Son las 3 de la mañana, es otro día cualquiera del 2011 en Villa Luzuriaga, cuando Nicolás Occhiato se sube a un camión y comienza su larga jornada laboral como repartidor de pan. De aquella época, ya pasó una década y la actualidad del mediático de 28 años es claramente otra: actualmente dirige una productora de contenidos a la que bautizó con el nombre de su tierra natal, "LUZU" y una señal digital multiplataforma, llamada "LUZU TV".
Si de esfuerzo, sacrificio y una dosis de picardía hablamos, Nicolás Occhiato es sin dudas un nombre a tener en cuenta. Nacido en el seno de una familia con orígenes italianos, terminó el colegio secundario sin una meta fija a seguir: "La realidad es que cuando terminé el colegio, en donde no me iba muy bien, mis viejos querían que estudie y yo no quería", cuenta, con una pícara sonrisa en el rostro, sabiendo que el destino le aguardó una parada aún más grande.
"Cuando se lo planteé me dijeron que tenía que ir a laburar. En ese momento pensaba que iba a trabajar en el Corralón de mi viejo, pero no me lo dio nunca como opción y me mandó a laburar con mi tío, que por esa época tenía un reparto de pan. A las 2.30 o 3 de la mañana ya estaba arriba del camión con 18 años", agrega en un mano a mano que tuvo con BigBang, poco antes de comenzar a timonear "Nadie dice nada", su propio magazine.
Durante diez largos meses, Nicolás estuvo arriba del camión entregando pan durante la madrugada hasta que un día se cansó: "Se lo planteé a mi viejo y me dejó ir al corralón. Me dio un camión chico para que hiciera fletes. Me dedicaba a llevar la mercadería chica, como arena y cemento. Hasta que después de un año, le dije que quería estudiar me metí en Derecho. Además, entré a laburar en la parte de legales del Bingo de Adrogué".
Ahí fue cuando el destino entró en acción e incursionó en los medios en 2014. "Mientras hacía este tipo de trabajos, me anoté para trabajar de extra. Un día, mientras estudiaba derecho, falto a la facultad y a las 19 horas prendo la tele y justo estaba Combate por Canal 9. En ese momento, Fierita (Guillermo Patricio Catalano, conductor del ciclo por ese entonces) largó el casting", recordó.
Si bien su primera aparición en cámara fue cuando se unió al programa que se emitía por Canal 9, su llegada a la pantalla chica, si bien fue buscada, resultó inesperada y muy sorpresiva para él: "En ese momento estaba metido en el gimnasio y me ofrecían entrenar con Tito Esperanza (ex participante del Bailando). Mandé un mail con las fotos y a los 10 minutos me respondieron para que vaya al casting al otro día".
Pero al llegar al lugar, notó que se trataba de un casting abierto y que tenía por delante más de tres cuadras de personas de todas las edades y sexos esperando por su oportunidad. "No me rendí y quedé en la preselección. Me hicieron hacer estudios y la verdad que no sabía bien dónde me estaba metiendo. Para colmo había mentido en el Bingo porque tuve que faltar a mi trabajo varios días para hacerme los estudios que me llevaron todo el mes", contó.
Afortunadamente, Nicolás fue uno de los elegidos por la producción de Combate y fue el turno de contarle la "verdad" a su jefe. "Cuando quedé, ahí se lo tuve que blanquear a mi jefe y él, muy copado, me dio licencia sin goce de sueldo por dos años para que pudiera probar suerte. ¡Me dejó las puertas abiertas!", reveló y resaltó que pasado ese obstáculo, le aguardaba uno mucho más complicado: contarle a su mamá y a su papá que su pasión era la televisión.
En ese sentido, explicó: "Después se lo tuve que contar a mi viejo y fue una parada brava. Pero en todo ese tiempo ya le había demostrado que podía trabajar y estudiar. Tenía 21 años y le dije que me la quería jugar. No le gusto mucho en el momento, pero cuando empezó a salir todo bien se subió al barco (risas). La verdad es que es gracias a ellos que hoy pude llegar a donde estoy".
Combate fue la primera incursión de Nicolás Occhiato en la televisión y, desde entonces, su carrera no ha parado de crecer. En ese programa logró conseguir una gran cantidad de seguidores conocidos como "occhiatistas", que fueron parte del título conseguido en el Bailando 2019. Aquella final tuvo un condimento especial, ya que logró vencer a Flor Vigna, que venía de ser bicampeona del certamen, con el 50,08% de los votos de la gente y bajo un promedio de 20 puntos de rating.
Fue en Combate también donde conoció a Vigna, quien fue su pareja durante siete años. Juntos lograron una gran popularidad y disfrutaron un amor que lamentablemente concluyó durante esta pandemia de coronavirus. "Fueron siete años con Flor en una etapa muy importante de nuestras vidas, no solo por el camino que tuvimos que recorrer juntos, sino que ella también fue clave en la etapa de la creación de LUZU", reconoció.
