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Ottavis-Lanata, la grieta de los MF y el lapidario: "No lo quiero ni ver"

Los sentaron a pocos metros y la tensión imperó en el aire. La estrategia para esquivarse y la negativa al reencuentro. La grieta en su máxima expresión.

16 Mayo de 2016 12:19
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De un lado de la grieta: José Ottavis, de smoking, acompañando a su novia, Victoria Xipolitakis. Del otro, Jorge Lanata, junto a sus dos hijas, Bárbara y Lola. Los separaban sólo dos metros de sillas y pequeños pasillos, siempre colmados de gente. Pero no hubo encuentro y ambos se encargaron de que así fuera.

BigBang te cuenta el detrás de escena del sector más tenso del salón del Hilton Puerto Madero.

Lejos de las reuniones camporistas a las que está acostumbrado, Ottavis sorprendió al moverse casi como pez en el agua entre las celebrities y los periodistas. De impecable etiqueta (el traje se lo compró Vicky en Miami), el ex jefe del bloque kirchnerista de Diputados disfrutó como pocos de la noche. Todo iba bien, claro, hasta que Lanata hizo su ingreso al salón y ambos se dieron cuenta de la cercanía de sus mesas.

Ottavis lo miraba de reojo, pero restándole importancia a la grieta en su máxima expresión. Se divirtió dando notas con su novia, habló de su futuro casamiento y hasta entonó con ella, a pedido de BigBang, la marcha peronista. En otra mesa, el conductor de “Periodismo para todos” seguía atento la ceremonia, en la que se consagraría con el Martín Fierro de oro.

“No lo quiero ni ver”, fue la respuesta del periodista cuando lo consultaron sobre la posibilidad de hacer alguna foto o video juntos. El mismo que minutos antes había accedido a fotografiarse hasta con el “Mago sin dientes” prefería ahora marcar su bandera: no iba a haber encuentro, pase lo que pase.

Moria, Ottavis y Mirtha: el camporista se movió como pez en el agua.

Aunque el novio de Xipolitakis se mostró más abierto a la idea, la negativa del ex director del difunto diario Crítica selló cualquier acercamiento. Incluso, cuando Lanata subió al escenario para recibir el premio al mejor ciclo periodístico, Ottavis hizo un movimiento clave: se fue al baño para evitar que las cámaras lo ponchen y se hagan un festín con su reacción gestual.

 

Sola y sin su novio, Vicky le dio la espalda al periodista. No sólo no escuchó su discurso, sino que además se adentró de lleno en la pantalla de su teléfono y evitó hacer cualquier tipo de gesto o comentario. Ella, como siempre dice, cumplió y se mantuvo al margen de las disputas políticas.