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Millones, divorcios y fobia a los medios: la vida oculta y hermética de Mary Kate y Ashley Olsen

Las hermanas dejaron la actuación hace más de 15 años y son exitosas empresarias de la moda.

31 Enero de 2021 08:00
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La pequeña y adorable Michelle Tanner, personaje de la serie Full House -éxito de la TV de Estados Unidos entre fines de los '80 y principios de los '90- era interpretado por no sólo una sino dos niñas: las gemelas idénticas Mary-Kate y Ashley Olsen.

Ambas trabajaron en esa ficción desde los nueve meses de edad en 1987, hasta los ocho años en 1995. Sus padres crearon una productora para manejar su exitosísima carrera y pronto comenzaron a protagonizar películas. 

Mattel lanzó una línea de muñecas con ellas como modelos y existió una línea de merchandising con cientos de productos. Su presencia fílmica continuó durante la adolescencia con filmes de aventuras y comedia, pero las gemelas no eran felices. "Éramos como monitos de feria", confesó Mary-Kate -quien batalló años contra la anorexia- tiempo después. 

Al convertirse en mayores de edad en el 2004, Mary-Kate y Ashley tomaron control de la compañía creada por sus padres y se convirtieron en millonarias con un patrimonio de 100 millones de dólares. En aquel entonces, la revista Forbes las ubicó en el puesto 11 de su ranking de las mujeres más ricas del mundo.

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Y aunque decidieron alejarse de la actuación, los paparazzi nunca les perdieron rastro y sus romances se convirtieron en temática constante de las webs de chismes. 

En el 2006, las gemelas comenzaron su carrera en el mundo de la moda fundando The Row, una marca de ropa de alta gama dirigida a mujeres de todas las edades. Al año siguiente, sumaron una línea low cost. 

En el 2015, Mary-Kate se convirtió en noticia de la mano de su boda con Olivier Sarkozy, banquero y medio hermano del ex presidente francés Nicolás Sarkozy. Sin embargo, en el 2020 se separaron y actualmente están en proceso de divorcio. 

Tanto ella como su hermana viven en Nueva York y eligen transitar una discreción extrema. Tanto que se negaron a participar de Fuller House, el revival que Netflix hizo de la serie que las volvió estrellas. 

"No sé si tiene algo que ver con la forma en que crecimos pero sencillamente no nos gusta hablar de nosotras o de lo que estamos haciendo. No es nuestro estilo", señaló Ashley en una entrevista reciente con WSJ Magazine