La mala relación entre el príncipe William y su prima la princesa Beatrice es de público conocimiento. Aunque crecieron juntos y compartieron gran parte de su infancia, el vínculo se rompió cuando el hijo de Lady Di le bajó el pulgar al casamiento entre la otra nieta de la Reina y su por entonces novio, Dave Clarck. Ocho años después del primer desaire real, el anunció del compromiso de Beatrice con Edoardo Mapelli Mozzi volvió a exponer la grieta en el Palacio.
A diferencia de lo que sucedió en 2011, Beatrice ya no necesita la autorización de su abuela (ni la de su primo) para casarse. “Esta vez, ni siquiera le preguntó a su primo qué opinaba. Simplemente se cercioró de que se enterara antes que los medios para mantener la tregua, pero lo dejó afuera de todo”, consignan los medios ingleses.
El compromiso de la princesa fue tapa de todos los medios británicos y, como era de esperarse, ya comenzaron las especulaciones sobre los detalles de la boda real. Atenta a los “nuevos aires”, Beatrice decidió romper con el protocolo e invitó a la ex mujer de su futuro marido a la ceremonia. Además, participará del cortejo el hijo de Mapelli Mozzi.
“Ese tipo de cosas son las que a William no le gustan. Está a favor de modernizar la monarquía, pero es un poco más conservador que su hermano Harry, por ejemplo. Sabe que será él quien asuma la responsabilidad de la Corona y le cuesta aceptar ciertas decisiones de los otros miembros jóvenes de la Familia Real”, advierten fuentes cercanas al Palacio.
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El desaire de Beatrice no pasó inadvertido por William. En efecto, el heredero al trono se mostró en público junto a su mujer, Kate Middleton, el día en el que su prima anunció su compromiso. Y, para sorpresa de muchos, evitó pronunciarse al respecto. El mismo silencio se advirtió desde la cuenta de Instagram de la pareja: no hubo ni un solo posteo felicitándola por su futura boda.
Pero eso no es todo. William siguió con atención la polémica que se desató en octubre de 2018 cuando su otra prima (y hermana menor de Beatrice), la princesa Eugenie, se casó con Jack Brooksbank y los ingleses debieron hacerse cargo de las dos millones de libras que costó la boda real.
“En ese momento, muchos cuestionaron el hecho de que debiera costearse con fondos públicos el enlace de un miembro secundario de la Corona. Existieron peticiones oficiales para que la Familia Real se hiciera cargo de los costos. Esto marcó un punto de quiebre entre la relación de la Corona y los ingleses”.
El malestar no sólo invadió a los partidarios de abolir la monarquía. “Había una sensación muy fuerte, incluso entre los que apoyan a la Familia Real, de que el Estado no debía pagar por el gran día de Eugenie”.
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Con los preparativos en marcha, no son pocos los que anticipan otro escándalo en torno a los costos de la ceremonia. Y William es uno de ellos. “Hay dos 'familias reales' para él. La más reducida, que lo incluye a su hermano, y la 'ampliada'. Al igual que su padre, el príncipe Carlos, William sostiene que deben comenzar a anularse los beneficios de los otros nietos e hijos de la Reina en señal de austeridad”.Según trascendió, el hijo mayor de Lady Di fue el primero en acercarle a la Reina la posibilidad de que corra por cuenta de Beatrice el costo de su boda. “La Reina no quiere hacer diferencias con sus nietos, ya se negó a hacerlo cuando se lo pidió Carlos. Pero William fue muy insistente y Beatrice se enteró”.
“¿Me estás cargando?”, habría sido la reacción de la princesa al enterarse del plan de su primo. El enojo de la nieta de la Reina radica, en parte, en el ostentoso ritmo de vida que mantienen Harry y su mujer, Meghan Markle, a quienes se los critica por el excesivo uso de aviones privados y remodelaciones millonarias en sus residencias.
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Después de ocho años de un turbulento noviazgo con el Príncipe William y de soportar las duras críticas de los ingleses por no “desarrollar una carrera profesional y sólo esperar a que le propongan casamiento”, Kate Middleton pensó que lo peor había pasado cuando el 29 de abril de 2011 dijo finalmente “sí, quiero” en la Abadía de Westminster. Lo que no imaginaba la “plebeya” era que su desembarco en la casa de Windsor sería aún más complejo: la interna con las “princesas de sangre”, su enfrentamiento constante con la Reina Isabel y la decisión de William que la dejó en jaque.
