"¿Quién te creés que sos?". La Corona británica vive uno de sus momentos más tensos. En efecto, los jóvenes "royals" se aliaron en contra del príncipe William, segundo en línea de sucesión al trono. La furia de Harry, la alianza con sus primas -las princesas Beatrice y Eugenie-, el escándalo por pedofilia que enchastra al príncipe Andrew y el detrás de escena de la interna que preocupa a la Reina. "Si esto sigue así, nada va a quedar en pie", advierten con preocupación los tabloides británicos.
El príncipe William es, en efecto, el segundo en línea de sucesión al trono británico. Aunque será su padre, el príncipe Carlos, quien suceda a la reina Elizabeth II; lo cierto es que el "futuro de la monarquía" quedará en manos del primogénito de Lady Di y esa decisión la tomó años atrás la propia Reina. "El reinado de Carlos, por edad, será breve. Atenta a eso, la Reina decidió sumar a William de un tiempo a esta parte a las decisiones a tomar de cara a la eventual transición", precisaron fuentes del Palacio de Buckingham.
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"La Reina confía en William y en Kate (Middleton). Ellos son el futuro de la monarquía y por eso sigue muy de cerca cada uno de los movimientos de los duques. La acompaña mucho a Kate, quien se está preparando para ser la nueva reina de Inglaterra. En estos momentos, la palabra de William es casi la única que escucha la Reina", reconocen. El poder del hijo de Lady Di creció de modo intempestivo en los últimos años, en especial después del nacimiento de su segunda hija, la princesa Charlotte.
Ese fue el momento en el que William y Kate dejaron de "disfrutar" de estar en las segundas líneas, para convertirse en el rostro visible de la Familia Real a pedido de la Corona. Por ese entonces, era un equipo de tres. Y es que la Reina hizo especial hincapié en su deseo de que Harry formara parte de la denominada renovación. El equipo fue bautizado por la prensa como "los poderosos tres" y desató la primera de las internas que hoy enfrenta William: la furia de las princesas Beatrice y Eugenie.
En efecto, William tomó la misma postura que años atrás enfrentó al príncipe Carlos con su hermano, Andrew: "Hay que reducir la Familia Real". La Reina tiene ocho nietos, pero sólo los rostros de William, Harry, Beatrice y Eugenie son los que el público reconoce al instante. ¿El motivo? Peter y Zara (los hijos de la princesa Anne) fueron criados sin el título de alteza real a pedido de sus padres, motivo por el cual participan de muy pocos actos oficiales y no cobran un centavo de las arcas de la Corona. Louis y James, los hijos del hijo menor de la Reina (Edward) son muy chicos y sus padres también decidieron mantenerlos alejados del público.
"El único de los cuatro hijos de la Reina que peleó para que sus hijas tuvieran protagonismo fue Andrew. Su obsesión era que las princesas recibieran la misma atención que sus primos mayores. Luchó por eso durante años y tuvo la resistencia de su hermano, Carlos, quien sostiene que la única forma que tiene la Familia Real de sobrevivir es reducir los gastos y, en consecuencia, los números de los representantes de la Corona", reconocen. William coincide con su padre y, desde que su abuela le dio más poder, no hizo otra cosa que intentar minimizar la participación de sus primas en los actos y ceremonias protocolares.
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Hasta hace poco más de dos años, William tenía un aliado muy fuerte: su hermano, el príncipe Harry. Sin embargo, todo cambió cuando el hijo menor de Lady Di hizo público su noviazgo con la por entonces actriz estadounidense Meghan Markle. La relación no tuvo la bendición de William y ese fue el disparador de la pelea que hoy los mantiene más alejados que nunca. "William le dijo que estaba preocupado por la velocidad con la que había blanqueado su relación y que tenía dudas de las intenciones de Meghan, a quien consideraba una oportunista. A Harry no le cayó nada bien la posición de su hermano y le dejó en claro que, llegado el caso, se casaría sin importarle qué pensara él".
En ese momento, fue la propia Reina quien intercedió a favor de su nieto favorito. "Harry sufrió mucho la muerte de su madre y cuando cumplió 25 años estuvo a punto de renunciar a su título. La Reina hizo lo imposible para que no abandonara la familia y entendía que si se oponía a la relación con Meghan ese desenlace era inevitable". Con el apoyo de la monarca, Harry no sólo le cantó retruco a su hermano al seguir con la relación, sino que además anunció a los pocos meses su compromiso con Meghan.
