por Alejo Paredes
09 Diciembre de 2023 10:07Con tan solo 31 años, Mercedes Lambre - "Mechi", para sus amigos y personas más cercanas- puede decir que pasó por todos los lugares de la fama: las buenas, las no tan benevolentes y las que te llevan a replantearte muchas cosas. Incluso, su vida llegó a ser una verdadera montaña rusa de emociones luego de acariciar el cielo con el éxito de la serie juvenil Violetta, tira de Disney que catapultó a la fama, por ejemplo, a Tini Stoessel y recorrió el mundo de la mano de la compañía del famoso ratón.
Pero esta es la historia de Mechi, que a su adolescencia -de hecho, tenía solo 15 años- comenzó a trabajar en televisión. ¿Sus primeras armas? En Utilísima, aquel programa de Sofia Zámolo sobre moda. Allí, la actriz era la modelo a la que todos peinaban y maquillaban en una época donde todo no era tan viral y las redes sociales ni siquiera existían tal y como las conocemos hoy en día. "Esos primeros pasos fueron muy graciosos", le cuenta Mechi a BigBang.
Y agrega: "Antes no era como ahora que quizás te haces una red social y si tenés algún tipo de talento, podés hacerte famoso. Es como más democrático ahora. En ese momento es como que llegábamos a la televisión los que remaban en dulce de leche. O por contactos o por castings de miles y miles de personas. Yo estudié en La Plata. En ese momento, llegué a una peluquería que se llamaba Jorge Sánchez. El peluquero me vio y me dijo ´nena, vos das de modelo´".
Según recordó la actriz, el estilista "estaba haciendo un programa en Utilísima" y le dijo: "Vení que te llevo". "Y ahí quedé, digamos, dentro del staff de las chicas de Utilísima que ahora todos los tutoriales que se hacen por Instagram y por YouTube antes se hacían en ahí. Antes te enseñaban a maquillar. Y ahí yo era como la modelito. Eso fue mi primer contacto con el estudio de Utilísima", contó sentada en el estudio de este portal.
Si bien interpretaba a Ludmila Ferro, la carismática villana de Violetta, la antagonista principal y la principal "enemiga" de Tini en la ficción, la forma de ser de Mechi es muy lejana a la de aquel personaje de Disney. Simpática, extrovertida, muy divertida y relajada, así se mostró durante los casi 40 minutos de entrevista donde recorrió su carrera en el mundo del espectáculo, habló de la "fobia social" que le generó el después de la fama absoluta, los ataques de pánico que sorteó a causa del apabullante éxito y de su gran actualidad: es una de las protagonistas de la obra de teatro "Es sólo sexo", la cual puede verse de viernes a domingos en el teatro Picadilly.
¿De qué trata este espectáculo? De grupo de amigos -de distintas edades, creencias y opiniones sobre las relaciones- que decide intercambiar parejas, pero lo que empieza como algo divertido se convierte en un dilema. Se trata de una comedia provocadora y entretenida que invita a reflexionar. "Son nuevas soluciones, yo creo que en la historia del matrimonio siempre hubo algún lapso en la pareja en la que uno se aburre, o en la que uno no tiene la misma sexualidad con su pareja que hacía quizás 11, 10, 15 años, 16 años, y estas son las nuevas alternativas. Antes quizás lo más normal era que alguno de los dos sea infiel", remarcó.
Contame un poco de Es solo sexo, recién nos reíamos hablando del tema...
- La verdad es que nos estamos divirtiendo mucho, contra todo pronóstico, viste que las obras, mismo hasta las comerciales, digamos de calle Corrientes, los primeros dos meses son a prueba, contra todo pronóstico nosotros estamos hace nueve meses en cartelera y vamos a seguir ahora en vacaciones de verano, porque gracias a Dios nos está yendo excelentemente bien, y la temática es divertidísima, justo ahora lo que estábamos hablando, son tres parejas de distintas edades.
