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Mano a mano con Christophe Krywonis: la pandemia, los realities y su nuevo programa

El reconocido chef francés dialogó con BigBang a horas del debut de su nuevo reality culinario que se estrenará este domingo y que tiene como objetivo encontrar al mejor "parrillero amateur" de la Argentina. 

por Alejo Paredes

02 Octubre de 2021 08:00
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Es difícil que alguien ya no conozca el rostro de este ex corpulento y muy reconocido cocinero francés. Es que Christophe Krywonis, siempre luciendo su característica boina, se ganó el cariño, la admiración y, por qué no, algún que otro enojo por parte del público en su rol como el jurado duro, exigente y al que todos temían en MasterChef, Dueños de la cocina y Bake Off Argentina. 

Y es que la vida de Christophe siempre fue tan exigente como actualmente lo es él en materia gastronómica. Nacido en Blois, Francia, hace 56 años, durante su juventu quiso ser antropólogo, pero terminó volcándose a la cocina gracias a la influencia de su abuela materna, a quien siempre definió como una excelente persona y cocinera que le enseñó todo lo bueno que hay en la vida.

Al finalizar sus estudios, sus primeros pasos fueron más que difíciles: trabajó en un restaurant con una estrella Michelin donde lo explotaban. De hecho, dormía apenas cuatro horas por noche durante seis días a la semana. Lejos de dar el brazo a torcer, siguió su camino y trabajó en un restaurant en Lamotte-Beuvron, donde se creó la tarte tatin, la famosa torta invertida de manzanas.

La vida lo llevó a ingresar a la marina francesa para hacer el servicio militar; estuvo destinado en Martinica. Pero fue un capricho del destino el que lo llevó a encontrarse con Martín Pittaluga, un ex compañero de trabajo, quien lo convenció de venir a la Argentina, más precisamente a Las Leñas, al restaurant de Francis Mallmann, donde solo iba a pasar una temporada y terminó quedándose casi tres décadas en el país.

 

Desde entonces, la carrera de Christophe  no paró de crecer hasta el punto de incursionar la televisión. Si bien durante muchos años, su imagen estuvo ligada a la pantalla de Telefé, a mediados del 2020 lo convocaron para participar como jurado de MasterChef Celebrity y el francés decidió rechazar la propuesta. Este año aceptó formar parte de Lo de Mariana, por El Trece, pero el ciclo fue levantado a dos meses de su debut.

Gracias a la pandemia, logró conectarse mucho más con sus seguidores hasta que recibió una nueva propuesta laboral: Christophe  volverá a los certámenes de cocina y se pondrá al frente de “Parrilleros Space”, una competencia gastronómica que promete llevar la pasión, el orgullo y la argentinidad a un nuevo nivel.

La competencia gastronómica constará de 12 episodios en diferentes lugares del país. De la misma participarán 24 parrilleros "amateurs". En cada capítulo, se enfrentarán dos cocineros que medirán sus conocimientos en un duelo contra reloj en una parrilla. El vencedor desafiará a Christophe en un reto culinario para luego someter ambas preparaciones a un veredicto a ciegas de un jurado vinculado con el lugar donde se realizará la competencia.

BigBang dialogó con el reconocido chef a horas de su debut por la pantalla de Space y, entre otras cosas, si bien reconoció que fue derrotado en varias oportunidades durante el desarrollo de este nuevo ciclo gastronómico, aclaró: "No me gusta perder. Soy honesto y cuando hago un trabajo lo hago a conciencia. Cuando dejé de estar tan expuesto como los exitosos MasterChef y Bake Off, fue porque me sentía más identificado con otro proyecto de trabajo". 

¿En qué si diferencia Parrilleros de otros realitys?

-Parecidos no hay ninguno. Es un reality, pero es como decir que tal programa se parece a otro. La impronta de "Parrilleros" radica en que es un reality donde la gente se va a encontrar con supuestamente participantes amateurs, porque no son todos amateur los que van a cocinar. Y lo más importante es que yo al final me juego a cocinar a la par de todos y puedo ganar, perder o empatar.

¿Te gusta la parte de concursar?

- Si, porque soy así. Soy honesto y cuando hago un trabajo lo hago a conciencia. Cuando dejé de estar tan expuesto como los exitosos MasterChef y Bake Off fue porque me sentía más identificado con otro proyecto de trabajo. Esto me vino como anillo al dedo porque no estaba premeditado que haga "Parrilleros".

¿Cómo te llegó la propuesta?

- Me llegó en febrero. Estaba en Mendoza en un evento, me llamaron de Warner y me dijeron que tenían un proyecto que me podía interesar. Esto se hace en México, Chile y se está por producir en Brasil. Cuando me empezaron a contar sobre el proyecto les dije: "Pará, justo lo que quería hacer yo era un programa donde cocinara a la par de la gente". No uno más, ni uno menos, sino a la par de ellos. 

