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Pablo Fábregas, 25 años de ingenio, crisis y risas: "No quiero censura ni autocensura: quiero humor con crítica"

El humorista dirige Agotados, la adaptación de una comedia de Broadway que hicieron junto con Ariel Staltari.

18 Abril de 2025 10:42
Pablo Fábregas, 25 años de ingenio, crisis y risas: "No quiero censura ni autocensura: quiero humor con crítica"
Pablo Fábregas dirige Agotados, la adaptación de la comedia de Broadway Fully Commited.

El crecimiento en la Argentina del género humorístico conocido como stand-up fue totalmente destacado desde que explotó hace 25 años. Con la misma intensidad y en el mismo periodo también se desarrolló la carrera de Pablo Fábregas, un humorista que ganó muchísima popularidad en Radio Metro junto a Sebastián Wainraich y que hoy se encuentra con el desafío de dirigir Agotados, la adaptación de la comedia de Broadway Fully Commited de Becky Mode que realizó con Ariel Staltari, y que se podrá ver los jueves en el Paseo La Plaza.

El director repasó ante BigBang los debates nuevos del humor y, en relación a los límites que se discuten en estos tiempos, aseguró que prefiere "que no haya cancelaciones" y sí "que haya crítica", para evitar la censura y la autocensura que pueden tener quienes tienen que pensar en hacer reír como oficio.

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En ese sentido también defendió a las nuevas generaciones de humoristas, muchas veces castigadas de forma injusta por su juventud, por lo que se podría considerar como la vieja guardia del humor y el stand-up, en relación a las generaciones que se hicieron antes de que las redes sociales facilitaran la llegada al público masivo y había que depender de estar en los escenarios para hacerse conocido.

Qué desafío que te tocó.

- Uy, en la que nos metimos. Lo mío es difícil, ¿lo de Ariel? Imposible. Así que no me quejo, porque tengo el tipo que está ahí arriba haciendo treinta y no sé cuántos personajes.

¿Te imaginás que después del estreno Becky Mode te llame y te diga: 'che, muy buena la versión, Pablo?

- Tendría que aprender castellano Becky. No creo que sepa. Encima tiene que saber argentino, no solo castellano. Creo que le hicimos un lindo honor. Creo que si me nos juntásemos con Becky y le explicáramos por qué tomamos algunas decisiones, creo que estaría de acuerdo. Porque si ves la versión de Broadway, es americana ciento por ciento, y la nuestra creo que es Argentina, latina, sudamericana, si querés, ciento por ciento, y creo que ahí está el gran valor de la adaptación.

Agotados, una adaptación de la comedia de Broadway Fully Commited, protagonizada por Ariel Staltari y dirigida por Pablo Fábregas.

Sos de la escuela del stand-up de siempre, ¿cómo cómo ves estas nuevas generaciones de humoristas?

-  A veces escucho cuando hablamos los más grandes de los millennials, los centennials, no sé en qué año nació cada uno, pero esos forros que tienen 30 años menos que yo, y escucho las críticas y las atiendo, y debe haber alguna lógica. Ahora, con los que yo trabajo de la radio y del teatro, y veo los comediantes, chicos y chicas nuevas, digo, ¿de qué me están hablando? Son pibes formados, comprometidos al máximo. Que están dejando un montón de cosas y le estamos dejando un mercado cada vez más chico porque el mundo está así. La verdad que más que abrazarlos, no se me ocurre criticarlos.

Sos de hacer materiales audiovisuales en redes sociales. Siempre tuviste el reflejo. Pero estos chicos nacieron de ahí. Muchos eran chicos que hacían reír en su escuela y se filmaron y empezaron a hacer sketch y demás.

- Nacieron con eso, lo tienen internalizado y les es natural. Yo tuve que aprenderlo. Y hay cosas donde las hago y digo: 'no, esto yo no puedo hacerlo, quedó feo, me siento un boludo'. Nacieron con otras tecnologías, en otro mercado. Aprendieron a hacerse solitos, porque nadie los cuida. Para la gente que dice 'es hacer unas huevadas con el celular'. Bueno, hacelas vos y ganate la vida haciendo eso. Otra generación, otra cabeza, otro uso de la tecnología mucho más natural. Sí, otra cosa.

Pablo Fábregas se desarrolló como humorista desde el boom del stand up durante la crisis de 2001.

¿Sentís alguna recompensa extra al hacer humor en estos tiempos tan difíciles para la gente?

