Tener el mote de "El hombre de las mil voces" es algo que Martín Russo se ganó en su larga trayectoria como imitador de cantantes. Es por eso que el artista hace un espectáculo con ese título desde hace tanto tiempo y, además, hasta se ha ganado que Luis Miguel lo califique como su mejor imitador.
De la mano de esa cualidad, también hace el show Tributo al Sol, en donde interpreta 20 canciones del mexicano, en un show que es una miniatura de los que hace Luismi, pero que cuenta con muchos cambios de vestuario y una ambientación acorde al espectáculo.
Para charlar de todas estas cosas vino a BigBang y repasó su carrera. Además, adelantó que esta temporada estará en Mar del Plata en enero y febrero, junto a Noemí Alan y el imitador de Moria Casán Gustavo Moro, entre otros grandes artistas y bailarines en escena.
Contanos cómo es esto de que sos el mejor imitador de Luis Miguel, según el mismísimo Luis Miguel.
-Ah, arrancamos con toda. Muy bien primero gracias por la entrevista, porque es tan importante para el artista poder difundir lo que hace, que la gente recuerde la trayectoria, y esto es parte de mi carrera, Sí. Algo muy importante. Yo comencé a los 14 años en esta profesión, pero lo de Luis Miguel específicamente fue en el año 1999, cuando trabajaba con (Juan Alberto) Mateyko en radio, y "Polo" Martínez, un amigo en común de Mateyko y de Luis Miguel, me dice: "¿Por qué no me mandas algo de lo que estás haciendo actualmente en Videomatch? En aquella época yo hacía doblajes con el vídeo original de Luis Miguel y la voz mía cambiándole la letra. Y me dice: "Así se lo muestro Luis Miguel para ver qué dice". Bueno, se lo lleva a Acapulco a su casa y cuando Luis Miguel lo ve, se queda sorprendido y dice: "Nunca escuché a nadie que imite con tanta precisión, así que mandale un abrazo, decile que para mí es el que mejor me imita". Además agarró una remera de su empresa, de Aries Producciones, y me la mandó de regalo con su firma. Fue una cosa increíble en ese momento.
Espectacular y además es lo que te habilita hoy a hacer directamente un tributo a Luis Miguel
- La verdad que desde aquel momento en adelante, yo lo incluía a Luis Miguel como imitación en el otro show, que es El hombre de las mil voces donde cerraba, y en vez de hacer una sola canción hacía por lo menos tres, porque era siempre el personaje más fuerte, el que la gente esperaba. Pero en estos últimos años dije: "¿Por qué no hacer un show aparte?", que se llama Tributo al sol, lo venimos haciendo desde el 2021 con mucho éxito en todo el país y en otros países, donde hago como una recreación del show de Luis Miguel, pero en miniatura. Pero con la música muy similar, arreglos de Gustavo Calabrese, las ropas que él utiliza, los gestos. La verdad es que está muy lindo.
Por lo menos te salvaste de que no te pongan como doble, viste que hay toda una fama de que él tiene dobles. Porque tenés un parecido, pero tampoco para doble.
- Me llamaron para preguntarme eso, si yo creía que había un doble o no, y por supuesto que no. Te das cuenta primero en lo que es la cara de Luis Miguel, más allá que está rejuvenecido, pero por un tratamiento que hizo con todo, desde ayuno intermitente, el pelo, la piel, así que sí es verdad parece que tuviera 35 años. De ahí que la gente dice "no es él", porque la última imagen que vimos hace años atrás, estaba con panza, el pelo para un costado con gomina, tenía papada. Pero bueno, en estos últimos años se cuidó, lo vemos bien, y cuando abre la boca y canta, te das cuenta que nadie puede cantar como él.
Además que en los últimos años pudimos ver situaciones de la vida de él, a través de su serie, que no conocíamos. ¿Qué te pareció la serie?
- Me encantó. No me perdí un solo capítulo. Todo lo que se mostró, las cosas buenas, las cosas malas, pero la verdad que como admirador de Luis Miguel, no podía dejar de verlo.
Como "el hombre de las mil voces", como se te conoce, también imitás a Chayanne, Ricardo Arjona, Michael Jackson, de todas esas voces que vos hacés, ¿cuáles son las que más disfrutás?
