Michael Bublé, Luisana Lopilato y sus tres hijos se encuentran en Australia, país en el que el cantante presenta su último disco, Love. Se trata de la primera gira mundial que el canadiense realiza después del diagnóstico de cáncer que tuvo su hijo mayor, Noah, en octubre del 2016. Consultado sobre el estado de salud de su primogénito, el cantante habló del tratamiento actual que realiza y de cómo llevan el día a día con su mujer.
"Voy a ser sincero, porque la verdad es que no estaba listo", advirtió Bublé, en alusión a su regreso a los escenarios. "Pensaba que sí, pero me enfrenté a una situación muy difícil con el proceso de tener que hablar con la gente. Pensé que sería incómodo, pero me juré que sería sincero y que trataría de 'seguir el guión'. Me avergonzó el hecho de no haber podido manejarlo cuando terminé una entrevista (en la que lloró al hablar de Noah) así".
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Las giras implican no sólo contacto con grandes audiencias, sino encuentros más reducido que se dan noche a noche tras los shows. "No estaba preparado para conocer a alguien y que me dijera que su hijo también estaba recibiendo tratamiento contra el cáncer o que estaban rezando por mí".
"El cáncer no es algo que uno termina y se termina. No es una operación o una pastilla que tomás y se termina el efecto, porque todavía tenemos que hacer chequeos y es una preocupación que siempre tenés en la mente", reconoció.
El cáncer no es algo que uno termina y se termina"