25 Marzo de 2019 12:07
Es una de las principales teorías conspirativas y, por increíble que parezca, sobrevivió ya medio siglo, infinidad de discos, de conciertos y de entrevistas. “Paul McCartney está muerto”, dicen los que creen en ella. El autor de alrededor de la mitad de las canciones de Los Beatles ya no está entre nosotros. ¿Quién es, entonces, el hombre que ocupa su lugar? Muy sencillo. Un doble.
Los rumores acerca de la muerte de McCartney comenzaron el 12 de octubre de 1969, cuando un hombre llamó a Russ Gibb, disc jockey local de la emisora WKNR-FM en Dearborn (estado de Míchigan, en Estados Unidos), que se identificó como Tom, estudiante de la Universidad del Este de Míchigan y anunció que Paul McCartney habría muerto.
"Tom" sugirió a Gibb que reprodujese el tema «Revolution 9» (del llamado “Álbum Blanco”) en sentido inverso como prueba de sus afirmaciones, y al hacerlo, el locutor escuchó la frase “Turn me on, dead man”. Los Beatles habían sido una de las primeras bandas en experimentar con cintas invertidas desde su disco “Revolver”, de modo que este juego y un oyente imaginativo incentivaron un mito que tiene hoy casi medio siglo.
Dos días después, el 14 de octubre, el periódico Michigan Daily publicó el artículo «McCartney está muerto: Nuevas pruebas salen a la luz», escrito por Fred LaBour y John Gray, también estudiantes de la Universidad de Míchigan. Se trataba de una interpretación de lo que se veía en la portada del álbum Abbey Road: Paul cruza la calle descalzo, mientras sus compañeros están calzados. Para los creyentes en las teorías conspirativas, era una prueba irrefutable de que el Beatle estaba muerto.
Gibb empezó a producir Complot Beatle, un programa radiofónico de una hora dedicado al rumor. El programa se transmitió en la WKNR-FM desde finales de 1969 y fue retransmitido durante años en la radio de Detroit.
Hacia agosto de 1968, Terry Knight, un DJ y cantante de Detroit, entonces bajo contrato con Capitol Records, estuvo presente en la sesión de grabación del Álbum blanco el día en que el baterista Ringo Starr abandonó el estudio. En mayo de 1969, Knight publicó una canción titulada «Saint Paul», en la que hablaba de una supuesta inminente separación del grupo. A fines de junio, el tema alcanzó el puesto 114 en la lista estadounidense de éxitos Bubbling Under Hot 100.
En el otoño de 1969, Gibb difundió su tema por radio como un tributo al «fallecido» Paul McCartney. El rumor cobró fuerza cuando Ruby Yonge, un disc jockey nocturno de la radio emisora de éxitos WABC (ubicada en Nueva York) comentó la leyenda de la “muerte oculta” de McCartney en la transmisión del 21 de octubre de 1969. Con esto bastó para que Yonge fuera despedido inmediatamente y su emisión, suspendida. Muy pronto, medios estadounidenses e internacionales retomaron la historia y la Beatlemanía sumó una nueva leyenda, disparatada, pero divertida. Por supuesto, el propio Paul se tomó con humor la historia y nunca le dio demasiada importancia. Hace ya medio siglo que él (o su doble) conviven con ella.