por Eli Salas
26 Febrero de 2023 08:00
Su llegada a LUZU TV no pudo ser más oportuna. Y la propia Micaela Vázquez, que comparte mesa con Yoyi Francella y “El Trinche” en el exitoso ciclo “Antes que Nadie”, con Diego Leuco a la cabeza, lo confirma. “La propuesta me llegó en un momento medio raro, donde estaba sin saber qué hacer laboralmente y con toda la maternidad encima. Me acuerdo que estábamos comiendo un asadito veggie con mi novio “Gero” (Klein) y le pregunté si no quería que lo ayudara como encargada en alguno de sus locales”, recuerda la actriz que se crió en los sets de televisión y completa: “En ese momento recibí un mensaje de Nico Occhiato, con quien fuimos amigos mucho tiempo y me puse nerviosa como si me hubiera llamado Cris Morena de nuevo”.
-¿Te veías en un formato así?
-No consumía tanto LUZU en ese momento y estaba muy metida en la maternidad. Tampoco sabía bien lo que iba a hacer ni cuánto exponía. Yo soy de abrirme un montón, aunque a la vez me genera a veces mucha angustia de decir: ¿hasta dónde? ¿dónde freno? Porque empezás a hablar como en tu casa con amigos y es peligroso también.
-Es una línea muy delgada.
-Súper, porque estás todo el tiempo al límite y aparte porque nunca en la vida uno debate de todos los temas todo el tiempo. Del amor, de esto, lo otro. Y a la vez todo va evolucionando y uno trata de aggiornarse, pero también hay cosas que tenemos inculcadas entonces es una pelea constante interna de qué está bien, qué está mal.
-¿Aprendiste a balancearlo?
-Más o menos, tengo días en los que me autocorrijo y me retracto. Y otros que hablo con mucha más vehemencia y más como soy yo.
-Cande Molfese, compañera tuya de LUZU, contó que su mamá le había reclamado algunas confesiones que hizo al aire y no le gustaron. ¿Te pasó que se te enojaran puertas adentro?
-A mí me pasó con cosas que conté anecdóticamente familiares. Y la realidad es que uno a veces cuenta las cosas metiéndole sal y pimienta o parodiando o con una vuelta de tuerca porque está bueno abrir el debate. Y en un momento mi vieja me dijo que no le gustaba que se hable de la familia de esa manera.
Pero la radio es muy autorreferencial y es muy difícil ser todo el tiempo políticamente correcto. Pero si me equivoco pido perdón porque es re difícil todo el tiempo sacar conclusiones y conjeturas sobre temas que ni idea, no sé si es así.
-Y cuando hay que remarla, lo haces con el tema que sea.
-Sí, siempre. Es mi manera de ser y me cuesta quedarme callada.
-¿Sos una remadora nata?
-En muchos aspectos sí y no. En el trabajo un montón de cosas me salieron, pero otras me costaron. Esta faceta de la conducción me encanta, pero mi pasión más grande es la actuación. Siento que por momentos me cuestan más las cosas y por momentos menos.
Después de muchos años también me fui a vivir a España y cuando volví, después de remarla mucho, tuve la oportunidad de volver a la tele con Dulce Amor. Hay gente que lo intenta, lo intenta y no le sale. ¿Sabés la cantidad de veces que estaba convencida en un casting y me dijeron que no?
-Una vez dijiste que los límites se los pone uno mismo en su cabeza...
-Obvio, y yo soy la primera en hacerlo. Uno es el primero en boicotearse y en ponerse límites. Autodefinirse: ¿qué sos? ¿Sos actriz, sos conductora, sos mujer, sos mamá, sos esto o lo otro? Y yo soy la primera en decir Mica la actriz, y no. Soy un montón de cosas.
-Hasta llegaste a correr maratones.
-Sí, hasta fui maratonista. Imaginate. Soy una persona que todo lo que se propone va a hasta el final e intento lograrlo, aunque no siempre me sale. Soy muy curiosa y estudié un montón. Me encanta bailar, estudio canto, conduzco, actúo, me encantaría introducirme más en el periodismo y es una asignatura pendiente. Estudiar te nutre un montón y siempre tengo ganas de todo eso.
-Recuerdo tu casting para audicionar con Cris Morena, con una actitud casi adulta a tus 12 años. ¿Siempre fuiste así de mandada?
-Era mucho más caradura que ahora. De chica iba para adelante y no me importaba nada. Ahora me da mucha más vergüenza y todo lo pienso más. A medida que fui creciendo me fueron agarrando más inseguridades, pero entiendo que es parte de vivir, de experimentar, del ambiente. Pero la tele es mi casa y es donde más cómoda estoy. No me importa pasar 15 horas grabando porque soy muy feliz dentro de un estudio.
-Has hecho de todo y sin embargo siempre hablas de asignaturas pendientes, como el periodismo. ¿Sos un poco insaciable?
-Sí, un poco creo que sí. No sé si la palabra es insaciable, pero no soy conformista. Siempre quiero ir por más. Hay algo de mi manera de ser que soy muy dubitativa, pero dentro de esa duda tengo ese inconformismo.
-En ese sentido... ¿Qué dirías de tu performance en Antes que Nadie?
-Prefiero no verlo porque no tolero mi tono de voz. Me re cuesta escucharme porque nunca me había escuchado en vivo en un programa diario.