En febrero de este año, cuando los hermanitos argentinos aún disfrutaban de la pileta de la casa de Gran Hermano, del otro lado de la Cordillera los chilenos ya comenzaban a hacer fila para participar del casting de la primera edición del reality que tendrá lugar en el país vecino. Para ese entonces, Chilevisión ya había firmado el jugoso contrato en dólares con Telefe para alquilar la técnica y la casona del programa. Y es que, mal que mal, la mansión de Martínez es la más grandes de todas las ediciones de América Latina.
Con la técnica y la locación resuelta, los productores de la edición trasandina del reality se abocaron a buscar a los 18 participantes que en los próximos días pelearán entre sí para ganarse los 25 millones de pesos chilenos que hay en disputa. ¿Datito de color? El ganador se llevará el equivalente a $7.380.260 argentinos, menos de la mitad de los 15 millones que en marzo de este año se llevó Marcos Ginocchio.
Pero el premio no es lo único que diferencia a la edición que condujo Santiago del Moro con la que llevará adelante desde Santiago de Chile Diana Bolocco (hermana de Cecilia). Hay que reconocer que los hermanitos argentinos disfrutaron de un beneficio que les fue negado a los chilenos: el poder tener sábanas, acolchados y sillones nuevos.
Es que la producción chilena no invirtió ni siquiera en mantas y los participantes deberán dormir bajo las mismas colchas en las que Thiago y Daniela hacían de las suyas.
Eso no es todo. Los "chilhermanitos" también deberán sentarse en los mismos sillones en los que día a día cenaban y almorzaban los argentinos. Habrá que ver si alguno se aviva y se da cuenta del regalito escatológico que Julieta Poggio les dejó antes de abandonar la casa, pues la producción del país vecino tampoco invirtió siquiera en retapizados.
Otro de los detalles que no pasó inadvertido en redes fue la decisión de mantener el sillón rojo del famoso confesionario. Ahí tampoco invirtieron siquiera en retapizarlo o ponerle una entidad propia a la primera edición del reality que disfrutarán nuestros hermanos chilenos.
La heladera que usarán los nuevos participantes será exactamente la misma que tanto custidió Alfa. Y si bien aún la producción no mostró la vajilla, lo cierto es que por lo poco que se pudo ver del living (en donde mantuvieron hasta la lámpara y los adornos de las bibliotecas) todo indica que los chilenos compartirán incluso los platos y cubiertos con los argentinos.