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Marian Farjat: "En Gran Hermano se va el que no aguanta, pero acá el que pierde es el que se contagia"

La mediática dialogó con BigBang y explicó cómo es vivir nuevamente encerrada, luego de haber estado durante cinco meses en el reality más famoso del país.

15 Mayo de 2020 20:06
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Durante su estadía en Gran Hermano, Marian Farjat pasó por todos los estados de ánimo posibles dentro de la famosa casa y disfrutó al extremo la popularidad que ganó, por sus propios medios, luego del reality show.

Actualmente, su objetivo es incursionar en el mundo de la música, idea que se vio interrumpida debido a la llegada del coronavirus y el posterior decreto de la cuarentena.

La ex hermanita, de fuerte personalidad y deseosa de cumplir con sus metas, se lanzó como cantante en 2019 con su primer videoclip: “Salvaje”, y actualmente está respetando al pie de la letra el aislamiento social decretado por el presidente en un campo ubicado en Ezeiza, ya que se encontraba en ese lugar cuando el gobierno dio a conocer esta medida.

Desde allí, comparte vivos y divertidas historias con sus seguidores a través de su cuenta de Instagram, además de sensuales postales para promover su nuevo y jugado look.

En diálogo con BigBang, la joven mediática de 25 años se refirió a la cuarentena y no dudó en referirse al virus que se encuentra afectando a millones de argentinos.

-¿Cómo y con quién estás transitando esta cuarentena?

-La cuarentena la estoy pasando en un campo acompañada de mi pareja (Heber Ariel Russo). No salgo a hacer mandados, tengo a alguien que lo hace por mí. Estoy tratando de evitar exponerme y literal no rompí la cuarentena ni un solo día. Hace más de tres meses que no salgo de este campo.

Yo estoy desde el verano acá y después pasó justo lo de la cuarentena y me tuve que quedar acá. Gracias a Dios no tuve ninguna urgencia, estoy tranquila, en otra sintonía, aprovechando el tiempo libre para componer y cocinar. En esta cuarentena aprendí a cocinar, ¡increíble! ¡Una locura, quién lo iba a decir! Tenía un montón de proyectos para este año y lamentablemente se paró el mundo.

Hay que invertir el tiempo libre en lo que a uno lo haga bien, no es que estoy de vacaciones tampoco. Pero capaz el mundo nos quiso decir ¡stop!, paren, con esto del COVID-19. Estábamos todos muy acelerados, aunque yo ya venía de un verano tranquilo. Estoy en modo zen, más tranquila, pero por mi propia decisión porque lo necesitaba.

Tenía una vida muy acelerada. Hay gente que, obvio, la cuarentena la está sufriendo un montón. Yo lógicamente no me puedo quejar, por eso elijo estar tranquila y por ahora no entrar en la ansiedad lógica del encierro.

-¿Te afectó este aislamiento económicamente hablando, sobre todo teniendo en cuenta que tu carrera musical estaba recién comenzando?

-Obviamente me afectó. A ver, tenía un montón de proyectos este año, no solo musicales sino un emprendimiento, una marca mía. Pero esto no me dio la oportunidad de continuar porque no están entrando las importaciones de China. La tele está toda parada y recién ahora algunos productores quieren empezar a grabar porque hasta ahora no querían abrir el estudio, con todo lo que eso implica.

Desde que arrancó el año no facturé nada, estoy viviendo de ahorros porque, gracias a Dios, siempre trabajé, desde chiquita. Pero no sé cómo puede hacer una persona con el sueldo justo. Es polémico lo que está pasando, no solo con la salud, sino la crisis económica y el dólar que se fue por las nubes. Sé que no me puedo quejar, pero es un momento muy difícil.

-¿Qué cambios adoptaste para seguir con tu carrera profesional o lograr trabajar de alguna manera?

-Estoy trabajando desde mi casa, por WhatsApp o redes sociales. Tengo muchas ganas de trabajar, esto es algo que nos obliga a quedarnos en nuestras casas y ahora tengo que hacer todo desde mi teléfono. Tengo muchas ganas de que levanten la cuarentena, pero hay que tener conciencia porque seguramente cuando lo hagan no será un ´¡Viva la Pepa!.

Hay que tener conciencia de que el virus seguirá dando vueltas y que habrá que tener los recaudos necesarios para cuidarnos. Yo creo que la cuarentena la van a levantar porque no les queda otra por los problemas económicos que trajo consigo. La gente tiene que trabajar y comer, no les va a quedar otra.

-¿Extrañas algo que dejaste de hacer debido al aislamiento por la pandemia?

-En lo personal estoy cansada del aislamiento. Estaba acostumbrada a otro ritmo y estoy cansada del encierro. Extraño viajar, hacer una vida normal como la que venía haciendo. Extraño ver y comer con mis amigas una vez por semana. Extraño ir al gimnasio, ahora tengo que entrenar desde mi casa, rebuscándomela con un bidón de agua o lo que sea. Extraño ir al estudio y cantar. También extraño a mi familia, no los veo desde hace más de tres meses ya.

De hecho, me invitaron a un montón de programas y los tuve que cancelar por miedo a contagiarme. Lo que más amo es ir a la tele, pero los tuve que cancelar por el riesgo a contagiarme. Creo que esto va para largo y que se viene algo ´heavy´ en la Argentina.

-¿Crees que tu experiencia en Gran Hermano te ayuda a soportar el aislamiento?

-Yo estoy bastante curtida con esto: estuve en GH durante cinco meses, aislada y conviviendo con más de 20 personas todo ese tiempo. Sé lo que es el encierro y la ansiedad que produce. Te lleva a momentos de pico de alegría y tristeza, es un cambio constante de sensaciones. ¡Es como estar preso en una cárcel VIP, por así decirlo! La diferencia es que en Gran Hermano se va el que no aguanta, pero acá el que pierde es el que se contagia. Hay que tomar conciencia.  

-¿Qué es lo que más te preocupa de la pandemia?

-Vi las películas Contagio y Virus. La primera me dejó traumada, porque la gente se muere de hambre y se matan por el alimento. Hay saqueos y espero que no lleguemos a eso. Yo creo que el virus nació a partir de la guerra que mantienen China y Estados Unidos, dos potencias, y la ligamos todos.

Lo raro es que hayan creado el virus, pero no la cura. Hay que ayudarnos entre todos, hay que ayudar al otro. Mi mamá, por ejemplo, le está pagando el sueldo a su empelada doméstica, que tiene una hija que criar, y no puede ir a trabajar por la enfermedad.