Sin lugar a dudas, Argentina, tierra de amor y venganza se convirtió en una de las ficciones más vistas de los últimos años. Después de un 2020 atravesado por la pandemia de Covid-19, Pol-Ka confirmó que avanzará con el proyecto que Adrián Suar supo anunciar a finales de 2019, cuando se transmitió el último capítulo de la novela: habrá una segunda temporada.
Según fuentes allegadas a la productora, las grabaciones comenzarían en dos o tres meses, para llegar a principios del año que viene con varios capítulos y estrenar en marzo. El último capítulo de 2019 tuvo un final abierto. Un lujo que pocas telenovelas se pueden dar. Argentina, tierra de amor y venganza mostró algunas imágenes del hijo de Torcuato Ferreyra, el malísimo interpretado por Vicuña, junto a su madre, Alicia, en la piel de Funes. Ese final, luego de más 200 capítulos, junto al intento de suicidio de los dos hermanos malvados, generó un furor entre sus seguidores.
Por otra parte, también mostraron un salto en la historia. Por ese motivo, a algunos de los personajes se los pudo ver en la década del 60, donde transcurrirá la historia en la segunda temporada. “Si bien alguno quedaría, habría nuevos personajes y otras historias, la trama tendría la misma impronta, pero hay que encontrar las historias para esa época. Tiene que tener todo lo que tuvo esta”, relataron allegados al canal.
Vuelve ATAV: los secretos de la segunda temporada y cuándo saldrá al aire
A la espera de conocer más detalles de la segunda entrega (que tal como anticipó BigBang en 2019 estará situada en los años sesenta), te invitamos a recordar algunos de los errores históricos, de vestuario y de filmación que enloquecieron en su momento a los fans de la novela.
Hay que ser justos: uno de los primeros errores que los fans notaron no salió al aire. En efecto, se trató de una de las fotos con los que se promociona la novela en Instagram. En el posteo, se lo puede ver a Albert Baró sostener en su mano izquierda lo que parece ser un smartphone, pese a que la tira se desarrollaba por ese entonces en 1938.
Hubo un detalle que no pasó inadvertido por los fans de la novela de Pol-Ka en el capítulo en el que Torcuato Ferreyra (Benjamín Vicuña) intenta rescatar a Samuel Trauman (Fernán Mirás) de Aldo (Gonzalo Heredia). Y es que, para sorpresa de muchos, el villano de Vicuña apareció en escena con unas zapatillas marca Nike; un grave anacronismo si se tiene en cuenta que la novela transcurre en el año 1938. Los seguidores fueron un paso más y hasta googlearon el año en el que se fundó la compañía: 1964.
El bebé elegido para ser el hijo de Anna (Candela Vetrano) también causó controversia. La criatura se suponía que era prematura, pero nació con gran tamaño. A eso se le suma que, después de la escena del parto, la cámara registra la carita del bebé y está absolutamente limpia, pese a que el personaje de Vetrano lo tuvo sola en una bañadera vacía.
Aunque la producción está detrás de cada uno de los detalles, es humano que ciertas cosas sucedan. Como por ejemplo, que se puedan ver a algunos personajes tomando helado con cucharitas de plástico, algo que no existía en esa época.
En efecto, fue una de las guionistas de la serie la que reconoció que, para poder hacerla viable en términos económicos, debieron filmar cerca de treinta capítulos iniciales en simultáneo. Eso explica alguno de los hilos sueltos y errores de continuidad detectados por los fans.
A mediados de junio, la producción decidió extender los contratos de todos los actores. ¿El motivo? La buena aceptación del público los llevó a grabar una "segunda temporada". Fue en ese entonces que, de acuerdo a lo planificado, todos se tomaron vacaciones. Eso explica algunos bronceados que llamaron la atención, así como cambios en los largos de los pelos.