- Yo creo que -no tengo números muy concretos, pero algunos tengo-, en tiempos de crisis,  el humor en el teatro levanta. Porque necesitabas un poquito más de nosotros. Me parece que eso es así. No olvidemos el stand-up como género se viene haciendo desde el 2000 con los chicos de Stand-up Argentina, pero la explosión importante ocurre en la crisis del 2001-2002. Con las crisis se vuelven necesarios los paliativos. El humor no va a solucionar una crisis, ni te voy a hacer ganar más plata ni voy a cuidar a tus hijos, pero por lo menos voy a hacer más llevadera tu vida. Y eso es un montón y creo que esa es una de las funciones de la comedia. Y bueno, cuanto peor nos sentimos, más valoramos alguien que nos saque una sonrisa.

En estos 25 años hubo cambios en el humor respecto a los límites. ¿Qué reflexión tenés con respecto a esta cuestión de decir 'de esto se hace chistes'?

- Yo creo que mientras seas consciente de que querés herir lo que estás hiriendo, yo creo que está bien. Cuanto más difícil es el tema en el que te metés, vas a tener que laburar más y mejor va a tener que ser tu chiste, tu material, tu postura. Yo creo que en eso no hay límite. Me parece que el límite se pone cuando por hacer reír tirás cualquier cosa y te parás en lugares que te son cómodos sin saber si los pensás o no.

Pero, después, prefiero que no haya límites, prefiero que no haya cancelaciones y que haya crítica. Discutamos, ofendamonos, puteemonos, lo que quieras, pero ni cancelación, ni censura, ni autocensura. Laburemos, si después alguien se manda una cagada, nos sentamos, lo discutimos o me putearás. Total ahora estás a dos dedos de distancia. Creo que tenemos que ser responsables y conscientes, y hacer lo que sentimos que tenemos que hacer. Y después, si ofendes a alguien, qué sé yo.

Ariel Staltari, protagonista de Agotados.

En ese sentido, ¿con qué se va a encontrar el público cuando venga a ver esta obra?

- Tenemos algunas cositas que creo que no van a ofender a nadie. No, no. Cuando estábamos pensando algunas cosas decíamos: 'Che, ¿esto es representativo de lo que queremos contar?'. Nosotros estamos hablando de una persona que tiene un laburo que maneja muy bien, pero que detesta, que no le alcanza y que tiene un sueño que es ser actor. Para ser actor va a tener que sacar los codos y salir adelante a como sea, en un mundo hostil, un mundo lleno de luces y sombras. Algo lindo que también repito porque me gusta es: ninguno de nuestros personajes es definitivamente malo ni definitivamente bueno. Inclusive el protagonista, Samuel, tampoco es un luminoso total, tampoco es todo luz.

Me parece que en todo eso íbamos metiendo cositas chiquititas y cuando se nos generaba alguna duda, la pregunta era, ¿es representativo de lo que estamos contando o lo estamos inventando? Es representativo. Listo, va. Es medio inventado, saquémoslo. Pero todo lo que sentimos que iba con respecto a los personajes: cómo son, qué hacen, cómo hablan, si sentíamos que era honesto, fue.

Pablo Fábregas, una carrera al servicio de hacer reír.

Esta propuesta encuentra una convergencia de teatro y humor, ¿es por ese lado?

- Sí, es una comedia. No es stand-up, no es chistes, el tipo no se para a hablar al público. Es un actor, un actorazo como Ariel Staltari, interpretando varias decenas de personajes. Por supuesto que es una comedia y que el humor lo atraviesa y que va por todos lados, pero se va a encontrar con una comedia que trata de representar eso: una situación muy argentina y con personajes recontra argentinos. Pero es una comedia. Nos valemos del humor para contar algo duro como lo difícil que es alcanzar un sueño.

Es una aclaración importante porque hay gente que tiene miedo de ir al teatro y que le hagan preguntas, como pasa en el stand-up.

- Quédense tranquilos, nadie les va a preguntar nada. Sí, ¿tenés cambio? Si estás comprando el ticket, nada más. Pero no tiene nada que ver con el stand-up, es un actor, es teatro, es una obra que no no ni siquiera fue escrita por nosotros, fue adaptada por Ariel y por mí. Pero una obra de Broadway, un individual donde el personaje empieza y termina y atraviesa todos los personajes sin preguntas, sin chistes al público, sin cargar al de la primera fila.