Tipo 30, 40, 50, que cada uno tiene una forma de dar la vida como bastante diferente, pero la cuestión es que todos llevan a los hijos al mismo campamento, son papis, digamos el grupo WhatsApp, y los hijos se van de campamento, se los deshacen un fin de semana, y ellos se juntan a chupar. Lo que sucede en esa juntada, es que se termina dando el intercambio de parejas, y ahí digamos que arranca el verdadero conflicto.
Eso del intercambio de pareja es algo que últimamente se está hablando y mucho...
Son nuevas soluciones, yo creo que en la historia del matrimonio siempre hubo algún lapso en la pareja en la que uno se aburre, o en la que uno no tiene la misma sexualidad con su pareja que hacía quizás 11, 10, 15 años, 16 años, y estas son las nuevas alternativas. Antes quizás lo más normal era que alguno de los dos sea infiel. Si hablamos del patriarcado, era que el varón sea más infiel que la mujer, ¿no?
Ya la ligamos nosotros... (risas)
- No, pero, o sea, históricamente sí, no quiero decir que pase hoy exactamente, pero sí en la historia, digamos, en la antigüedad pasaba eso. Lo solucionaron de esa manera, yo creo que la juventud ahora está diciendo tipo "che, o sea, yo siento deseo por otra persona, y me tengo que responsabilizar por mis pensamientos, y necesito exponerlos", no sé si tengo razón o no, pero los expongo, o sea, lo verbalizo, y lo charlo con mi pareja, y yo creo que las parejas llegan a la conclusión o no de hacer un intercambio o no. En mi caso particular, para mí nunca es solo sexo. Nunca.
¿Cuáles son las diferencias entre tu personaje y vos, digamos, porque debe haber contraste?
- Me llegó el guion y yo dije, yo no sé cómo voy a interpretar esto, porque yo no sé si tengo, digamos, nada, o sea, tengo que empezar a investigar en mi mente cómo sería Mechi liberal, otra Mechi. De hecho tengo dos tipos de amigos que hacen intercambio de parejas con los que he hablado muchísimo, los que lo hacen de manera consciente y le funciona perfecto, y la pareja no corta, y después los otros que quizás lo probaron un poco, porque ya tenían quilombitos desde antes, y deriva el intercambio en... "Che, pero me enamoré de esto, me gustó un poco este", y ahí empieza el quilombo.
¿Te dieron algunos tips o claves?
- Yo les he hecho muchas preguntas íntimas. O sea, no vamos a mencionar a nadie, porque encima mis amigos son todo el medio, pero si yo les preguntaba, "pero boludo, vos no te da cosa", preguntas de mechi, tipo," ¿no te da cosas de que tu novio te vea calentarte con otra niña?" "No, a mí un poco me calienta que él se caliente con otra", y es tipo como, ok, o sea, entiendo el punto. Están las parejas abiertas, donde hay un código establecido, que cada uno hace lo que quiere, y después están las parejas cerradas, que de vez en cuando deciden abrirlas, pero no es como un código para siempre, es como tipo, bueno, este fin de semana intercambiamos con esta pareja, ¿está consensuado? Sí, y lo hacen. ¿Me entendés? Después tuve otros que sí, pareja abierta y sí, es como que prefieren no saber con quién estuvo esa persona esa noche.
¿Y vos preferís o no preferirías?
- Yo no elijo, te lo juro (risas). O sea, es que para mí nunca es solo sexo, para mí el sexo está ligado con el amor. Es que para cog..... a mí, primero me tenés que cog...la cabeza, en mi caso. Si no dialogás conmigo, si no me seducís a nivel intelectual, es muy difícil que yo te entregue, digamos, es como que no me caliento. Yo no lo podría hacer porque estoy más ligada como al alma, al intelecto, digo, hay un montón de cosas que yo te desee físicamente. A mí me pasa con mis amigas, que me dicen, "¡Che, boluda! te tocó trabajar con tal actor, está re bueno". Y yo tipo, me chupa un huevo. O sea, no lo estoy viendo de esa forma. O sea, las entiendo, entiendo que hegemónicamente es lindo, pero no estoy chocha porque no tuve una conversación con él. No lo conozco. No sé, todavía no puedo calentarme.
¿Cómo fueron tus primeros pasos?