La metida de pata de William que le costó el mote de "intrusa" a Kate
Mientras ultimaba los detalles de su casamiento con Kate, William recibió el llamado de su abuela, la reina. Levantó el teléfono y escuchó el pedido de la Monarca: tenían que encontrarse lo antes posible en el Palacio de Buckingham. Desde el entorno del futuro rey aseguran que pensó que se trataba de una reunión para discutir algunos detalles con respecto a su boda, pero el motivo era otro: el eventual matrimonio de la princesa Beatrice, prima directa de William.
"Siempre hubo una muy buena relación entre los cuatro primos, en especial porque Diana se llevaba muy bien con Fergie. Así que solían pasar mucho tiempo juntos, en especial durante las vacaciones", precisan desde el entorno de los príncipes. Pero todo cambió. La relación primero se enfrió después de los escándalos que protagonizó la madre de Beatrice y Eugenie. Luego, con el correr de los años, todos debieron asumir un rol más protagónico con respecto a sus roles reales y los "aires de grandeza" de William resultaron intolerables para algunos miembros de la familia real extendida.
Ese día, William llegó al Palacio y se encontró con su abuela. "La Reina le comunicó la intención de Beatrice de casarse con Dave Clark". Por ese entonces, llevaban ya cuatro años de novios y eran, antes de que estallara en los medios la relación de Kate y William, la pareja más buscada por los medios. "El problema se desató porque, de acuerdo a la tradición, cualquier miembro de la Familia Real debe pedirle permiso a la Reina para poder casarse. Esto cambia una vez que se cumplen los 25 años, pero la princesa tenía 23 en ese momento", precisaron.
William dudaba de que Dave pudiera llevar adelante su rol como eventual futuro miembro de la Familia Real"
"Lo que se sabe es que Beatrice habló con su abuela y le pidió permiso para poder casarse con Dave. Pero, en esa misma comunicación, le dijo que también lo hablara con William, para tener la doble aprobación", advierten los medios ingleses. El problema es que William no toleraba a Dave, le resultaba muy "confianzudo" y dudaba de su capacidad de poder "llevar adelante su rol como eventual futuro miembro de la Familia Real".
Ese fue el motivo por el cual la respuesta de William fue negativa. "La Reina se lo comunicó a Beatrice y, como es de esperarse, la respuesta no le calló nada bien a la princesa. Desde entonces, la relación con su primo se rompió. Se distanciaron y dejaron de hablarse". Pero eso no fue todo. El gran desaire real que al día de hoy Beatrice no le perdona a su primo es que haya excluido a Dave de la lista de invitados a su boda. "Ella esperaba poder llegar acompañada de su pareja y vivió como una humillación tener que ir con su hermana. Además, tampoco la invitó a Fergie, por lo que fue un notorio desaire".
Así fue el casamiento de William y Kate Middleton
Semanas más tarde, durante la boda de Zara Phillips (hija de la princesa Anne y nieta mayor de la Reina), los cuatro volvieron a encontrarse. Esta vez, Dave sí fue invitado a la boda real. “Dave los trató con mucho aprecio como para demostrarles que no le había importado el desaire”, sostienen. Pero la exclusión del joven de la boda marcó un antes y un después, que dio lugar a una escalada de ofensivas de Beatrice contra Middleton.
La relación entre Beatrice y Dave continuó otros seis años. La pareja se separó en 2016, sólo un año después del nacimiento de la princesa Charlotte, segunda hija de William y Kate. Por ese entonces, Beatrice ya tenía 27 años y no necesitaba la aprobación de la Reina (ni de su primo) para pasar por el altar. "Dave se sintió muy presionado y tuvieron una charla en la que decidieron de mutuo acuerdo que no se casarían. Pero después de eso, ya no quedaba nada por pelear. Dieron por terminada su relación".
La ofensiva contra Kate, algo que William no les perdonó a sus primas
Antes de que estallara el escándalo con Dave, William se sintió traicionado por sus propias primas quienes, de acuerdo a lo consignado por los medios británicos, no recibieron con los brazos abiertos a Kate, ni siquiera cuando era sólo su novia. Pese a que para el establishment inglés Middleton es “sólo una plebeya”, la morocha proviene de una familia que logró construir una abultada fortuna a partir de un negocio de venta de productos para fiestas infantiles. Y, aunque la cuenta bancaria de sus padres le permitió acceder a las mejores instituciones educativas del país, pocos en Buckingham le perdonan a la Duquesa que sus padres hayan sido, antes de convertirse en millonarios, azafatos en la aerolínea británica, British Airways.
