Matías Desiderio es de esas personas que no abundan. Atento, respetuoso y luchador. Trabajó como cajero, repartidor de pizza, lava copas y platos, bartender y hasta chofer en su afán de cumplir su sueño: convertirse en un reconocido actor. Su historia arrancó cuando aún era solo un niño y su mamá lo llevó a ver Gatica, el Mono, un relato del ascenso y caída del famoso boxeador José María Gatica en la época de Perón. Edgardo Nieva, quien se puso en la piel del aclamado boxeador, lo deslumbró, pero más lo hizo su mamá, quien cuidaba a diario de sus ocho hijos y esa velada se maquilló, se vistió de gala y disfrutó el film. "Me llamó la atención lo que esa película generó en ella y en todo el público que la vio ese día, me enamoró", relata Desiderio.
Hoy el actor que encarnó al villano de Simona, su último trabajo televisivo, vive un presente envidiable. Actualmente encabeza junto a Daniel Pacheco, Julieta Bartolomé, Malena Ratner, Nacho Pelaez, Paul Cruzatt, Sebastián Monteghirfo, entre muchos otros, la obra del peruano Aldo Miyashiro que se estrenó hace unos días en el teatro Astros de la calle Corrientes: Faca, una historia de barrabravas con un ritmo atronador y una historia que impresiona y conmueve.
Pero su carrera, podría decirse, está dividida en tres momentos clave: su aparición en el Sundance Festival con Palermo Hollywood (2004), largometraje de Eduardo Pinto que hoy está disponible en Netflix; escribió, dirigió y protagonizó Car 24, donde interpretó a un sicario latino adicto a las drogas que terminó coronándolo con el premio del público en el Arpa International Film Festival; y su viaje a Los Ángeles, donde se consolidó y conoció a figuras de primer nivel.
Sin ir más lejos, el premio que se le otorgó en el Beverly Hilton de Los Ángeles, el mismo lugar donde se entregan los Globo de Oro, se lo entregó nada menos que Michael Madsen, el recordado criminal perverso de Perros de la calle, el debut de Quentin Tarantino. También conoció personalmente a Charlie Sheen, Jean-Claude Van Damme, Al Pacino y Robert Redford, que se le acercó para decirle "que le gustaba mucho" su trabajo. En diálogo con BigBang, el actor habló de todo: la propuesta de viajar a Los Ángeles a raíz del éxito de Palermo Hollywood, el presente de los actores en la Argentina y la actualidad de la televisión: "Me gustaría que resurja la industria nacional para que todos los compañeros tengan trabajo"
Faca, una historia de barrabravas. ¿Es un mundo que ya habías explorado con tu papel en la serie de Flow El hincha, no es cierto?
-Yo estoy coprotagonizando con Dani Pacheco y un gran elenco, y sí, hice algo, no parecido porque no tiene nada que ver, con El Mamut, que era mi personaje de El Hincha y acá hago Del Perro. Era una serie que hablaba de un barrabrava iniciado y esta obra es el armado por primera vez de una barrabrava de un equipo.
Las barras son complicadas. Acá contamos la historia de un grupo de pibes que paran en un barrio y, de repente, llega uno de un estrato social un poco más alto, con un poco más de visión, que toma la iniciativa de cómo armar y organizar (con buenas ideas) a la mayoría de los personajes y el mío puntualmente siente que él tiene que ser el jefe. Por eso entra en un recelo y se origina una lucha de poder. Se trata de un personaje que viene de extracto social bajo, violento y de poca paciencia. Se ve a simple vista que arregla todo con poca paciencia, lleno de ira que no deja de ser una tristeza camuflada.
Trabajaste como cajero, repartidor de pizza y modelo. ¿En qué momento dijiste “la actuación es lo mío”?
- La actuación es lo mío lo dije desde que vi la primera película que hice, que fue Palermo Hollywood. Ya venía trabajando, haciendo teatro comercial, independiente, había participado de alguna que otra serie, algún bolo (participación) en televisión y me llegó esa oportunidad como protagonista, con pesos pesados de la actuación (como Brian Maya, Manuela Pal, Azul Lombardía y Martín Adjemián como Detective, entre otros).
Al ver la película terminada y haberla disfrutado, noté que era digna, encontré dignidad en mi trabajo y ahí, antes me encantaba la actuación, la disfrutaba mucho, pero ahí me di cuenta que era lo mío.
¿Qué te impulsó a probar suerte en Los Ángeles?
- En realidad llegué a Los Ángeles a presentarlo en el festival de Sundance. Robert Redford se acercó, me dijo que le gustaba mucho lo que hacía y después en Utah (Estados Unidos) vino una mujer de una importante agencia y me ofreció trabajo. No lo pude hacer porque mi hijo era muy chico, preferí estar con él y tiempo más tarde empecé a hacer pequeños viajes para ver qué era esto. Ahí está la meca del cine, mi gran amor y ahí arrancó mi ida y vuelta. En California me enamoré del cine.
Habías rechazado una propuesta anterior. ¿En algún momento creíste que se te había ido el tren?
