Era una noche de música, energía y entrega. El público de Niceto Club vibraba con cada nota de Maxi Trusso, el cantante de voz inconfundible que ha sabido mezclar el pop con la nostalgia en una fórmula única. Pero lo que prometía ser una velada inolvidable se convirtió en una postal de impacto, una escena que quedará en la memoria de los asistentes y en los videos que ya recorren las redes. En un arranque de emoción, Trusso decidió lanzarse al público en pleno show, en un gesto clásico del rock: el "crowd surfing", la confianza absoluta en su gente. Sin embargo, la multitud no reaccionó como se esperaba.
En lugar de sostenerlo, el vacío lo recibió y el impacto fue brutal. Un golpe seco, una caída estrepitosa. El ídolo en el suelo, la música interrumpida, el silencio repentino. La incertidumbre se apoderó del recinto. Algunos espectadores reían nerviosos, otros no entendían qué había pasado. Pero entonces, el artista hizo lo impensado: con esfuerzo, se reincorporó por sus propios medios, desafiando el dolor, generando una ovación espontánea. "¡Olé, olé, olé, Maxi!", comenzaron a corear sus seguidores, intentando infundirle fuerza y devolverle el espíritu del show.
Fue Gustavo Lutteral quien tomó el micrófono, con su voz grave y pausada, para tratar de calmar a la multitud: "Lo que les pido es que, con esta misma linda energía, estén tirando la mejor onda para que esté bien". Sus palabras trajeron un poco de alivio, aunque la incertidumbre persistía. "Que lo chequeen los médicos, el golpazo que se dio todavía no entiendo cómo ocurrió, pero las cosas pasan", agregó, intentando devolverle al momento algo de normalidad. Pero no había nada normal en lo que acababa de suceder. Minutos después, un movimiento detrás del escenario hizo que todos contuvieran la respiración.
Trusso, desde el backstage y aún dolorido, decidió continuar el show. Pero esta vez, lo haría de una forma inesperada: acostado en una camilla, con el cuerpo maltrecho pero el espíritu intacto. Su voz resonó desde la trastienda como un eco fantasmal, mientras la banda lo seguía desde el escenario. Una postal insólita: el artista caído, pero inquebrantable. Finalmente, la ambulancia lo llevó al hospital Fernández para realizar estudios. El parte médico confirmó lo que muchos temían: fractura de cadera y fémur. Su recuperación demandará entre 3 y 4 meses de rehabilitación, lo que lo obliga a poner en pausa su actividad artística por el resto del semestre.
Horas después, en sus redes sociales, Maxi Trusso dejó un mensaje que encapsula su esencia, su entrega absoluta al arte y a la gente que lo sigue: "Dejo la vida por ustedes. La vuelta será inigualable". Porque si algo quedó claro aquella noche en Niceto, es que su espíritu sigue intacto. Y que su regreso será, sin dudas, épico.