- Esos primeros pasos fueron muy graciosos porque antes no es como ahora, que quizás te haces una red social y si tenés algún tipo de talento podés hacerte famoso o viral. Es como más democrático ahora. En ese momento es como que llegábamos a la televisión. Los que remaban en dulce de leche. O por contactos o por castings de miles y miles de personas. Yo estudié La Plata. En ese momento llegué a una peluquería que se llamaba Jorge Sánchez.
El peluquero me vio y me dijo, "nena, vos das de modelo". Él estaba haciendo un programa en Utilísima y me dice, "vení que te llevo". Y ahí quedé, digamos, dentro del staff de las chicas de Utilísima que ahora todos los tutoriales que se hacen por Instagram y por YouTube, antes se hacían en Utilísima. Antes te enseñaban a maquillar. Y ahí yo era como la modelito. Eso fue mi primer contacto con el estudio de Utilísima.
Ahí te llegas a los 15 años. Y Violetta, ¿cómo surge? (Que fue un exitazo: seis años y e vendió en 50 países del mundo)
- Fue un casting también de esos muy largos, grandes. Yo me acuerdo que era el número mil y pico. Yo estaba en ese momento en una academia de comedia musical que era la de Valeria Lynch en La Plata. Una compañera me llama y me dice, "Mechi, ¿me acompañas? Me llamaron por una audición" y yo le digo, "sí, te acompaño". Estaba en el medio de la cola y vi que se notaba gente, gente y gente en Polka. La cola pegaba a la vuelta. Yo dije, "si yo me noto acá nadie se entera que me colé".
Sabés qué fue lo que me animó? O sea, yo tenía una visión de la televisión como que era inalcanzable. Yo dije, "nunca voy a ser lo suficientemente cantante, lo suficientemente actriz, o lo suficientemente linda, o lo suficientemente bailarina como para poder llegar a esta plataforma". Pasa que uno tiene a veces, cuando uno tiene un sueño, idealiza. Y muchas veces lo que uno ve por las redes sociales o lo que uno ve por televisión no es real. O sea, uno ve por las redes sociales, esta mina es una bomba y quizás te la cruzas por la calle y decís... "Es una chica normal. ¡Ja! Eras como yo". ¿No?
En la fila escuché al pasar una gente que dijo, tipo, "yo no canto, voy a entrar a chamullar". Y yo dije, "no, bueno, si es de chamuyar, yo canto". Y ahí me anoté, corrí dos cuadras, compré un CD virgen, fui a un ciber, alquilé una computadora, me descargué el Ares para bajar la pista de la canción que yo cantaba, en lo de Valeria Lynch, me descargué todo, puse todo en el CD virgen. Y entré. Y me chupaba todo tanto un huevo que yo creo que una de las razones por las que quedé fue por eso.
Una de las razones por las que quedé fue por eso, por lo relajada que yo estaba, yo estaba convencida que no iba a quedar, entonces yo entré y dije, "bueno y ahora que tengo que cantar". Tenía alguna formación, pero si la entrada fue improvisada. Fue un proceso de dos meses de casting, 6 horas por día, yo en ese momento estaba en la facultad porque ya tenía 18 y tuve que dejar. Estaba haciendo profesorado de teatro.
¿Cómo fue todo ese proceso de Violetta?
- Para mí fue una locura, no lo podía entender. De hecho, el proyecto al principio estaba estimado que se iba a vender a algunos países, y después Disney que es tan grande y el proyecto empezó a gustar. Pero te dicen, "no, vos saliste en 50 países porque estás en la plataforma Disney". ¡Mentira! porque no todos los proyectos que produjo Disney en Latinoamérica han salido en 50 países. O sea, también los países deciden comprar el producto o decirte "no, gracias".
Por más que el éxito es evidente, ¿se te ningunea a veces?
- Absolutamente, porque como con los chicos de Cris Morena, hay un estigma de tipo "bueno, vos sos famosa por la plataforma que te dieron, no por lo que vos te ganaste". Como diciendo, "si vos sos chico, Cris Morena, chico Disney, vos tenés la garantía de ser famoso". Y en realidad eso es una mentira, porque hubo muchos proyectos de Cris Morena y muchos proyectos de Disney que no funcionaron.
