"Ser actriz es un hecho suicida", así califica Esmeralda Mitre a su elección de vida, la que la llevó a protagonizar por estos días la obra La reunificación de las dos Coreas en el Teatro San Martín.
"Tomo un estabilizador emocional justamente porque soy artista, y los artistas tienden a tener picos de sensibilidades. El día que decidí tomar fue porque era una persona tan sensible que avanzaba en la vida con mucho esfuerzo, y un día una pavada me generaba un retroceso", relató la rubia en una entrevista a la revista Gente.
Esmeralda es aficionada al psicoanálisis.
Pero además de la medicación Mitre admite ser una persona que se psicoanaliza mucho y que probó todo tipo de terapias como la bionergética y constelaciones, además de concurrir a un médico psiquiatra.
Precisamente, su psiquiatra es muy importante para ella. "Me salvó la vida", confesó. "Me dijo: 'No sos una persona que necesite medicación, pero voy a atender a tu pedido para que puedas hacer foco'. Yo justo empezaba con mi personaje Ofelia, que me cambió la vida; estaba muy estresada. Soy alguien que trata de ver sus errores y de modificarlos. Por eso sufro: porque los veo. No existe evolución sin dolor, ni éxito sin fracaso. Creo mucho en el fracaso".
La rubia es parte del elenco La reunificación de las dos Coreas.
El detonante por el cual comenzó a psicoanalizarse ocurrió a sus 15 años cuando se divorciaron sus padres Bartolomé Mitre y Blanca Alvarez de Toledo.
"Estuve ocho años con el mismo psicoanalista, tres veces por semana haciendo diván. Me enamoré de él, porque existe la transferencia. Y después, un día me di cuenta de que él también se había enamorado, que es la contratransferencia. Cuando sentí eso me fui. Lo solté, por sanidad", recordó.