- Hay muchas. A mí me gustan los cantantes que tienen buenas voces, dentro del mundo de la imitación de cantantes tenés que imitar a todos, pero no todos me gustan, me gustan si lo tengo que hacer porque es muy actual o de una manera más cómica. Pero disfruto cuando hago a un Nino Bravo a un (Andrea) Bocelli. Estamos hablando de cantantes que cantan, ¿no? A Luis Miguel mismo. En inglés un Michael Bublé, Frank Sinatra. Esas son las voces que a mí me gustan.
Manejás muy bien el inglés, le recordamos a la gente que viviste muchos años en Miami, que vas y venís muchas veces. Trabajás allá inclusive de otras cuestiones que ya no vas a contar. ¿Pero cómo es esta vida de ir y venir, y laburar de distintas cuestiones de imitación allá y acá?
- La verdad que hay gente que yo conozco que se fue a Miami a vivir y no extrañaron más a Argentina, y están bien allá y están fenomenal. En el caso mío creí que iba a ser así, pero me di cuenta que cuando estaba allá, había cosas que me gustan de Argentina, que se extrañan, nuestra forma de hablar, los amigos, las comidas. Entonces es medio difícil decir: "No vuelvo más". Hay que volver y encima que tengo la demanda, que me llaman para shows distintos productores y vendedores de eventos. Así que constantemente estoy yendo y viniendo. Yo diría que estoy mitad de año allá, mitad de año acá.
Allá estás haciendo Real Estate, lo que sería producción inmobiliaria.
- Sí, bienes raíces. Lo que tiene que ver con compra, venta, alquileres. Y eso lo hago en los tiempos en la semana que no estoy ocupado con lo artístico, porque generalmente lo artístico tiene que ver con viernes, sábados, los fines de semana.
Y a esta conclusión de laburar en esto, y generar como genera esto, ¿cuánto tuvo que ver tu profesión actual también de coach y toda esta cuestión de haber aprendido a conocerte mejor?
- Yo desde los 17 años que soy cristiano y acepté a Jesús en mi corazón, como modo de vida. Porque yo desde chiquito decía: "Creo en Dios, creo en Dios", y me quedaba con eso. Hasta que un día entendí que si recibía a Jesús, ya era como una confirmación de que "ahora sí puedo decir que soy cristiano, que soy un seguidor de Cristo". Y aprendí muchas cosas con La Biblia, con libros cristianos. Y siempre a partir de ahí me gustó lo que tenía que ver con la motivación, la autoayuda, el ir para adelante, el ser positivos, pero a pesar de todo eso, hace un año y medio atrás, con lo que es el coaching, aprendí cosas que no había aprendido con todo eso que te mencioné, ni en 50 años de vida. Cosas como la resiliencia, la empatía, el poder de las palabras. Cuando decimos que sí que sea sí, y cuando decimos que no que sea no. A veces decimos sí para quedar bien, cuando en realidad queremos decir que no. Bueno, esa y tantas cosas más, las aprendí con el coaching. Y me encantó y dije "¿por qué no ayudar a los demás y ser yo un coach'", así que tengo la certificación internacional de la ICF, que es la International Coaching Federation, donde tenés que pasar por un proceso de estudios para que te avalen. Y muy contento, porque es algo paralelo a lo artístico, pero que tiene que ver también con acompañar a la gente, verla mejor.
Me imagino que esa recompensa de ayudar al otro, siendo cristiano, debe ser muy linda para vos.
- Sí, sí. El tema del cristianismo desde chiquitito, 17 años. A partir de ahí no paré con eso. Y siempre me gustó crecer como persona, mejorar, avanzar, tener pensamientos buenos. Por eso evito lo que la mayoría de la gente está haciendo ahora, que es mirar las noticias, preocuparse, maldecir, quejarse, no porque quiera vivir en una burbuja. O sea, sé lo que está pasando, pero no me contaminó con tanta noticia durante todo el día que tenga que ver con negatividad. Prefiero mirar cosas que que me ayuden a avanzar, a ver cómo lograr metas, sueños, etcétera.
¿Considerás que en tu vida tuviste suerte? En tu carrera, en tu vida en general. Porque vos tuviste la oportunidad de trabajar con Marcelo Tinelli en Videomatch. Y eso, me imagino, en el rubro de imitadores, humoristas, es como jugar en Primera.
