La historia aparece contada -desde la perspectiva de Edgardo Díaz, claro está- en la serie Súbete a mi moto. En 1991, el manager fue acusado públicamente por Ralphy Rodríguez de coso sexual, en el popularísimo talk show El show de Cristina. Según se cuenta en la serie, nada menos que ex nueve integrantes del grupo iban a acusarlo de lo mismo en el programa, y la intención de la producción era dedicarle un programa a las denuncias y otro a la respuesta de Díaz. El manager y creador de Menudo, en cambio, argumentó que las acusaciones eran demasiado graves, que eran mentiras flagrantes y que por lo tanto él aceptaba ir, pero a los dos programas dedicados al asunto, y que quería estar presente para que, lo que tenían para decirle, se lo dijeran en la cara.
Algunas cosas han cambiado. En 2020 sería absolutamente impensable que una persona que acusaba a alguien de acoso sexual conviviera con su acusado en un set de televisión. Pero todo esto ocurrió en 1991. Según cuenta la serie, la producción aceptó las condiciones impuestas por Díaz. Cuando llegó al programa, Díaz descubrió que ocho de los nueve acusadores se habían bajado. Sólo quedaban Ralphy Rodríguez junto a su padre, y el padre de Raymond Acevedo.
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La postura de Ralphy pareció ambigua y vacilante. Incluso dijo que Menudo era maravilloso, que su problema no era con Menudo sino sólo con Edgardo. El manager dijo que Ralphy estaba mintiendo, que sólo quería dinero. La conductora Cristina Saralegui se puso claramente del lado de Edgardo. "Poderoso caballero es Don Dinero", dijo, dando a entender que esa era la única motivación de Ralphy y de los padres presentes. Además, Cristina le deseó la mejor de las suertes a Menudo.
En el estudio, asistieron a una conversación decididamente no apta para menores los cinco integrantes de Menudo de ese momento: Abel Talamántez, Ashley Ruiz, Ricky López, Andy Blázquez y Alexis Grullán. Un verdadero disparate, haya dicho o no haya dicho la verdad Edgardo.
Menudo se sobrepuso a ese nuevo golpe y siguió adelante. Aunque sin la histeria de otros tiempos, la banda todavía seguía teniendo el éxito suficiente para justificar los discos, las giras, la nueva música. El padre de Raymond Acevedo escribió y publicó un libro titulado "¡Papi, quiero ser un Menudo!", donde decía entre otros casos que Edgardo compartía droga con su hijo.