Siempre está como eso, y es como que uno tiene que salir a despegar un poco de eso. Yo siento que a veces se desmerece como el éxito. Es "vos sos famosa porque estuviste en un éxito". Y mi pregunta es... ¿Y quién lo hizo el éxito?
Cuando eso se terminó... ¿Qué pasó?
- Y yo arranqué un proceso de volverme a conocer zarpado, porque yo había estado trabajando en la televisión desde los 15 años, se terminó más o menos a mis 23. De hecho yo ya había arrancado a trabajar para otra novela, en Nickelodeon, me fui con la competencia total. ¡Resentida!, pero todavía estaba trabajando; pero para mí fue un proceso de... ¿Esto es posta lo que quiero? Porque yo tenía a mis hermanos, que arrancaban una carrera, la dejaban, arrancaban otra carrera.
Hay un montón de cosas que pasan a partir de los 18 años, que es la etapa donde uno descubre su camino, que vos cuando estás todo el tiempo trabajando, no te preguntás. Y ahí yo me empecé a preguntar, tipo, "che, ¿esto es realmente lo que quiero?" Punto número uno, porque empecé a sentir, digamos, la presión de decir, bueno, salgo de todo este éxito, lo primero que uno piensa es, todo va a estar bien, y de repente te convertís en un actor normal.
La verdad es que para sustentarte económicamente en este país, vos tenés que ser un actor que trabaje con continuidad. Ahora que surgen las redes sociales, a mí me salva, porque yo digo, yo no estoy trabajando como actriz, y yo trabajo con redes sociales, listo, económicamente estoy bien, pero andá a explicarle esto a actores de 50 años, que no tienen ni idea, como 50, 60, 70, 80 años, que no saben agarrar un Instagram y decir, voy a hacer una publicidad, voy a hacer esto.
Es dificilísimo aggiornarse, y yo tampoco soy la generación de Instagram o de TikTok. Nosotros quedamos en el medio. Entonces de repente fue tipo, bueno, perfecto, terminó, tengo que aprender a ser influencer, porque esto me va a sostener, y no sé qué mierda es esto (risas). Y después de todo esto, también es bancarse que vengan quizás laburos, que sean muy diferentes a lo que vos estabas haciendo. Y entonces, a mí me ha pasado de que comencé a hacer teatro, y yo claro, no sé, el estadio más chico que hacíamos era de 10.000 personas por todo el mundo, hicimos dos giras mundiales.
Después de eso, pobres los productores que me llevaron, al teatro 25 de Mayo, que había que llevar 700 personas, y el teatro no se llenaba y yo "¿por qué? ¿Por qué no?" De repente es como que ellos me tuvieron que empezar a explicar, "no Mechi, esto es así, hay que remarla, esto es un tipo de producto, es para un tipo de target de gente", y hay que traccionar con eso", y yo de repente empecé a decir, "ah, ok", como que mi vida empezó a cambiar y tuve que cambiar mi mentalidad.
Ahora ya no es que el flujo de gente viene solo y lo que estoy haciendo funciona, sino que de repente tengo que remarla para que vengan 200 personas al teatro. Y eso para mí fue un cambio de vida total.
¿Y cómo hiciste para volver a poner los pies en la tierra, después de estar volando con Violetta?
- Tuve un momento muy largo en el que intenté lo más que pude, si bien nunca dejé de trabajar completamente, pero apartarme de la ficción, me comprometí con diferentes actividades sociales, fundaciones... Yo dije, "bueno, perfecto, o sea, ¿soy consciente? Tengo un problema de humildad. ¿Qué puedo hacer para vencerlo?" Entonces fui a buscar a la persona más humilde, digamos, de la historia de la Biblia, que había sido Esteban, que era una persona que servía, y que no era servido. Entonces yo dije, bueno, listo, entonces ahora tengo que servir. Entonces tengo que empezar a servir a la gente, porque yo hasta ahora fui servida.