- Claro, es un gran logro. Pero más que la suerte, creo que fue también el ser persistente y golpear puertas. Porque desde chico, por ejemplo yo comencé en Mar del Plata en Canal 8, un verano que estaba veraneando con mi familia y vi una propaganda que decían iba a estar un gran conductor, Rolando Marconi, con un programa similar a Domingos para la juventud, y ahí dije: "¿por qué no probar suerte?". Hablando de la suerte. Pero tuve que ir, golpear la puerta, me escucharon, vieron el talento de un chico de 14 años que imitaba, les gustó y empecé a trabajar ahí. Y eso mismo lo seguí aplicando. Y por eso se me abrieron puertas para trabajar en Buenos Aires en la Vieja revista dislocada en Radio Excelsior, con Mario Sapag en Las Mil y Unas de Sapag, y pasar por todo eso, Juan Alberto Mateyko, hasta que después llegó Tinelli.
Y ahí fue como la cresta de la ola en un aspecto, porque era una época de Tinelli donde capitalizaba por completo el rating.
- Era la mejor época. Año 1999, 1998. Ahí me pude cruzar con Ricky Martin, con Chayanne, que me felicitaron por las imitaciones que hacía de ellos. Tantos recuerdos hermosísimos.
Me imagino que también te habrás hecho muchas amistades de esa época.
- Bueno, ahí mismo en Videomatch, hasta el día de hoy, Toti Ciliberto, José María Listorti, Miguel Ángel Rodríguez, y todos los que trabajaban ahí, me ha quedado una gran amistad.
¿Dónde vas a estar en los próximos días?
- Este viernes 22 en la sala Moliere, ahí en San Telmo, hago el tributo a Luis Miguel. Ese es un show donde no hay humor, no hay risas. Es como ver a Luis Miguel, nada más que en vez de verlo con 30 músicos, lo hacemos con pistas del maestro Gustavo Calabrese, con cambios de vestuarios. El show dura una hora, hay unas 20 canciones. Y después el sábado 23, un día antes de Navidad, mirá qué fecha, que la gente se quiere juntar para ir despidiéndose, es una gran oportunidad para estar en la sala Casals, del complejo La Plaza, con el otro show, el mío de toda la vida, que es Martín Russo, el hombre de las mil voces, donde ahí sí tenemos humor, imitaciones como Quico, Homero Simpson, Arjona, Chayanne, Ricky Martin, Frank Sinatra. Está muy bueno. Es muy divertido, la gente se engancha, hace palmas, se ríen. Es una hora, pero que la pasa genial la gente.
Además, me imagino, tu manejo de las dos lenguas, te permite hacer imitaciones en inglés.
- Sí, eso está muy bueno. Yo no he escuchado, por lo menos acá en la Argentina, muchos imitadores que imiten en inglés. Y con una buena pronunciación, ¿no? Porque para el argentino podés chamullar, pero el tema es pronunciar como lo escuchás. Con el inglés verdadero. Eso fue por haber estudiado.
Quizás no lo hacés, pero viste que está habiendo un montón de artistas nuevos en la Argentina. L-Gante, por ejemplo, o El Duki, Emilia Mernes. ¿Te metés a imitar a esos chicos o todavía no les diste lugar?
- No, y explico por qué. Creo que la imitación que yo hago tiene que ver con los cantantes clásicos, los de toda la vida, y los que aún se mantienen vigentes como estos que nombramos hace un rato, un Michael Bublé, un Ricardo Montaner, un Juan Luis Guerra. Pero ya este estilo de música, que es más para la juventud y que tienen ese estilo donde ya no importa tanto si canta bien, si canta mal, sino más la ropa que se pone, cómo se mueve, las letras, se desvirtúa lo que tiene que ver con la imitación del cantante. Si fuera que yo me dedicara a hacer parodias para que la gente se ría, me pongo la ropa, me aprendo la letra de memoria y lo hago y se ríen. Pero no es esa la imitación que hago. A mí me gusta la imitación de cantantes como estos: Nino Bravo, Chayanne, cantantes que todavía cantaban. No como ahora que agarramos al kiosquero de la esquina y le decís "te quiero producir un disco, ¿qué te parece si hacé un poquito de esto, te ponés un gorro verde?", y vendió millones de discos.