compartí un fallo donde en su declaración dijo que se iba a hacer cargo hasta la mayoría de edad de la nena que, para él no tenía responsabilidad y miente que no firmó ningún acuerdo ante la escribana pública, ni es deudor alimentario. No se trata de dinero, sino de vivienda y colegio. Yo soy su representante legal y hago valer sus derechos", remarcó. Y, como si faltaran frases filosas, agregó: "Una nena no es un envase descartable".

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Martín Redrado y Luciana Salazar

Pero el costado más inquietante de sus declaraciones fue el que apuntó al poder de Redrado: "Es una persona que tiene facilidad con la justicia desde muchos aspectos -refirió, además, al cambio de nombre- y eso me genera mucho temor porque la justicia está lenta ante la vulneración de los derechos de una nena". ¿Está sugiriendo que hay operadores detrás del telón? ¿Que la balanza judicial tiene inclinaciones? En un país donde la Justicia suele ser más lenta que un trámite en el ANSES, no suena descabellado pensar en favoritismos. En este sentido, calificó al economista como "Macabro, sin lugar a dudas".

Matilda y Luciana Salazar
Matilda y Luciana Salazar

Por ahora, la historia suma capítulos como cualquier culebrón argentino: declaraciones explosivas, silencio del otro lado, documentos filtrados, justicia dormida y una menor que crece en medio de una disputa de adultos que todavía no entendieron que, más allá de las peleas y los títulos rimbombantes, hay una sola protagonista que debería importar: Matilda. "Más allá de lo económico, desde el lado sentimental hacia la nena, yo no reclamo nada sentimental hacia él porque no quiero saber nunca más nada, pero al jugar con los sentimientos y abandonarla, desde el lado moral es macabro. No sé cómo puede dormir tranquilo. Una nena no es un envase descartable", cerró Luli.

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