El año 2022 no arrancó bien para Tristán Díaz Ocampo, quien desde hace ya algunos años padece problemas neurológicos que fueron deteriorando su salud. El humorista había sufrido durante diciembre de 2019 un accidente que le provocó la fractura de la cadera y que le provocó la internación en el sanatorio de La Providencia. Según había contado su hijo Federico, el capocómico de 84 años se encontraba en una óptica frente al Hospital Alemán con sus amigos, intentó levantarse de una silla, trastabilló y se cayó. Sin embargo, tras la lesión y posterior operación nada volvió a ser lo mismo para Tristán.
Luego de estar en observación y con cuidados intensivos, el humorista tuvo que comenzar una ardua rehabilitación para esta lesión que le trajo varios efectos colaterales. Sumado a esto, en febrero del año pasado sufrió un paro cardiorrespiratorio y. desde entonces, su salud es sumamente delicada. El humorista estuvo internado en terapia intensiva, luego de que los médicos tuvieran que realizarle maniobras de resucitación para reanimarlo. De acuerdo con Federico, en aquella ocasión el corazón de Tristán había dejado "de bombear" y le tuvieron que hacer electroshock para poder resucitarlo. Actualmente se encuentra en un centro de rehabilitación, cuyo valor se hace insostenible para su familia.
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Esto se debe a que la Obra Social de Actores dejó de brindarle prestaciones, razón por la cual los hijos del actor se están haciendo cargo de todos los gastos. “Mi papá está ahora en un centro de rehabilitación desde hace tres años, el cual lo venimos pagando junto a mis hermanos. Es un monto muy elevado. Cincuenta y seis mil pesos, más medicamentos, más pañales, más apósitos, más lo que pueda necesitar. Es muy difícil que la obra social se haga cargo. Lo dejaron en banda en el peor momento, porque la operación de la cadera salió bien, pero mi papá tiene 84 años, está bien, está vivo, pero a mí me hubiera gustado que siguiera caminando", reveló Federico.
El hijo del actor estuvo como invitado al programa A la tarde, el ciclo que conduce Karina Mazzocco por América, donde resaltó que los gastos que están afrontando, tanto él como sus hermanos, para que su padre esté internado en el centro de rehabilitación se suman a los del mantenimiento del departamento donde vivía Tristán, en Buenos Aires, en el barrio porteño de Recoleta. "Son 40.000 pesos sólo de expensas. Y con mis hermanos lo estamos cubriendo, pero hoy por hoy, se le hace difícil vivir a cualquiera...", contó el hijo de Tristán y aclaró que no puede vender el inmueble porque su padre tiene problemas neurológicos y no está en condiciones de hacer los trámites indicados.
Finalmente, resaltó que en total invierten más de 100 mil pesos en los cuidados y en todo lo que refiere a su padre. El humorista padece delicados problemas neurológicos que, en consecuencia, le trajeron pérdidas de memoria, desde nombres hasta recuerdos. Actualmente, se encontraba internado en un geriátrico de la ciudad de Córdoba y estaba siendo acompañado por su hija Victoria, de profesión médica y radicada allá, cuando sufrió el paro cardiorrespiratorio. Ella se ocupa de toda la atención del artista, quien habría sido diagnosticado con Alzheimer, el cual le provoca que ya no recuerde algunos nombres de su círculo íntimo, como el de sus cuatro hijos: Federico Victoria, Mariano y Hernán.
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Tristán ya había manifestado problemas motores para desplazarse y de memoria durante su última temporada teatral, en mayo de 2019, en la localidad de Termas de Río Hondo, ciudad de Santiago del Estero. Allí, el productor, Sergio Maselli, lo ayudaba a trasladarse desde el hotel hasta el teatro y a repasar la letra que -a pesar de su trayectoria- se le olvidaba reiteradamente.Al subir al escenario, Tristán hacía dos monólogos puntualmente: "El catedrático" y "El boxeador"; pero frecuentemente se olvidaba de la letra o perdía el conocimiento real del lugar donde se encontraba, lo que generaba que su hijo Federico saliera a escena e interpretara, guitarra en mano, un par de temas para desviar la atención del público. Pero a pesar de esto, el cómico cumplió con cada una de las funciones programadas.