21 Abril de 2016 14:39
Fue un show paradójico. La música que se escuchó fue gloriosa, pero la gente se fue enojadísima, cantando "El negro nos cagó". Sucedió el 21 de enero de 1991, en un estadio de River que quedó un poco grande para los 25.000 presentes. Prince cantó nueve temas (¿sólo nueve? Es una manera de verlo: porque hubo algunos medley de varios temas) y se fue a su casa. El show duró apenas 77 minutos. Si Prince hubiera tocado tres temas más, habría sido de lo mejor que nos pasó en la vida. Como no lo hizo, quedó sabor a poco. Pero a la vez era... ¡Prince! en uno de los grandes momentos de su carrera.
Prince en 1991, unos meses después de su polémico show en River.
El paso del tiempo tiende a simplificar los hechos y a convertirlos en una leyenda urbana. En esta redacción, sin ir más lejos, escuché: "Fue medio como lo de Justin Bieber, tocó 40 minutos y se fue al carajo..". No, no fue como lo de Justin Bieber. Fue un show extraño, con mucho de hip hop, largos pasajes instrumentales y no todo lo hitero que el público esperaba. Fue un show de los que usualmente se hacen llamar "para músicos", pero ante una multitud.
Daniel Grinbank informó que había suspendido una recepción para el músico, se quejó de la falta de respeto al público, etc. Buscaba deslindar responsabilidades y que la gente no se la agarrara con él. Algunos medios especularon con el supuesto contenido del contrato: que Prince había firmado por apenas una hora, que bla bla bla. Nada de eso era cierto.
Esa misma noche, Prince fue a bailar a la discoteca La Casona, de Lanús. Más de un testigo asegura que persiguió a una chica y que la chica que le gustaba lo rechazó, tal vez porque se había enterado de lo ocurrido en River, tal vez porque no le interesaba el señor que la estaba cortejando.
Subió al escenario, dijo My name is Prince y desató el delirio. Lo mejor del show fueron tres temas: Purple Rain, desde luego; Take Me With U enganchado con Alphabet St.- y una versión de Nothing Compares 2U, el tema que hiciera famoso Sinead O'Connor, para la cual se sentó en el piano a tocar la introducción. Fue un gran momento para los presentes porque a) todo el mundo conocía el tema y a la vez b) nadie esperaba que lo tocara.
Spinetta en 1991, fascinado con el músico de Minneapolis.
¿Por qué terminó antes de lo previsto? ¿Qué problema tuvo? ¿Qué se le cruzó por la cabeza? Jamás lo sabremos. Fue un show interruptus y esa fue la sensación ingrata que nos llevamos quienes estuvimos en River. Con tres temas más no hubiera habido objeción posible. Sin ellos, algo faltó para el éxtasis.
Charly en 1991, el año en que vio a Prince.
Entre el público estuvieron Luis Alberto Spinetta (que también había estado presente en la prueba de sonido) y Charly García. Los dos estaban fascinados.
"A mí me deslumbró. Lo que hizo en escena fue impecable
"Prince es un músico avanzado. Pude comprobarlo en la prueba de sonido, sin una persona en el estadio, y me volví loco. Quizá a mucha gente se le haga incomprensible su música, pero a mí me deslumbró. Es cierto que el tiempo se pasó volando pero no se lo puede condenar o gritarle cosas absurdas. Lo que hizo en escena fue impecable y más bien que lo hubiera escuchado varias horas más, pero no era para gritarle esas barbaridades", dijo Spinetta al Suplemento Sí, de Clarín.
"El es el mejor músico del mundo
"No me parece nada nuevo; hace rato que lo conozco. Que haya tocado en Buenos Aires me parece un milagro. Para mí no fue corto, si seguía me desmayaba. Fue demasiado, para muestra basta un botón. El es un verdadero transgresor, se puede tomar atribuciones de cualquier tipo. Yo tenía miedo, soy fanático de Prince. Él es el mejor músico del mundo. El que hable mal de Prince se las va a tener que ver conmigo. Yo me acerqué a uno de su gorilas y le expresé mi agradecimiento en nombre de todo el pueblo argentino", dijo Charly García.
Meses después, Prince grabó Diamonds And Pearls, uno de los mejores discos de su carrera. El enojo con la productora y con el público hicieron que por largo tiempo fuera desterrado de la agenda de los promotores argentinos de espectáculos. Recién en agosto de 2011, más de 20 años después, se habló de un posible regreso al país. No pudo ser.