31 Octubre de 2016 07:00
Mononucleosis, paperas o anginas. Luisana Lopilato debió viajar de urgencia desde Buenos Aires a Canadá para atender a su hijo mayor, Noah (3). El pequeño presentó un cuadro de elevada fiebre que los médicos argentinos no pudieron explicar y, desesperada, la rubia hizo las valijas y decidió hacerlo ver en Los Ángeles, Estados Unidos.
Lopilato viajó a Canadá para ver si los médicos podían explicar la fiebre de su hijo mayor.
Aunque desde el entorno de la actriz intentaron restarle importancia al asunto, su círculo reconoció: “Es inevitable preocuparse cuando pasan estas cosas, pero la situación no es grave”. Así, más tranquila, la actriz se reencontró con su marido, Michael Bublé, al que no veía desde hacía un mes por sus agendas profesionales.
Noah tiene tres años y ya fue sometido a cuatro cirugías con anestesia total.
“Creía que Noah tenía paperas o mononucleosis, finalmente se trataba de anginas”, reconoció Javier Furgang, representante de la actriz, quien además sumó: “El viaje de Luciana estaba planificado porque tenía seis días libres en el rodaje de la película (Los que aman, odian) y se fue a encontrar con Bublé, a quién no veía desde hace un mes”.
Nada como organizarse bien para poder con todo #supermamá #missyoumike
Este fue el segundo gran susto de la actriz y el canadiense. En junio del año pasado, el primogénito de la pareja debió ser internado en el Hospital Alemán porque se había quemado el seis por ciento de su cuerpo con agua hervida. Estuvo dos semanas internado y debió ser sometido a cuatro cirugías bajo anestesia total.
“Muchas veces me pregunto: ¿por qué pasó esto? Pero era algo inevitable. Él se subió a la cubierta de la cocina en un segundo y se tiró encima agua caliente”, reveló la actriz, quien minutos antes del accidente doméstico había dejado preparado todo para tomar un té.
Feliz día de la madre !! Happy Mother's Day @luisanalopilato !! #myhero #bestmommy #bestfriend
Bublé, quien se encontraba de gira, viajó de urgencia al país para acompañar a su por entonces único hijo. “
En un punto los doctores me dijeron que podía darse la necesidad de hacerle injertos de piel, por suerte él comenzó a
curarse
por sí mismo poco a poco”, sumó, al tiempo que relató: “Por un largo tiempo tuvo que usar vendas elásticas que le apretaban mucho para que no le quedaran cicatrices. Le dolían mucho las curaciones”.
