Durante los últimos días se vivió un apasionado y, por qué no, muy romántico momento en el living musical de Los Mammones, el ciclo que es furor por la pantalla de América TV, gracias a la soltura y frescura que le supo dar durante todo este tiempo su conductor, Jey Mammon. De hecho, uno de los momentos más "hot" que se vivió en el programa desde su estreno, allá por el 4 de enero de este año, ocurrió este martes y lo tuvo como protagonista al ex Bailando y Cantando por un sueño.
Resulta que el martes pasado estuvo como invitado Leonardo Sbaraglia, uno de los actores argentinos por excelencia, dueño de un gran número de protagónicos en la industria nacional, ya sea en cine, televisión y teatro, y en el exterior realizó grandes trabajos en España y hasta llegó a Hollywood, la cuna de los grandes artistas del mundo. Se podría decir que el artista de 51 años es sinónimo de "actorazo".
Pero durante la entrevista, reveló que no siempre fue así y que varios de sus compañeros lo llegaron a bautizar como “Maderaglia” por su “dureza” o rigidez muscular a la hora de interpretar algunos papeles. También confesó que le hubiera gustado ser psicólogo, contó que casi termina a las manos con Adrián Suar y hasta se animó a afirmar que no descarta la posibilidad de estudiar la carrera de psicología dentro de algunos años.
Sin embargo, el momento más importante de la noche llegó cuando ambos -el actor y el conductor- se dirigieron al piano. Allí, Sbaraglia se animó a entonar algunos tangos, como “Nada” y “Los mareados”, lo que derivó en que ambos se sujetaran de las manos, a pesar de que Jey tenía que seguir tocando el piano para no errarle a las notas musicales. Pero una vez que concluyó el tema, el conductor no dudó en exclamar: “Ahora estoy todo libre”.
Fue entonces que, tras un intercambio de miradas, Jey le pidió al invitado que protagonizaran una escena romántica juntos “Es un honor”, dijo el actor y preguntó: “¿Va a ser el primer pico del programa?”. Fue entonces que el conductor aclaró que ambos ya se habían sometido a dos hisopados que arrojaron como resultado negativo. “Estamos hisopados”, aclaró antes de posar sus labios sobre los del actor.
Con música romántica de fondo y los gritos de los integrantes del equipo de Los Mammones, con Silvina Escudero a la cabeza, Leo Sbaraglia lo agarró de la cara a Jey y lo llenó de besos. "No sabés lo que te quiere la gente en la calle, todos me dijeron que la iba a pasar bárbaro; y no quiero hablar mal de otra gente de la televisión, pero vos honrás a la televisión”, concluyó el conductor, feliz por el momento que protagonizó en vivo.
Si bien el “Día internacional del beso” ya pasó (fue el 13 de abril, fecha que surgió gracias al beso más largo de la historia, que duró 58 horas y que fue protagonizado por una pareja tailandesa durante un certamen), BigBang aprovechó el tremendo "chupón" que recibió Jey Mammon para recordar alguno de los besos más esperados, apasionados e icónicos de la televisión argentina.
Los simuladores
Si bien fue breve, aquella maniobra que utilizó el personaje de Martín Seefeld, Medina en Los Simuladores, para enamorar a un empresario gay cobró gran popularidad y hasta el día de hoy es recordada por los fanáticos de la serie. Medina tenía que darle un beso en el ascensor y nada más, pero el empresario de origen mexicano, encarnado por José Andrada, se enamoró de él y luego, en una fiesta de disfraces donde ambos se escondían detrás de sendas máscaras, le pedía repetir el beso con una frase que fue repetida hasta el día de hoy hasta el cansancio: "¿No hay un piquito para mí?" No hace mucho, los actores contaron que se tentaban una y otra vez, por lo que hacer esa toma fue muy difícil.
Resistiré
Este mismo año, Nancy Dupláa reconoció que se “moría de celos” en la época en que su esposo, Pablo Echarri, protagonizó la novela “Resistiré”, junto a Celeste Cid, en el año 2003. El último capítulo emitido el 9 de diciembre de 2003 marcó un promedio de 41.9 puntos de rating, con picos de 46.4 porque nadie se quería perder el final de la ficción que atrapó a millones de argentinos, entre otras cosas por la gran química de sus protagonistas.
De hecho, Dupláa aclaró que Celeste CId "es un sol del amor, por favor", pero que ella no podía evitar los celos tras cada beso que se daban con Echarri. "Era un momento muy especial, porque hacía muy poco que estábamos con Pablo y recién quedé embarazada. Él estaba en un momento espectacular, un chongo hermoso. Yo veía eso a la mañana y me veía en el espejo y era un tanque australiano. Encima había perdido el pelo, un desastre", reveló.
Dulce Amor
Si hubo besos que fueron comentados y cuestionados tal vez por lo exagerados que se veían en pantalla, fueron sin dudas los que intercambiaron Marcos, Sebastián Estevanez, y Victoria, Carina Zampini, en Dulce Amor. Si bien ellos no eran pareja en la vida real, la actriz reconoció años atrás que tenían mucha química. "Nunca me cansaría de besarlo", le había dicho Zampini al diario Muy. "Nos amamos y nos divertimos mucho", afirmó.
Las Estrellas
El beso entre Flor y Jazmín no fue uno más en sus vidas, sino que marcó el comienzo de lo que se anticipa como otra gran historia de amor en la novela "Las Estrellas". Y así se lo hizo saber el personaje encarnado por Violeta Urtizberea al de Julieta Nair Calvo, durante un encuentro en el ascensor del hotel que administran las hermanas. El primer beso entre ambas fue uno de los grandes hitos de esa tira.
Farsantes
La historia de Guillermo (Julio Chávez) y Pedro (Benjamín Vicuña) tenía desvelados a los televidentes de Farsantes, los cuales desde que había arrancado el programa sólo querían ver cómo se consumaba ese amor. Y en septiembre de 2013 llegó el tan esperando momento, cuando los dos abogados dejaron libres sus impulsos en una escena que se desarrolló en la habitación de Pedro. Guille lo fue a cuidar porque estaba enfermo y su mujer Camila -Julieta Cardinali- tuvo que dejar su hogar porque estaba embarazada. Entonces, con un "vine porque me importás", Chávez irrumpió, y Vicuña, que ya no podía disimular lo que sentía, se dejó llevar por la pasión.
A más de 25 años del "beso del alma" entre Diego y Caniggia
Si de besos icónicos hablamos, el de Diego Armando Maradona y Claudio Paul Caniggia marcó un antes y un después en la historia de los Superclásicos del fútbol argentino. Boca, que recibía todas las críticas por su “pésimo” rendimiento en el Clausura de la mano de Carlos Salvador Bilardo, enfrentó a un River que venía de consagrarse campeón de América tras vencer en la final a América de Cali.
Pero el Millonario claudicó ante un extraordinario nivel del "Hijo del viento" que acabó convirtiendo un hat-trick (tres goles). Aquel 14 de julio de 1996, Boca goleó por 4 a 1 a su clásico rival en La Bombonera, por el encuentro correspondiente a la 16° fecha del Torneo Clausura. Pero fue tras el primer gol de “Pepe” Basualdo, que Maradona y Caniggia se estrellaron con un beso que se reflejó en las tapas de todos los diarios y que hasta hoy es recordado, imitado y celebrado.