-Hoy en día siento que se me fue un tren, pero que gracias a Dios pasó varias veces más. En ese momento mi mente y mi corazón me pedían que me quede en Los Ángeles y no lo hice. No sabía hablar inglés, debía hacer audiciones en ese idioma pero no podía. Tomé la decisión, con mucho sufrimiento, de quedarme porque tenía obligaciones.
Hoy en día me doy cuenta que el tren no pasó solo una vez, seguí trabajando muy bien, Argentina me dio trabajo y más tarde pude meterme en la industria americana. En algún momento sentí que se me había ido el tren, pero hice lo imposible para revertirlo. La suerte aparece cuando la preparación se junta con la oportunidad. Lo busqué con mucho esfuerzo, trabajé de todo acá y lo volvería a hacer si lo necesito.
Marcelo Tinelli, el reality millonario para Paramount+ y su futuro: ¿se muda a América TV?
Soy una persona que no cree en las estrellas, creo en el trabajo. Mi profesión es diferente y, a la vez, es como todas. También trabajé e hice de todo en Los Ángeles. Fui lava copas y platos, bartender, me contrataron de chofer en Los Ángeles para un hombre que salía con los amigos. Yo manejaba y lo esperaba.Es doloroso el rechazo, pero se aprende y te enseña a tratar de reafirmarte. Uno con los años lo entiende, con los años no todos los personajes son para uno y si bien el dolor está, la frustración aparece, cuando no pasa duele y hay que saber lidiar con eso. Hay que saber comprender que no es personal, sino que el otro actor que eligieron a los ojos del director va con el personaje.
Y fuiste premiado finalmente en Los Ángeles....(consiguió el premio del público en el Arpa International Film Festival por Car 24)
- No esperaba que una película que co-escribí, que hicimos entre 50 personas llegara tan lejos. La vamos a ver en 2023 porque consiguió distribución. Esperaba una cosa digna y se convirtió en el resultado de todo lo que aprendí en mi carrera. Michael Madsen, (Quentin) Tarantino y esas personalidades, al verlas fue muy fuerte. Fue un Gran Premio y reconocimiento a mi carrera. Pero más que los premios he recibido y recibo muchos mensajes de personas a los que los personajes que interpreto les llegan. Eso son satisfacciones tremendas, sobre todo cuando un personaje que uno hace los mueve o se identifican con él.
Supiste ser parte de una de las tiras más importantes del momento como lo fue Simona, ¿te parece raro o te molesta que hoy y desde hace años ya las tiras brillen por su ausencia en la televisión argentina?
- No me molesta porque no, pero no me gusta. Yo no los veo, pero lógicamente todos los trabajos son dignos y es el público el que elige, pero porque no tiene otra opción. Llegan del trabajo, se sientan un rato en la tele a distraerse y se engancha con lo que le ponen. Si hay todo reality, la gente ve eso y se alimenta de eso. Me gustaría que resurja la industria nacional para que todos los compañeros tengan trabajo.
El Marginal fue una cosa bárbara, en serie a El Hincha le fue muy bien en rating y por eso vamos a hacer la segunda temporada. Entonces, me parece que hay tanto talento en nuestro país, detrás de cámara, directores, actores, etc que merecen tener su espacio. Pero hoy ves la tele y domina la ridiculización, la falta de respeto y el reality show. Se vive de mostrar el ridículo y de opinólogos.
Está la creencia o el mito. te diría. que al actor le va siempre bien, que es famoso, que hace canjes....¿cuál es actualidad del actor en el país?
- Es una realidad que siempre se ven las mismas caras. No soy quien para hablar de la realidad general, aunque uno comparte elenco con muchos actores. Sacando la primera línea actoral, la de los grandes actores, el actor sufre mucho en nuestro país porque pasamos por un momento complejo. Somos muchos y son pocas las opciones de trabajo.
Si no tiene una quintita o algo, cuesta vivir siendo actor y no siempre hay la posibilidad de hacer un personaje ahora que no hay tiras. Mucho dinero no se hace en el Teatro sabiendo el valor del peso en nuestro país, es una carrera compleja y estamos en una industria en la que se eligen las mismas caras, que por algo los eligen, no está mal, pero....
Te gustaría salir del papel del criminal, el sicario adicto, el barrabrava o el Villano de turno en una novela? Qué género te atrae más?
- He salido. Te puedo nombrar varios proyectos, como El último Zombie donde hemos ganado varios festivales. Si, y me está sucediendo, que me llaman seguido para personajes más villanos que otra cosa y me gusta mucho. Busco personajes los más complicados posibles y los villanos, a la hora de construirlos, suelen ser más complejos porque manejan problemas de salud mental, adiciones o alguna complejidad que me propone un desafío. En la vida real, tengo entendido por lo que me dicen, doy a un tipo bueno y salir de todo eso y poder trabajar un personaje tan complejo como lo es un villano me fascina.
Crees qué hay una transformación de la calle corrientes? Que la gente está empezando a ir un poco más al teatro?
- Noto una transformación. Hacia 15 años que no hacía teatro y veo un resurgimiento de venden muchas entradas en la boletería. Las puede comparar online, pero se venden muchísimo en boletería. La gente sale a comer, camina y se mete en el teatro. Por suerte, yo la veo fantástica, esta hermosa la calle Corrientes, llena de espectáculos, gente caminando y muy viva.