Dolor. Nada más que dolor. Gerardo Rozín murió a los 51 años. Desde hace un año, el conductor enfrentaba el peor de los diagnósticos: sufría un tumor cerebral que no podía ser operado, ni someterse a ningún tratamiento. Desde entonces, decidió disfrutar de la vida y trabajar de lo que amaba. Como lo hizo siempre. A su equipo de trabajo le había pedido que no hablaran de su grave estado de salud. El silencio fue absoluto. Una muestra del respeto y el cariño que supo cosechar. En el último tiempo, pidió no ser internado en una clínica. Por eso, falleció en su casa, rodeado de sus seres queridos y un equipo médico que lo asistió hasta el momento final.
Carismático, sin temor para preguntar, Rozín fue un conductor que traspasó la pantalla. Sí, de esos conductores apasionados, decididos, divertidos, sin miedo al ridículo, aquellos generan cercanía con el público. Esa cercanía se llama carisma. Eso que no se compra, que ya viene con uno. Los televidentes se dieron cuenta de eso y se lo agradecieron a diario estando presente en cada de uno de los programas o proyectos que hizo el rosarino. "Morfi todos a la mesa" y también "La Peña de Morfi", sus último programas de TV, lideraron todas las franjas en su horario, tanto sea de lunes a viernes o los domingos.
Rozín nació el 18 de junio de 1970 y tuvo sus inicios en el periodismo de Rosario. Hizo de todo. Primero en las redacciones más importantes de la ciudad, después en los estudios de radio y de televisión. El salto a la televisión nacional era un sueño y una obligación y lo logró en los 90, cuando Nicolás Repetto le dio la oportunidad de que fuera su productor del programa Sábado bus, en el que también estaba a cargo del segmento "La pregunta animal" que luego continuó como programa independiente. También había sido productor de Hora clave, programa político emblemático conducido por Mariano Grondona. Se puede recordar de ese programa la memorable pelea entre Jorge Asís y Gerardo Romano. Asimismo, ejerció la tarea de producción en el programa de de Georgina Barbarossa, "Georgina Barbarossa y vos".
En 2002 estuvo a cargo de la programación de Azul TV en sus últimos meses antes de que volviera llamarse Canal 9. Condujo La pregunta animal, Medianoche de un día agitado y Todo por el aire ambos en Canal 9, junto a Beto Casella. Hasta 2008 estuvo al frente de 23 minutos en el canal C5N. En 2017, hizo, junto a Reynaldo Sietecase y a Maximiliano Montenegro, el programa Tres poderes.? En 2010 realizó dos programas en simultáneo: Esta noche, de lunes a jueves, ya que el viernes cambiaba la temática para convertirse en Esta noche, libros, dedicado a la literatura, con la co-conducción de Eugenia Zicavo. Todo esto sin contar sus incontables programas de radio, donde daba rienda suelta a su pasión y sus conocimientos por la música. Tal como había aprendido como oyente de Juan Carlos Mareco, Gerardo había aprendido a lograr climas radiales. Algo que no se escucha tan seguido en la radio.
La televisión y los medios de comunicación no fueron solamente sus pasiones. También lo fueron Pedro de 18 años y Elena, de 7 , sus dos hijos. El joven es fruto del primer matrimonio con Mariana Basualdo y la niña de su relación con la periodista Carmela Bárbaro, con quien estuvo casado durante seis años. Su última pareja conocida fue Eugenia Quibel, su locutora en Morfi. "Somos una pareja normal, natural", dijo Rozín a La Nación, en una de sus últimas entrevistas.
Con picos de índice de audiencia de hasta 21 puntos, se desempeñó como productor y conductor del programa semanal Gracias por venir, gracias por estar, con la modelo y actriz Julieta Prandi, los sábados en Telefe. En ese programa, son recordados los homenajes a las grandes figuras del espectáculo argentino. También sus entrevistas, siempre personales y profundas. Desde 2015 a 2017, estuvo al frente en producción y conducción de Morfi, todos a la mesa, primero con Carina Zampini y después con Zaira Nara.
Su último programa fue La peña de Morfi, junto a Jésica Cirio. En el diario La Nación aseguró: "La gente me trata como si no fuera de la tele, como a un pariente. Llego a un lugar y me empiezan a hablar como a alguien que conocen de toda la vida y me hacen comentarios de los más diversos. Como durante mucho tiempo hice política, hasta me hablan del país, de la grieta. Es muy curioso y divertido. Me ven, me gritan un 'qué haces, gordo' y arrancan".
Hace pocos días, Iván de Pineda, que tomaría la posta en La Peña de Morfi, habló sobre el alejamiento de Gerardo de su programa: "Lógicamente, en La Peña de Morfi el alma mater es Gerardo Rozín ,a quien le mando un enorme abrazo, se toma un tiempo para resolver unas cuestiones personales y espero que vuelva pronto con nosotros. Es el creador". Pero Rozín ya no podrá ver la vuelta de su última creación. La radio, la televisión y la música van a extrañar al hombre que les brindaba todo su amor. Sus oyentes y espectadores también.