Algunos fans hilan muy fino y remarcan cada uno de los errores de la grabación. Al parecer, los guionistas se olvidaron de las rejas que Libertad, la madre de Lucía, había mandado a instalar en la ventana de su hija para evitar que se encontrara a escondidas con Bruno.
Otros, también atentos a posibles anacronismos, encontraron ciertos detalles en las locaciones. ¿Uno de los errores más recientes? La cerradura que tiene la casa en la que Bruno y Lucía convivían. El error se puede ver en el capítulo en el que Torcuato le dispara a Lidia por la espalda.
"Hay que tener en cuenta que cada vez que les pido un hospital o una escuela de esgrima todas tienen que ser de 1938. Es muy difícil", reconoció Carolina Aguirre, una de las guionistas de la ficción.
Otro de los errores fue marcado por la propia Mirtha Legrand, después de que la incorporaran a la tira. “Nuestra madre era argentina, por lo tanto no hablaba con acento español”, señaló en alusión al personaje interpretado por Virginia Kaufmann. “Nuestro padre era español”, sumó la conductora.
Con respecto a la personificación de Poggio, Mirtha se limitó a decir: “Éramos más rubias naturales”. Sin embargo, la “Chiqui” reconoció que, pese a los pequeños errores, le gustaría que su personaje continúe en la tira. “Me gustaría ver otro capítulo. Me impresionó escuchar mi nombre”.
ATAV y la historia del guión original que no salió al aire: el “no” de Adrián Suar a "la del barco"
Corría el año 2015. Leandro Calderone y Carolina Aguirre trabajaban en un fastuoso proyecto que, por ese entonces, ni siquiera tenía título. "Le decíamos 'la del barco'", reconoce la guionista de la ficción que hoy no sólo tiene título, sino que se convirtió en la más vista del país: Argentina, tierra de amor y venganza. Por ese entonces, el libro llegó a las manos de Adrián Suar. "Estaba fascinado y quería producirla", recuerda Carolina, en diálogo con el ciclo radial de Moskita Muerta y Nilda Sarli. Pero hubo un motivo que hizo que el "Chueco" diera de baja el proyecto: "Era muy cara para ese entonces".
El proyecto estuvo en carpeta unos cuantos años y las historias protagónicas no eran las que hoy se muestran en pantalla. En efecto, fue una exigencia de Eugenia "la China" Suárez la que obligó a los guionistas a barajar de nuevo a pocos meses de la salida al aire. Tal como contó en su momento BigBang, la ex Casi Ángeles quería participar de la mega ficción, pero se negaba a ser la pareja romántica de Benjamín Vicuña. Lo que quería era interpretar a Raquel, la polaca que llega engañada a la Argentina y que es obligada a prostituirse en un burdel dirigido por Fernán Mirás (Samuel Trauman).
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La determinación de Suar de contar con la "China" en el elenco hizo que Aguirre y Calderone tuvieran que reestructurar gran parte de la historia. En principio, la apuesta de Pol-Ka iba por otro lado, tal vez más tradicional. Los protagonistas iban a ser Benjamín Vicuña, Gonzalo Heredia y, claro, Suárez. Ambos actores se iban a disputar el amor de Lucía, una joven aristocrática porteña perteneciente a una familia “venida a menos”. Lo único que se mantiene de la trama actual es que Vicuña y Heredia iban a ser amigos que se pelearon por una traición."Los primeros cuatro capítulos que salieron al aire son los mismos que vieron ahora. Lo único diferente era que Bruno y Torcuato eran italianos y que Aldo (Gonzalo Heredia) y su familia eran españoles", precisó Aguirre. El papel de la "China" quedó en manos de Chaves, quien reconoció su sorpresa al recibir el papel. "Cuando hice el casting no era para el protagónico. Me acuerdo que me vestí de época, fui muy preparada. Cuando me llamaron y me dijeron que iba a ser la protagonista no lo podía creer". Lo que faltaba ahora, para empatar los protagónicos, era uno de los personajes centrales: el de Bruno.