Hasta ahí siempre había tenido un productor que me decía "Mechi, ¿qué necesitas? Te llevo la cartera, te llevo para el hotel, te despierto, te hago el desayuno", y ahora yo necesito una etapa en la que yo tengo que servir. Es un cambio, porque sabes qué, las productoras que producen teatro y que llevan 200 personas al teatro son un éxito, no son un fracaso. Vos tenés una visión diferente de la realidad. A mí me diagnosticaron fobia social a los 17 años, yo ya estaba trabajando en la televisión, y para mí lo que sucedió fue que a partir de los 18, cuando yo arranco a trabajar en la televisión, para mí la fama fue un placebo para la fobia social.
¿Por qué? Porque de repente yo no tenía miedo a dejar de ser aceptada. O sea, yo ya recibía la aceptación del cliente, y cuando se terminó eso, de repente yo le tuve que volver a poner la cara a mi problema. Y fue tipo, "che, vos tenés un problema, sí, tengo fobia social". Y antes lo vencías cómo: yo le caigo bien a todo el mundo, ya está, salgó en la tele, boludo, o sea, se cagan de risa, listo, ya está. No, ahora ya no tenés eso, ¿cómo lo vas a vencer? Y ahí empecé con ansiedad social, también por eso fue una etapa en la que yo me tuve que retraer y acercarme mucho más a otras cosas. Como te decía, comencé a ir a fundaciones, a servir, repartir comida...
Dije que no me vean más, porque yo nunca me gusté y ahora es momento de encontrar quién soy yo y no tengo idea. Porque hasta ahora era la chica famosa que le iba bien y que se disfrazaba de eso. Pero yo, Mechi, soy una persona que le da pánico salir a la calle, hablar con la gente, porque tengo fobia social. Fue un momento, o sea, yo lo tuve que trabajar muchísimo.
¿Qué consejo le podés dar a un artista joven que está pasando por este momento?
- A mí lo que me salvó fue entender que no importa lo que la gente piense de mí, sino que si yo amo a la gente iba a estar todo bien. O sea, mi mensaje es un mensaje de amor. Es tipo, si yo amo, se termina el problema. Yo no puedo controlar lo que vos pienses de mí. Yo sé que te amo porque sos persona y porque mereces una vida linda. Y yo quiero esa vida linda para vos, aunque no te conozca. Pero yo no puedo controlar lo que vos pensás de mí. Yo sé que yo te amo. Punto. Lo trabajé un montón. También estuve muy desaparecida por eso. Yo ya no me puedo encargar de lo que el otro piensa de mí y me acepto.
¿Qué te parece este avance de hablar de estos temas de salud mental?
- A mí me da un montón de vergüenza confesar que yo tengo fobia social. O sea, todavía no entiendo quizás el por qué. Pero sí sé de dónde viene, y es que quizás yo en el colegio no la pasaba tan bien. Era otra época, estaba más habilitado el bullying. No, personalmente yo, pero yo veía cómo hacían bullying a otras personas, y yo me sentía afuera. Y yo decía, yo no quiero ser tu amiga, porque vos le decís eso a él. Yo solita me aparté. Yo dije, yo creo que no quiero ser amiga de nadie. Si haces esa mierda a todos entre todos, ¿por qué yo voy a querer ser su amiga? Porque digo, seguro que están diciendo lo mismo de mí.
Siempre fui, soy artista, soy sensible, los artistas tenemos hipersensibilidad con respecto a un montón de temas. Yo creo que la tenemos justamente para dar un mensaje a la sociedad de hoy. Y es que ser hipersensible no está mal, está bien. Y que si vos estás notando que en tus círculos están diciendo cosas que a vos no te agradan, aunque no encuentres la respuesta en ese momento, en algún momento la respuesta la vas a encontrar. Y que tenemos que ser fiel a lo que nos pasa en el momento.
No me siento cómoda en esto. No quiero estar cerca tuyo. No entiendo por qué. Eso no me convierte en una mala persona, me convierte en una persona que no quiere estar cerca tuyo. Después me doy vuelta. Quizás pasan siete meses y digo, entendí por qué. Lo pude poner en paradas. Al sentimiento. Siempre el primer síntoma es la emoción.