 

Algo que pasó en la pandemia, un día tenía que cocinar una boludez. Le mandé la foto a una productora de Telefe: pegué con cinta scotch una tablet que tenía y de forma horizontal. Lo até y encuadré como pude. Y cuando ya tenía todo listo para salir al aire, me dijeron que tenía que girar la pantalla. Ahí dije "no", así no va.

Pero todo eso, el estar atado con alambres, generó en las redes una simpatía sorprendente conmigo. Yo cocinaba todos los días, hablaba con la gente, les dejaba diez minutos para hacerme preguntas, cagaba a pedos a alguno que se pasaban de rosca con comentarios desubicados. De golpe una marca me mandó micrófonos, computadoras para que tuviera más calidad la edición. Y bueno, me dije "vamos a divertirnos". 

El programa te llevó a recorrer el país... ¿qué cosas te sorprendieron o aprendiste de los concursantes?

- Bueno...en el programa que se verá el domingo te puedo asegurar que si vas a Mercedes y no probás la salsa criolla de "Lucho" (uno de los concursantes de "Parrilleros" que debutará en el primer programa) no entendiste qué tenías que hacer allá. Es un viaje de ida. Después estuve con un parrillero, que hace pescados, que prepara la mejor paella de arroz. Lo hace mejor que nadie, está en Necochea y nunca lo probé así en Argentina.

Más allá de las técnicas, me llevó la relación humana. Hubo un programa donde no me pude acercar a los participantes antes de grabar. Sí los fui a saludar, pero no tuve tiempo de hablar. ¡Y eso se sintió! Dije: "che, acá nos comimos algo". Cada vez que grabamos, yo estoy con la gente antes para que se sientan cómodos. Comemos algo con ellos o tomamos un café.

 

Soy alguien muy exigente, pero no en ese caso. Soy un tipo con educación y la idea era que la gente se siente cómoda como en su casa, con ganas de cocinar y sin verse intimidada al principio. Que se suelten y que me digan: "che, yo también te puedo ganar". De hecho, perdí un par de veces.

¿Y sos buen perdedor?

- No, no me gusta perder. Pero reconozco que hay que reconocer la derrota. 

¿Cómo hacés para mediar entre tu lucha por bajar de peso y probar distintos platos durante el programa?

- No puedo más. Por el programa y en general es comer la medida justa. Yo sé que mi estomago es un vaso de 250 ml y cuando se llene no puedo comer más. O sea, si tomé un vaso de agua y me llené, ya no puedo comer más. No me va a entrar. Al momento del programa, cuando pruebo, yo ya estoy listo y pruebo uno o dos bocados. Mi cuerpo me pone un freno solo.  

La parrilla es la protagonista de este nuevo reality... ¿Qué claves o tips nos podés dar a tener en cuenta a la hora de preparar un buen asado?

- Sabés por qué no te voy a responder, porque todavía no terminé de grabar y cuando vean la nota me puede jugar en contra (risas). Es sencillo, el fuego y las brasas son lo más importante. Un tip importante, como se lo dije a "Lucho", radica en la preparación de las verduras. El gusto que le tomás al cocinar la carne, hay que tomarlo también al cocinar las verduras. Hay que amigarse con ellas y encontrarles el punto justo a la hora de cocinarlas.

Lo que juega a favor mío es que yo cocino de todo y ellos no tanto, sobre todo verduras. Entonces se encuentran con varias complicaciones por momentos que son interesantes, pero yo también estoy para ayudar. A Lucho le dije lo de las verduras, a otro participante le dije: "che, fijate la distancia del fuego sobre la carne, me parece que se te va a ir. 

Es un momento en el que creo en la comunión y, a su vez, en la competencia digna de un programa donde uno tiene que ganar y el otro que perder. 

La popularidad de los reality de cocina están en alza.. ¿a qué se debe esto en tu opinión?

- Sabés que no sé...somos los mejores (risas). Honestamente no sé, a la gente le gusta cocinar, le encanta comer, es algo que unifica a la familia. La persona sola, cuando come por ahí se siente con ganas de compartir algo. Eso te hace más humano. La cocina es una emoción.

En el adelanto del primer programa te vi mucho más descontracturado, no tan exigente y hasta usando el humor como herramienta... ¿es una nueva versión de Christophe?

- La idea, lo que intenta el productor y Warner, es que yo me sienta cómodo. Al principio les preguntaba: "Che, boludo... ¿Estoy bien enserio?". Y me decían que "sí". ¿"Vos estás contento?", me preguntaban. Entonces les respondía: "Bueno, está bien, estoy contento. Si ustedes están contentos, yo también".

Lo vi hoy y me vi tranquilo. Me sentí muy a gusto, tuve problemas con tal o cual producto que no conseguíamos y la productora se encargaba de resolverlo. Estuvieron muy pendientes de mi bienestar y el de todos. Hubo una armonía en general que traspasa la pantalla. Lo que ves vos me pone muy contento, no porque me vean simpático sino porque fue lo que se vivió y se sigue viviendo en las grabaciones.

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