Antes del matrimonio de Middleton con el Príncipe, tercero en línea de sucesión al trono, las caras jóvenes y femeninas de la monarquía inglesa eran Beatrice y Eugenie, las hijas del Príncipe Andrés (tercer hijo de la Reina) y de Sara Ferguson, la polémica socialité que supo cultivar una buena relación con la Princesa Diana, pero que fue excluida de la vida de la Corona luego del escandaloso video en el que se la ve cobrando coimas para influenciar a su ex marido.
Mientras su primo se recluía en los muros de la Universidad de San Andrés (la misma en la que conoció a Middleton), las princesas preferidas de la Reina se encargaron de representar a la monarquía en un sinfín de apariciones mediáticas. Todo funcionaba bien en el mundo de los Windsor hasta que aparecieron en 2003 las primeras fotos que confirmaban el flamante romance del heredero al trono con su por entonces ignota compañera de facultad.
Las cámaras olvidaron de inmediato a las princesitas reales y focalizaron toda su atención en la morocha que, durante ocho años, aguardó para que William le propusiera matrimonio. Durante ese tiempo, Middleton fue conociendo de a poco a la familia real y, según trascendió, la mala onda con Beatrice y Eugenie fue desde el inicio.
Ellas alentaron las reiteradas separaciones que tuvieron Kate y William antes de casarse"
“Los medios le empezaron a prestar mucha más atención a una 'plebeya' que no tenía un vínculo concreto con la familia real. Ellas, princesas legítimas, dejaron de importar de un momento a otro. Por eso alentaron muchas de las reiteradas separaciones que tuvieron Kate y William antes de casarse”, reconocieron a la prensa británica desde el entorno de los Windsor.
Pero Kate no se las dejó pasar. La morocha organizó en 2008, durante otra de sus rupturas con William, una fiesta disco para caridad en la que se mostró súper sensual con un micro short que, claro, llamó la atención de su ex, pero le valió la condena de la Reina Isabel. Era el evento del mes para la “alta sociedad británica” y, aunque inicialmente no fue tenida en cuenta, Beatrice recibió a última hora su invitación.
“Nadie le avisó que la idea era que la gente fuera vestida con ropa ochentosa y ella llegó con un vestido elegante, totalmente fuera de lugar. Beatrice la acusó a Kate de no haberle avisado. Hubo muchas lágrimas y gritos esa noche”, suman los medios ingleses.
La intervención de la Reina y su guerra con Kate
Consciente de la interna que creía dentro del Palacio, la Reina decidió tomar cartas en el asunto. En primer lugar y aunque Middleton se convirtió en Duquesa tras su matrimonio con William, obligó a Kate a mantener la protocolar referencia ante las princesas, todavía con un rango superior dentro de la nobleza.
Fue una forma de ubicarla a Kate en la familia y hacerle entender que, por más que recibe mucha más atención mediática, todavía las Princesas ocupan un lugar más importante dentro de la Familia Real”.
Pero, con el tiempo, la monarca debió sucumbir ante el protocolo. “Pese a que nunca aceptó del todo la relación, la Reina entendió que tenía que empezar a preparar a Kate para la sucesión, por lo que debió sumarla a los compromisos más importantes de su agenda”.
Sólo un año después de la boda, la Reina Isabel cumplió 60 años en el trono y el Reino Unido celebró el “jubileo” de su monarca. “Beatrice y Eugene se sintieron muy desplazadas porque Kate tuvo un protagonismo mucho mayor durante los festejos. De hecho, fue ella quien la acompañó a la Reina a los eventos más importantes y ellas quedaron relegadas en un segundo plano”.
Crítica de la Duquesa, a quien cuestionó en más de una oportunidad por “trabajar poco”, la Reina mantiene desde siempre una relación tensa con Middleton. “Se encargó de cargarle la agenda de eventos porque sentía que Kate no estaba haciendo mucho por la Corona y que prefería dedicarse a sus actividades privadas”.