Después de todo lo que sucedió en torno a su salida del programa Buenos Días América (BDA) y la lluvia de denuncias contra el periodista Antonio Laje por diversos maltratos, hostigamiento e incluso acoso sexual; María Belén Ludueña retornará a la pantalla de América Tv en un nuevo programa. La peridotita y conductora estará a cargo del programa Es por ahí, en donde compartirá piso con su colega de canal Guillermo Andino.
Otra reconocida periodista se sumó a las acusaciones contra Antonio Laje: su duro descargo
De esta forma, Ludueña volverá a la pantalla después de lo que fue el cimbronazo que generó su intempestiva salida del ciclo de Laje. Todo esta situación, cabe destacar, también derivó en la salida de la ex gerenta de programación, Liliana Parodi, a fines del año pasado.
En realidad, la primera acusación contra el conductor la hizo Ángel de Brito a través de su cuenta de Twitter. “Qué triste que en pleno 2021 una profesional no pueda hablar del maltrato laboral. ¿Por qué llora, María Belén Ludueña? Y, detrás de un maltratador, hay mucha gente con poder que lo apoya”, escribió a días de la salida de Ludueña, a principios de noviembre, cuando la columnista se despidió al aire sin poder contener su malestar y sus lágrimas.
Después de eso, tres mujeres denunciaron a Laje. Las ex panelistas de América que hablaron públicamente sobre los maltratos que sufrieron por parte del conductor fueron Fiorella Vitelli, Mai Pistiner y Eugenia Morea. Ellas lo acusaron públicamente por “maltratos”. Morea incluso contó que el conductor la acoso sexualmente y denunció: "Si no te acostás con él, te echa".
“Fue un año con maltrato, un año con acoso, no solo de él, de su productora (se trata de Ximena Xanthopoulos) también. Me decía que era una inútil, que no aportaba nada al programa. Cuando me llamaba a la oficina para retarme, iba temblando. Entre nosotros no era malo, pero delante de todos me gritaba, me humillaba”, contó Pistiner.
Morea sumó otra denuncia, la de acoso sexual: “A mí me acosaba. No podía ir al piso porque le tenía miedo. Era todo por mensaje, me tiraba onda. Yo no sabía cómo zafar. Yo necesitaba laburo, soy de Moreno, no tengo parientes en el medio, hice mi camino sola y me costó. Y este tipo me bajó como quiso. Como no accedí a tener sexo con él, me bajó. De un día para el otro. Yo no iba al piso por miedo. En el control me llamó la productora con el dedito y me dijo que fuera a Recursos Humanos. Me echaron y cuando salgo le mando un mensaje a Laje. 'Me echaste, nomás'. Me dice: 'Sos joven, vas a conseguir trabajo'. Tenía 25 años. Hay complicidad ahí”.
Por su parte, Vitelli afirmó: “Cuando vi lo de Belén dije: '¿Cuánto tiempo más me voy a quedar callada y van a seguir habiendo personas viviendo lo mismo?'. Hay un mecanismo de la violencia que por algún motivo te termina dando culpa y miedo. Una persona puede ser exigente, pero la forma en que comunica su exigencia es lo que cambia, me parece. Creo que ahí radica un poco el maltrato. Si vos le estás pidiendo a alguien que rinda más porque incluso la creés capaz y querés tener un programa de excelencia y demás, me parece espectacular. Pero si la forma en que lo comunicás tiene un tono elevado o tiene palabras agresivas, dado que tenés un lugar más alto en la jerarquía, hay una situación de abuso de poder”.
Y completó: “No es sólo Antonio Laje. Quiero que quede claro que la productora ejecutiva está a la altura o peor y también hay una persona más. La productora le dice a la gente que está gorda, ha mandado a compañeras a cambiarse por estar gordas. Fue un aprendizaje espectacular, me posicionó en un lugar, pero la falta de humanidad que hay... Todo se rige desde el miedo. Funcionan generándote miedo todo el tiempo. Todo muy perverso. Entre ellos se maltratan un montón. Eso me parecía muy fuerte”.
A ellas tres se le sumó, la periodista Sandra Igelka, que formó parte de América durante muchos años y renunció tras sufrir problemas con Laje. También en diálogo con el diario La Nación, relató los maltratos que sufrió: “En 2013 o 2014 desembarca en América como gerente de Noticias. Fue en ese marco que me pasó de todo con episodios de maltrato en reuniones, me acorraló en el lugar. No tenía escritorio, ni silla, ni computadora, ni función, ni nada. Con él empezó mi infierno”.
“Llevaba 10 años en América, co-conducía, tenía una columna política. Creo que fue por mi ideología. Era un momento en el que el canal estaba virando su política editorial, pero está mal buscar la causa porque alguien te maltrata. Traté de armar otras cosas, hice otros programas y el tipo me iba sacando de todo. Mauro Viale me pedía ir al programa y él me lo prohibía”.
En tanto, sobre las situaciones de violencia por parte de Laje, la periodista fue muy clara: “De las reuniones se iba pateando la puerta y diciéndome: 'Vos eso no lo hacés', 'Vos estás loca'. Me costó terapia, enfermarme mal. Si me preguntás por qué no me fui, porque vivo de mi trabajo y porque los espacios son reducidos...”.
Y agregó sobre las razones por las que decidió no irse del canal: “Seguí en peores condiciones, hablé con una de las directivas del canal en ese momento y me dijo: 'Viste cómo es este canal, los gerentes pasan y nosotros quedamos. ¡Aguanta!´ Fui a abogados, pero no había opción, si hacía la denuncia judicial me quedaba sin trabajo. Además, quedás como el problemático para los medios. Me provoca rechazo, miedo, estoy hablando y estoy como temblando. Cuando en tu trabajo te ponen en ese lugar es muy difícil volver de eso. Pensé que no iba a volver a hacer periodismo”.
“Me cuesta mucho hablar, pero después me di cuenta de que hay que comprometerse. El salió a decir que era una operación. ¿Una operación de quién? Si somos muy distintas las que hablamos. Maltrata a hombres y a mujeres. Con las mujeres mucho más y con algunas se suma el acoso sexual”.
Sofía Macaggi, que también dejó el noticiero de manera intempestiva, rompió el silencio hace unos días. "Desde lo profesional fue un gran crecimiento porque yo estaba arrancando en lo que era noticieros y es un programa que se ve mucho".
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"Pero pasaron situaciones que no comparto y que me fueron incómodas. Yo soy súper exigente, me gusta crecer y mejorar pero hay formas y formas. No comparto maneras de trabajar”