Se terminó la tregua. Después de mostrarse juntas en Wimbledon, Meghan Markle y Kate Middleton volvieron a protagonizar una pelea pública durante un partido de polo a beneficio, del que participaron el príncipe William y su hermano, el príncipe Harry. Los medios, atentos a la mala relación de las nueras de Lady Di, siguieron de cerca los movimientos de las duquesas y reportaron una nueva "pelea real". La salida familiar que terminó en gritos y reclamos.
"Madres en guerra", es el fuerte titular con el que la revista Life & Style reveló la pelea que protagonizaron las duquesas la semana pasada, cuando coincidieron en The King Power Royal Charity Polo Day, torneo benéfico del que participaron sus respectivos maridos. La ocasión fue una oportunidad para la Corona: la idea era transmitir una postal familiar y aplacar los fuertes rumores de peleas. Pero no todo salió como lo calculado: "La salida familiar del infierno".
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El evento tuvo lugar sólo tres días después del hermético bautismo de Archie, el primogénito de Meghan y Harry. Fue, además, la primera aparición pública del bebé fuera de un acto protocolar. Kate, por su parte, asistió al partido con sus tres hijos: George, Charlotte y Louis, de sólo un año.
Aunque en un principio se mostraron en bloque, hubo un momento en el que se quebró la paz. Según consignan los medios británicos, fue Meghan quien atacó a Kate por el modo en el que sus hijos jugaban y corrían por el lugar. Ella, en cambio, sostuvo en todo momento a su hijo y no permitió que nadie lo tuviera en brazos. "Meghan es una madre muy obsesiva, no quiere que nadie toque a su bebé. Kate es mucho más relajada y los deja jugar tranquilos", advirtieron.
En efecto, la ex actriz le habría espetado a su cuñada por lo bajo: "¡Cuidá a tus hijos!". El dardo fue letal y los fotógrafos lograron captar la cara de incomodidad y enojo de la que será la futura reina. Lejos de responderle, la mujer de William decidió alejarse de su cuñada, a quien evitó desde entonces.
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"No quería hacer un escándalo, pero cuando terminó el partido habló con William y le contó lo que había pasado", precisan desde la revista. En efecto, los hijos de Lady Di habrían mantenido otra incómoda y tensa conversación con respecto a los malos tratos de Meghanhacia Kate.
El testamento secreto que Lady Di cambió meses antes de morir y la interna familiar que desató
El miércoles 28 de agosto de 1996, Lady Di firmó los papeles de divorcio con el príncipe Carlos de Inglaterra. Pocos días después, la difunta princesa reunió a sus abogados para modificar el testamento que había armado tres años antes: el primero de junio de 1993. Los cambios que hizo luego de abandonar la Familia Real y la interna que se desató por sus posesiones.
Al momento de su muerte, Lady Di tenía un patrimonio valuado en 31.5 millones de dólares. Parte de su fortuna provenía de su herencia familiar, a la que se le sumaron los 17 millones de dólares que recibió tras divorciarse del futuro rey de Inglaterra. Su voluntad era que sus hijos, los príncipes William y Harry, recibieran el 75 por ciento de su patrimonio al cumplir los 25 años.
El testamento de Lady Di: la última voluntad que su familia no respetó
William y Harry debían heredar al cumplir 15 años el 75 por ciento de su patrimonio estimado en 31.5 millones de dólares.Sus hijos también debían acceder al 75 por ciento de sus objetos personales. Paul Burrell, su mayordomo, debía recibir 50 mil libras esterlinas. Cada uno de sus 17 ahijados recibiría 160 mil dólares y el 25 por ciento de sus objetos personales.El dinero fue depositado en un fondo de inversión, que acumuló importantes intereses en los más de 15 años que sus hijos tardaron en cobrarlo. A eso se le sumó el 75 por ciento de la colección de joyas de la difunta princesa, sus vestidos y posesiones. Las encargadas de ejecutar su última voluntad fueron su madre, Frances, y una de sus hermanas, Sarah; pero no lo hicieron.
En principio, los herederos de Lady Di recién pudieron acceder a la fortuna que les había dejado su madre al cumplir 30 y no 25 años. Lo mismo sucedió con el emblemático vestido de casamiento, que pudieron recuperar recién cuando Harry cumplió 30. Durante esos 17 años, fue Charles Spencer, hermano menor de la princesa, quien lo usó para exponerlo en un museo que armó en Althorp, el estado familiar.
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“Ese fue uno de los motivos por los cuales Harry se alejó de su tío. Ellos mantienen una buena relación con la familia de Diana, son muy unidos, pero con su tío hay una gran distancia”, reconocieron fuentes cercanas a los herederos de Lady Di. En efecto, Charles cobraba la suma de diez libras para poder acceder al museo en el que se exponían muchas de las pertenencias de la princesa y tenía al vestido de boda como la “frutilla del postre”.Ellos mantienen una buena relación con la familia de Diana, son muy unidos, pero con su tío hay una gran distancia"
Pero Charles no fue el único en no cumplir con los últimos deseos de Lady Di. La princesa había dispuesto también una importante suma para sus 17 ahijados, quienes debían recibir 160 mil dólares cada uno y el 25 por ciento de su colección de joyas y objetos personales, que incluían fotos privadas, cuadros y vajilla. “La madre y la hermana de Diana no sólo no les dieron el dinero, sino que además nunca les dijeron que estaban incluidos en el testamento. A cambio, recibieron sólo un objeto personal de ella”.
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El testamento también incluía la suma de 50 mil libras esterlinas para Paul Burrell, su mayordomo personal. En efecto, el hombre que la acompañó durante los últimos 10 años de su vida recibió el dinero, pero luego fue acusado por los hijos de Lady Di de haberse robado cientos de objetos personales de la princesa. “En vida ella me dijo que me los quería regalar”, se excusó Burrell, quien también enardeció a los herederos de la princesa al publicar un libro con detalles muy íntimos de su madre.
Los únicos dos objetos que William y Harry pudieron tener de su madre desde el día en el que murió fue el anillo de compromiso y el preciado reloj de oro Cartier que la princesa había recibido por parte de su padre. “Los hermanos acordaron que el anillo quedaría en manos del primero que se comprometiera y cumplieron con su pacto. En noviembre de 2010, el mundo lo volvió a ver, pero ya en manos de Kate Middleton”.