27 Octubre de 2015 08:12
Florinda Meza y Roberto Gómez Bolaños mantuvieron una relación de más de 40 años y, aunque ya había estado casado, fue su “Doña Florinda” quien lo acompañó hasta sus últimos días.
Pero la pareja jamás tuvo hijos, pese a que el mexicano ya tenía seis herederos. El motivo detrás del pacto de la vecindad del Chavo.
“Cuando Roberto y yo nos unimos formalmente, como Dios manda, él ya estaba vasectomizado. Dos años después le hablé de regresar la vasectomía porque me enteré de que era posible revertirlo. Pero su respuesta fue no. Siempre fui maternal, pero no ocurrió. Nadie me obligó y lo acepté. Me uní a él”, reveló la actriz al ciclo mexicano Ventaneando.
“Yo no quiero ser una más de tus mujeres, yo quiero ser la mujer: la única. A la más mínima infidelidad, no sabrás nunca más de mí. Y me lo cumplió hasta el último día.
EL ROMANCE FURTIVO
Se conocieron en 1972 cuando ella tenía 22 y él 42. Estaba casado y tenía seis hijos.
La diferencia de edad influyó. Los actores cruzaron miradas en 1972 cuando ella tenía 22 y él, dos décadas mayor, todavía estaba casado con Graciela Fernández, la madre de sus hijos. “Él tenía un gran bagaje, una esposa y seis hijos. Le dije: 'Puedo entender que no te puedas divorciar inmediatamente. Sé que es un riesgo muy grande. Pero yo no quiero ser una más de tus mujeres, yo quiero ser la mujer: la única. A la más mínima infidelidad, no sabrás nunca más de mí. Y me lo cumplió hasta el último día”, le advirtió.
“No soy una roba maridos. Él tenía problemas con su matrimonio y era bien conocido por sus infidelidades. Después fuimos felices durante 40 años.
El Chavo la tomó en serio. Después de una década de amor oculto, el productor televisivo se separó en 1989 de Fernández y oficializó su relación con su entonces compañera de elenco. “No soy una roba maridos. Él tenía problemas con su matrimonio y era bien conocido por sus infidelidades. Después fuimos felices durante 40 años”, justificó Florinda.
El blanqueo del romance fue polémico. Los hijos del actor no aceptaron la relación.
“Estuve a punto de casarme con otro, que era muy bueno y valioso: Enrique Segoviano (director de la serie y socio de Chespirito). Pero Roberto cuando vio que eso iba en serio, actuó y fue fuerte.
Enrique Segoviano, director de la serie y amigo de roberto, casi se casa con Florinda.
“Me cortejó durante cinco años, pero yo pensaba que se lo decía a todas. Además estaba casado. Estuve a punto de casarme con otro, que era muy bueno y valioso: Enrique Segoviano (director de la serie y socio de Chespirito). Pero Roberto cuando vio que eso iba en serio, actuó fue fuerte. Estando en una gira se soltó y me dijo todo lo que pensaba. Era escritor, le puso misterio al asunto”, relató.
“La relación comenzó con muchas dificultades. Fue un escándalo, todo el mundo estaba en contra nuestra. Muchos se ensañaron conmigo, me criticaron. Él sufrió mucho por eso
LA POLÉMICA POR SU RELACIÓN
La mala recepción del romance tuvo lugar dentro y fuera del seno familiar del Chavo. “La relación comenzó con muchas dificultades. Fue un escándalo, todo el mundo estaba en contra nuestra. Muchos se ensañaron conmigo, me criticaron. Él sufrió mucho por eso. Me decían que yo era una trepadora, que estaba por su dinero, que lo hacía para escalar papeles, que era una roba maridos y que esto no duraría ni el año”, recordó, y destacó la respuesta de Chespirito: “Me dijo: 'Si nos queremos hay que aguantar y esto tendrá que pasar'”.
“Me decían que yo era una trepadora, que estaba por su dinero, que lo hacía para escalar papeles, que era una roba maridos y que esto no duraría ni el año
“No fue nada fácil la relación con sus hijos. Pobrecito él debió haberme amado mucho, porque le dolía muchísimo. Lo veía sufrir y no podía hacer nada
Roberto tuvo cinco hijas y un varón con su primera mujer, Graciela Fernández.
Aunque la convivencia se dio de inmediato, la aceptación de los hijos del mexicano fue lenta. “No fue nada fácil. Pobrecito él debió haberme amado mucho, porque le dolía muchísimo. Lo veía sufrir y no podía hacer nada. No pretendía que me quisieran, simplemente que me aceptaran como una realidad y que me respetaran. Creo que me los gané, los quiero mucho. ¿Cómo no quererlos si son la genética del hombre que amo?”.
“No pretendía que sus niños me quisieran, simplemente que me aceptaran como una realidad y que me respetaran. Creo que me los gané, los quiero mucho. ¿Cómo no quererlos si son la genética del hombre que amo?
EL CASAMIENTO Y LA CULPA POR LA EX MUJER
Aunque mantuvieron una relación formal durante décadas, la pareja decidió pasar por el altar en diciembre de 2004. “Somos ejemplo para la gente, pero no estamos casados. Piensan que mis hijos son tus hijos. Y me dijo: '¿Qué te parece si nos casamos?'. Y le dije: 'Bueno, me parece bien. Pero creo que antes tendrías que divorciarte'. Se había olvidado”.
“Graciela -primera mujer de Chespirito- tomó muy bien el casamiento. Nosotras nos llevábamos bien, pero tuve que hacer un gran esfuerzo para superar ese sentimiento de culpa
La pareja se casó en diciembre de 2004 por pedido del comediante.
“Graciela lo tomó muy bien. Nosotras nos llevábamos bien, pero tuve que hacer un gran esfuerzo para superar ese sentimiento de culpa. Más que con sus hijos, con ella. Me sentía muy mal, el sentimiento de culpa era terrible. Tuve que lidiar con eso. Era un problema fuerte. A mí me parecía una mujer admirable. Ella me dijo algo muy bonito una vez, que me daba las gracias por lo que yo me había ocupado de sus hijos. Y le dije que yo le daba las gracias por haberme prestado a sus hijos, los que yo no había tenido”.
“Ella me dijo algo muy bonito una vez, que me daba las gracias por lo que yo me había ocupado de sus hijos. Y le dije que yo le daba las gracias por haberme prestado a sus hijos, los que yo no había tenido
EL MOMENTO DE LA MUERTE
Chespirito murió en noviembre de 2014 a los 85 años en Cancún. “Voy a estar con Florinda hasta el día de mi muerte o hasta que Shakira se fije en mí”, había prometido años atrás y cumplió. El humorista murió en brazos de su mujer.
“Lo vi morir y fue una muerte tan distinta. Estaba como mirando algo muy hermoso. Los cinco chihuahas que tenemos, que estaban en la habitación, todos empezaron a aullar. Ahí me di cuenta de que había muerto, de que se había ido
El entierro del humorista fue un momento histórico en México.
“Sí, lo vi morir. He visto morir a mucha gente. Y la muerte de él fue tan distinta. Primero empezó a jalar aire, parecía que sonreía mirando un punto. Con una luz que ya había perdido en sus ojos desde el día anterior. Estaba como mirando algo muy bello. Le di masaje cardíaco tontamente y lo hice volver a jalar aire. Pero los cinco chihuahas que tenemos, que estaban en la habitación, todos empezaron a aullar. Ahí me di cuenta de que había muerto, de que se había ido”, lamentó.