Y agregó: "Durante la pandemia estuve con ella y le consulté todo. Ella me enseñó a creer en mi, a luchar por mis sueños y a pelear por cumplirlos. Me mostró que no hay límites si uno le pone garra. A ella la respeto muchísimo, es una productora genial y siempre fue la primera persona a la que le consultaba todo. La admiro muchísimo y tiene una cabeza distinta a las demás. Fue un gran amor el que vivimos y la considero parte de mi familia".
Luego de algunas campañas de publicidad y tras haber estado en la conducción de los programas Tenemos wifi (NET TV), Somos muchos (Rock and Pop) y Fuera de eje (Fox Sports), Nico consiguió coronarse como campeón del Bailando 2019. A partir de ahí, decidió incursionar con su propio proyecto: "LUZU y “LUZU TV".
Se trata de una productora de contenidos “in house” y para terceros, y una señal digital multiplataforma que, si bien tendrá una estructura de programación similar a la televisión tradicional, busca convertirse en un medio de comunicación "innovador con los códigos y las libertades" que habilita la virtualidad, según el propio Occhiato.
Actualmente, cuenta en su grilla con el ciclo “Nadie dice Nada”, que acumula casi un millón y medio de visitas en Youtube y promedia las cuarenta mil visitas mensuales en su formato podcast en Spotify. Este magazine con estructura radial es conducido por el propio Occhiato, acompañado de Naty Jota y Flor Jazmín Peña, su partenaire durante su consolidación en el Bailando por un sueño 2019.
Al mismo tiempo, trascendió en las últimas semanas que Nico Occhiato prepara su incursión a Telefe de la mano de Zaira Nara: ambos conducirán El último pasajero, el programa que estuvo al frente de Guido Kaczka durante más de 9 años y que regresará a la pantalla chica una vez termine La Voz Argentina. Se trata del ciclo en el cual grupos de jóvenes competían para ganarse un viaje de egresado.
Sobre esto, el mediático le dejó en claro a este sitio que hay proyectos con Telefe, pero sentenció: "La realidad es que no puedo decir nada ni tengo nada concreto. Es verdad qué hay proyectos con Telefe, pero estamos charlando todavía". Se trataría de una nueva versión del popular ciclo de viajes, ya que ahora serán dos las personas que estarán al frente del mismo y no tendrá la marca personal que le supo dar el actual conductor de Bienvenidos a Bordo (El Trece).
La entrevista completa a Nicolás Occhiato
¿Cómo pasaste de repartir pan y materiales de construcción a incursionar en la televisión?-Fue rarísimo. La realidad es que cuando terminé el colegio, en donde no me iba muy bien, mis viejos querían que estudie y yo no quería. Cuando se lo planteé me dijeron que tenía que ir a laburar. En ese momento pensaba que iba a trabajar en el Corralón de mi viejo, pero no me lo dio nunca como opción y me mandó a laburar con mi tío, que por esa época tenía un reparto de pan. A las 2.30 o 3 de la mañana ya estaba arriba del camión con 18 años.
Lo hice durante 10 meses, hasta que no pude más. Se lo planteé a mi viejo y me dejó ir al corralón. Me dio un camión chico para que hiciera fletes. Me dedicaba a llevar la mercadería chica, como arena y cemento. Hasta que después de un año, le dije que quería estudiar me metí en Derecho. Además, entré a laburar en la parte de legales del Bingo de Adrogué.
Ahí fue destino el que entró en acción. Mientras hacía este tipo de trabajos, me anoté para trabajar de extra. Un día, estudiando derech,o falto a la facultad y a las 19 horas prendo la tele y justo estaba Combate en canal 9. Ahí fue cuando Fierita (Guillermo Patricio Catalano, conductor del ciclo por ese entonces) largó el casting.
En ese momento estaba metido en el gimnasio y me ofrecían entrenar con Tito Esperanza (ex participante del Bailando). Mandé un mail con las fotos y a los 10 minutos me respondieron para que vaya al casting al otro día. Era un casting abierto, de tres cuadras de gente. Quedé en la preselección y me hicieron hacer estudios. No sabía bien dónde me estaba metiendo".
Para colmo había mentido en el Bingo porque tuve que faltar a mi trabajo varios días para hacerme los estudios que me llevaron todo el mes. Cuando quedé, ahí se lo tuve que blanquear a mi jefe y él, muy copado, me dio licencia sin goce de sueldo por dos años para que pudiera probar suerte. ¡Me dejó las puertas abiertas!. Después se lo tuve que contar a mi viejo y fue una parada brava.
Pero en todo ese tiempo ya le había demostrado que podía trabajar y estudiar. Tenía 21 años y le dije que me la quería jugar. No le gusto mucho en el momento, pero cuando empezó a salir todo bien se subió al barco (risas). La verdad es que es gracias a ellos que hoy pude llegar a donde estoy.
También estudiaste derecho y querías ser periodista deportivo. ¿Cómo surgió el amor que tenes por la conducción?
-A mi de chico siempre me gusto el periodismo deportivo, pero nunca me animé porque siempre me decían que no son muchos los que se ganan la vida de eso. Estaba mi sueño, pero no me animé a cumplirlo. La pasión por la producción y la conducción nació en Combate. Yo me pasaba más tiempo con los productores, para ver cómo armaban la rutina, que compitiendo.
