Después de que Wanda Nara anunciara el sábado por la tarde de forma intempestiva su separación de Mauro Icardi, el delantero del Paris Saint Germain decidió apelar a una de las medidas más recomendadas durante la pandemia: el lavado de manos.
Además de haber viajado a reencontrarse con su mujer en Milán luego de que descubriera los mensajes con Eugenia "la China" Suárez, el futbolista controló durante ese fin de semana de forma remota el teléfono de su todavía mujer, borrándole posteos, historias y controlando sus movimientos.
Pero eso no es todo. De acuerdo a lo que confirmado con Yanina Latorre, quien mantiene durante el "Icardi-Gate" un diálogo permanente con la empresaria, el deportista la habría hasta amenazado con dejar su carrera futbolística si se separaban. Dato no menor: Wanda no sólo es su representante, sino que además es quien debe encargarse de que el joven de 28 años cumpla con todos sus contratos firmados.
El martes, mientras el escándalo estallaba en las principales portadas de la mayoría de los medios internacionales, Icardi dio un paso más y "confirmó" la reconciliación en Instagram, sin el consentimiento de Wanda. "Gracias mi amor por seguir confiando en esta familia hermosa, gracias por ser el motor de nuestras vidas. Te amo", escribió.
La empresaria tardó un día en descartar la teoría de la reconciliación, con un audio en el que se quebró al hablar del presente con el padre de sus dos hijas menores: Francesca e Isabella. "Wanda está llorando por todas las cosas que se están diciendo, por los periodistas que dicen que ella lo hace (a Mauro) subir fotos y posteos. Ella lo que me dijo fue: 'Yo no lo hago subir nada'", aseguró la panelista de Los ángeles de la mañana.
"Está quebrada. Ella no quiere que él suba posteos, no quiere que le hable. Está con un amigo, que entiendo que es Kennys (su peluquero personal). Habla muy bajito. Ella me dijo así: 'Estoy viviendo un infierno. Él me traicionó y yo no puedo con esto'", sumó Latorre.
Sin reconciliación a la vista, Icardi volvió a machirulearla después de que la "China" hiciera su propio descargo en Instagram, revelando que fue él quien inició el affaire (hasta ahora virtual) y deslizó que el deportista le había mentido en torno al verdadero estado de su matrimonio con Wanda.
“Me ha tocado relacionarme con hombres a los que les he creído siempre sus palabras: que estaban separados o separándose y que no había conflictos. Siento en esta situación un deja vu infernal, donde vuelvo a pagar con mi reputación cuestiones que son del dominio personal de cualquier mujer”, disparó desde sus historias la ex Casi Ángeles.
En su descargo, Suárez no sólo habló de la violencia mediática que sufrió por la cobertura del caso, sino que además cuestionó la reacción de Wanda, quien en ningún momento apuntó contra su marido, pero sí se refirió a la "China" con términos despectivos como "zorra" y "putita".
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“Parece que es más creíble para esta sociedad, sabiendo cómo se manejan ellos siempre, que yo sea la mala, la que engaña y la engañada. Y también parece que es más fácil para una muer pegarme a mí, para descargar. El costo de sostener la imagen de una familia feliz lo pago yo, no el hombre que fue irracional o tuvo un desliz. En ese precio todos quedan bien parados”, analizó la actriz.
La última machiruleada de Icardi tuvo lugar después del duro descargo de la "China", dejando que sea Wanda quien saliera al cruce con un filoso posteo en el que le espetó a su "ex amiga": "De mi familia me encargo yo. De las putitas, la vida misma".
¿Qué dijo Icardi? Absolutamente nada. En las últimas horas, el deportista no sólo no se hizo cargo de haber sido uno de los participantes activos de la infidelidad, sino que además publicó una foto junto a Wanda con un mensaje fuerte: en el centro de la imagen, dos tatuajes llevan los nombres de sus hijas.