Atrapada entre el narcisismo y el complejo de inseguridad. Juana Viale se posicionó en los medios como la rebelde del clan Legrand-Tinayre. Sin embargo, la nieta de la Chiqui no titubea a la hora de usar su apellido para hacerse de acelerados protagónicos o invitaciones especiales a los Martín Fierro, evento al que asistió de modo religioso pese a que sólo fue nominada una vez. ¿Qué esconden las contradicciones de la chica que quiere ser actriz, pero denosta a los medios?
En un intento por explicar y entender los contradictorios mensajes de Juanita, BigBang consultó a la psicóloga Beatriz Goldberg, quien elaboró un perfil psicológico a partir de las apariciones públicas de la nieta de Legrand.
LA RELACIÓN CON MIRTHA: DEL ODIO A LA ADMIRACIÓN
“Viale intenta diferenciarse de Mirtha desde que tiene uso de razón. Desafía las normas de la coquetería femenina, expone, consciente o inconscientemente, fisuras íntimas a los medios y hasta cuestiona cada vez que puede el estilo mediático de su abuela. Pero ninguna de sus críticas pudo salvarla de aceptar en julio de 2014 un polémico reemplazo en el ciclo de los almuerzos televisivos”, opinó la psicóloga.
“A diferencia de su madre (Marcela Tinayre), quien nunca renegó de las puertas que le abrió el vínculo con Mirtha, Juana hizo de esas diferencias una marca casi personal. Pero con el paso del tiempo, sus posturas entraron en contradicción: por un lado dice que no quiere que la tilden de la 'nieta de', pero por el otro quiere tener el lugar de poder de Mirtha, su influencia en los medios. Sabe que lo tiene, en cierta medida, por su vínculo, pero le gustaría que la miren por quién es ella, como le sucede a su abuela”, examinó la psicóloga, y remató: “El problema de Juanita es quiere ser Mirtha, pero no le da, al menos en términos intelectuales”.
De la adolescencia rebelde a sus ganas de ser actriz
Juana debió abandonar su perfil “parco” cuando decidió seguir los pasos familiares y desembarcar en el mundo de la actuación. “De chica sufrió mucho la exposición a la que fue sometida, porque no era ella quien podía controlar los términos y condiciones. Pero todo cambió cuando se lanzó como actriz, porque necesitaba entrar al medio desde otro lugar. En principio para posicionarse como artista, pero también para separarse de su abuela y poder construir algo propio. Y esa es la gran ambivalencia que la acompaña hasta el presente: disfruta la coronita con la que nació, pero necesita demostrarse que puede hacer las cosas sola”, explicó Goldberg.
“Ella cree que es buena actriz, aunque sabe que tiene que trabajar algunas cosas. Su conflicto no pasa por la capacidad, sino porque tiene un problema de autoestima, en el fondo no se la cree tanto. Se ve que tiene una gran exigencia personal, muchas inseguridades y una fuerte presión familiar. Quiere que se hable de ella, pero que se hable bien. Lo que le molesta es la crítica”, analizó, en alusión a los constantes escándalos mediáticos vinculados a la actriz.
EL CAPÍTULO LOUSTEAU: ¿LE FALLÓ EL INCONSCIENTE?
La tapa de Paparazzi en la que se la ve a los besos con Lousteau y embarazada.
En abril de 2011, cuando atravesaba el sexto mes de su tercer embarazo, Juana fue capturada a los besos con Martín Lousteau. La nieta de la Chiqui, seguía en pareja con Gonzalo Valenzuela, se mostró en la vía pública junto al ex funcionario kirchnerista. “Juana tiene clarísimo que es una figura pública y que está expuesta a que le saquen esas fotos. No haber tomado ningún tipo de recaudo habla de una necesidad inconsciente de figurar y ser noticia”, explicó Goldberg.
SU ROL COMO MADRE Y MUJER
Juana y Gonzalo Valenzuela estuvieron juntos nueve años. Se separaron en varias oportunidades.
Pese al imaginario popular, su vida amorosa incluye pocos hombres blanqueados aunque, claro, todos famosos. Iván de Pineda, Juan de Benedictis (padre de su hija, Ambar) y Tomás Fonzi pasaron rápido por la vida de Juana, mientras que Gonzalo Valenzuela se convirtió en el hombre con el que “sentó cabeza”. O al menos, eso intentó. “Se nota que le cuesta mucho mantener una relación a largo plazo porque es un poco narcisa, como cualquier actriz. Como mamá también tiene sus cosas, hace una vida muy adolescente”, cuestionó.