Me interesaba saber porqué iban a tal o cual juego en un momento dado del programa. Era muy curioso y me dejó de importar el reality para importarme más la producción del mismo.
¿Tenés algún referente en la conducción al que tratas de ver y copiar, o preferís que salga más natural y a tu estilo?
Copiar a ninguno, pero uno tiene en el inconsciente lo que miró de chico. Toda la vida miré a (Marcelo) Tinelli y tengo muy presente a Guido (Kaczka) por Kuarzo. Cada charla con Guido es una enseñanza de vida y personal. Miro mucho lo que hace detrás de cámara y es un productor al aire. También cuando estuve en ShowMatch miraba lo que hacía todo el tiempo Marcelo. El conductor no deja de ser el chofer que te lleva de viaje con la obligación de entretener.
¿Cómo nació ese amor y respeto con Flor Vigna que hoy, a pesar de estar separados, siguen profesándose?
- Fueron siete años con Flor en una etapa muy importante de nuestras vidas, no solo por el camino que tuvimos que recorrer juntos, sino que ella también fue clave en la etapa de la creación de LUZU. Durante la pandemia estuve con ella y le consulté todo. Ella me enseñó a creer en mi, a luchar por mis sueños y a pelear por cumplirlos. Me mostró que no hay límites si uno le pone garra. A ella la respeto muchísimo, es una productora genial y siempre fue la primera persona a la que le consultaba todo. La admiro muchísimo y tiene una cabeza distinta a las demás. No hay nada por lo que debamos estar peleados, fue un gran amor el que vivimos y la considero parte de mi familia.
¿Cómo surgió LUZU y cuándo te decidiste a dar este gran paso en tu carrera?
- Hoy dar la posibilidad de dar trabajo y oportunidades me llena el alma. Recibo cientos de CV por día y mensajes. Hay mucha gente que necesita estas oportunidades y tener un espacio que le dé trabajo a tanta gente es muy satisfactorio. Además, apostar a este país que amo, cuando muchos amigos se están yendo a vivir a otros lados como España, me vuelve loco. Apostar y dar Trabajo es lo que me alegra día a día.
La salida de LUZU no fue por el envión anímico que me pudo haber dado la victoria en el Bailando 2019, pero es cierto que aquel triunfo me dio el shock de popularidad que necesitaba para que me den la posibilidad de conducir. Producto de la pandemia, venía con mucho trabajo y esto me obligó a parar. Con la cabeza más tranquila y limpia de preocupaciones, me fijé donde quería ir y qué es lo que quería hacer.
Me di cuenta que hacer tele me divierte, pero también me gusta producir contenido. Me despertaba por la mañana con deseo de bajar una idea que me venía circulando en la cabeza. Muchas personas logran trascender con una cámara, micrófono y una buena idea y no es necesaria una mega estructura para llegarle a la gente.
Cuando tenía esta idea ya cerrada, la iba a llevar a un estudio. Pero di cuenta cómo estaba la situación con las estructuras complicadas de mantener. Entonces descubrí que la pandemia me permitía arrancar desde casa, que sea todo mucho más casero desde lo visual, pero muy producido. Gracias a la confianza de Fuega, que es una productora incubadora que me apoyó, pudimos darle para adelante.
A Flor (Jazmín Peña) siempre la tuve en mente y a Nati (Jota) ya la venía tanteando. Empezamos cada uno en nuestras casas, exponiéndonos a muchas cosas, como que no nos mire mucha gente por ejemplo. Eso se lo agradezco a las chicas que confiaron en mi. Sin estudio ni nada, confiaron. A los 6 meses logramos una audiencia grande y ahora alcanzamos el millón y medio de visualizaciones en YouTube.
Mi idea es llenar la grilla al estilo radio y tener pastillas con documentales. Por ejemplo, ahora estoy grabando un documental con la vida de mis abuelos que iría los domingos.
¿Cómo anda la abuela Conce?
- Anda espectacular. En la pandemia tenía mucho medio de cómo se lo iba a tomar ella, que venía de dos años tremendos y de un día para el otro se tuvo que encerrar. Por suerte encontré la vuelta, les enseñé a mis abuelos a grabar y ahora son dos nenes. Mi abuela tiene Parkinson, que si bien es una enfermedad que no tiene mejoría, estamos tratando de frenar su avance y que no empeore-
Por suerte, el médico le dijo a mi mamá que la enfermedad en mi abuela no solo no empeora, sino que mejora y que es sorprendente el progreso que tiene. Ellos tienen un motivo para levantarse todos los días y para mi compartir todo lo que hacen es una forma de devolverle un uno por ciento de todo lo que me dieron.
El Instagram de Conce se lo tuvimos que cerrar a pesar de que superó los 100 mil seguidores porque no lo sabía usar. Decidí sumar todo el contenido, sus videos, en mi cuenta, porque sino iban a hacer cargadas (risas). Además, me daba mucho trabajo manejar las dos cuentas.