La incorporación de Albert Baró: la búsqueda contrarreloj que preocupó a los guionistas
Las grabaciones de la tira comenzaron en diciembre del 2018 y Baró se sumó casi en las semanas previas al inicio del rodaje. "Lo habíamos visto en septiembre en Merlí y nos encantó. Me acuerdo que teníamos que dar un seminario para una empresa y nos tocó ver la serie para explicarla. Nos pareció un actor excepcional. Tenía 17 ó 18 años", destacó la guionista. Y aquí, otro interesante giro del destino. Baró, quien interpretó en la serie catalana al versátil Joan Capdevila Bonet, en realidad iba a ser el protagonista: Bruno. "Por ese entonces buscaba adolescentes para su historia y me ofreció interpretar a Bruno, el hijo de Merlí Bergeron (Francesc Orella). Hice la prueba para ese rol y hasta colaboré como tal en los castings de Pol Rubio (Carlos Cuevas) y Tània Illa (Elisabet Casanovas), los personajes más cercanos en la trama", reconoció el catalán.
"Con el elenco definido y a días de comenzar las grabaciones, nos citaron a todos en una gran escena. Allí, tras los ensayos de los primeros guiones, dispusieron un cambio de roles entre el mío y el de David Solans: yo serían Joan y él sería Bruno". La decisión no le gustó nada al catalán. "En un primer momento, cogí los libros para saber de qué iba Joan. Primera página, nada. Segunda, tampoco. En la tercera, de repente una frase. ¡Hostias! He pasado de ser el hijo del protagonista a tan sólo una línea. Entonces, ante mi comentario, Lozano me dijo: 'Tranquilo, Albert. Joan es uno de los mejores personajes que he escrito. Ya lo verás".
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El cambio, aunque en ese momento le pesó, fue clave a la hora de su ingreso a ATAV. "Cuando lo vimos en Merlí nos pareció excepcional. No es ni siquiera el protagonista, pero tiene primero una línea romántica, después se vuelve un tipo muy celoso y oscuro; después medio drogadicto. Lo vimos actuar muchas facetas distintas y decíamos: 'Este chico tiene pasta de galán, de protagonista'", advirtió Aguirre. La apuesta fue fuerte. "Traerlo fue un riesgo".
¿Por qué lo eligieron a Baró? "La mirada, te conmovía y al mismo tiempo te daba miedo. No puedo poner una historia que está articulada con una venganza con un chico que quizás hace muy bien las escenas de amor y es muy tierno, pero cuando lo ves que se va a vengar no le creés nada. Es re difícil encontrar las dos cosas y cuando vimos su transición en Merlí, pensamos tiene las dos".
No podíamos hacerla con todos actores de acá, que ninguno fuese extranjero de verdad"
Con Baró confirmado como el cuarto protagonista, Suar puso en marcha el rodaje. Y eso tampoco resultó fácil. "No podíamos hacerla con todos actores de acá, que ninguno fuese extranjero de verdad. Sin los cromas, sin recrear el puerto; sin recrear Buenos Aires en esa época. No podemos hacer ni una escena en calle, que es lo más barato siempre, porque no tenés ni una sola calle en Buenos Aires que esté preservada y sea de esa época. Te tenés que ir a San Antonio de Areco para poner que un personaje cruza (la calle). Y si necesitás un extra, para que no nos quede la calle vacía y rara, a ese actor hay que llevarlo a vestuario, maquillaje".
Si bien se recreó un pequeño barrio en los estudios Baries, ubicados en Don Torcuato, la dinámica del guión demanda otras locaciones. "Hay que tener en cuenta que cada vez que les pido un hospital o una escuela de esgrima todas tienen que ser de 1938. Es muy difícil", precisó la guionista. ¿Cuánto cuesta producir cada uno de los capítulos? Cuando arrancaron, el costo era de dos millones de pesos. Hoy, ya ni se calcula.