"En ese momento, William entendió que podía perder a su hermano si seguía oponiéndose. Fue Kate la que se encargó de hacérselo entender y la que tendió los primeros puentes para que haya armonía. Pero después del casamiento de Meghan y Harry todo cambió. Cuando los duques de Sussex comenzaron a querer 'poner su impronta' en la Corona, William se enfureció. Harry se negó a seguir las directivas de su hermano y se amparó en su abuela. Ahora llegaron al punto de ni siquiera hablarse y eso lo reconoció Harry en su última entrevista".
El documental en el que Harry confirmó la distancia con William también causó revuelo en el resto de la familia. "Meghan se quejó públicamente de la falta de apoyo que recibió por parte de la familia de su marido y se especuló mucho con la posibilidad de que la pareja renunciara a sus respectivos títulos y se instalara en Estados Unidos con Archie". El plan de Harry es público y es el miedo mayor que hoy tiene la Reina, quien tiene que lidiar además con el escándalo sexual por pedofilia en el que se vio involucrado su hijo Andrew.
"William y Carlos le dijeron a la Reina que lo mejor era que Andrew diera un paso al costado. La Reina entendió que tenía poner el deber antes que la familia y fue ella quien lo citó al Palacio para pedirle que renunciara a la vida pública", reconocen. El escándalo afectó de modo directo a las hijas de Andrew, en especial a la princesa Beatrice, quien había anunciado su compromiso semanas antes de que estallara el escándalo. "William fue por más y tensó la relación con su prima al sugerir, tal como lo hizo con la boda de Eugenie, que fuera ella quien costeara los gastos; teniendo en cuenta lo que había sucedido con su padre".
Cansados de la "doctrina William", Harry, Beatrice y Eugenie unieron fuerzas contra el heredero al trono. "Harry se reencontró con sus primas después de lo que sucedió con Andrew y los tres coincidieron en que William estaba queriendo controlar demasiado sus vidas", advierten. "Las princesas decidieron mantener su posición real y participaron en el detrás de escena de la lamentable entrevista que Andrew le dio a la BBC. Su postura es clara: son princesas y lo serán hasta el día de su muerte. Harry las apoya, aunque en su cabeza el plan es otro: lo único que quiere es alejarse con Meghan y Archie".
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Comenzaron su romance en secreto a mediados del 2016. Los presentó una amiga en común y tuvieron su primera cita "a ciegas". Blanquearon su relación en septiembre del 2017 en un evento de caridad en Toronto. Anunciaron su compromiso sólo un mes después. La boda tuvo lugar el 19 de mayo de 2018. Su primer hijo, Archie Harrison, nació en abril del 2019.
“¡Con él no te casás!”: revelan por qué las primas de William los detestan a él y a Kate Middleton
Después de ocho años de un turbulento noviazgo con el Príncipe William y de soportar las duras críticas de los ingleses por no “desarrollar una carrera profesional y sólo esperar a que le propongan casamiento”, Kate Middleton pensó que lo peor había pasado cuando el 29 de abril de 2011 dijo finalmente “sí, quiero” en la Abadía de Westminster. Lo que no imaginaba la “plebeya” era que su desembarco en la casa de Windsor sería aún más complejo: la interna con las “princesas de sangre”, su enfrentamiento constante con la Reina Isabel y la decisión de William que la dejó en jaque.
Mientras ultimaba los detalles de su casamiento con Kate, William recibió el llamado de su abuela, la reina. Levantó el teléfono y escuchó el pedido de la Monarca: tenían que encontrarse lo antes posible en el Palacio de Buckingham. Desde el entorno del futuro rey aseguran que pensó que se trataba de una reunión para discutir algunos detalles con respecto a su boda, pero el motivo era otro: el eventual matrimonio de la princesa Beatrice, prima directa de William.
"Siempre hubo una muy buena relación entre los cuatro primos, en especial porque Diana se llevaba muy bien con Fergie. Así que solían pasar mucho tiempo juntos, en especial durante las vacaciones", precisan desde el entorno de los príncipes. Pero todo cambió. La relación primero se enfrió después de los escándalos que protagonizó la madre de Beatrice y Eugenie. Luego, con el correr de los años, todos debieron asumir un rol más protagónico con respecto a sus roles reales y los "aires de grandeza" de William resultaron intolerables para algunos miembros de la familia real extendida.
Ese día, William llegó al Palacio y se encontró con su abuela. "La Reina le comunicó la intención de Beatrice de casarse con Dave Clark". Por ese entonces, llevaban ya cuatro años de novios y eran, antes de que estallara en los medios la relación de Kate y William, la pareja más buscada por los medios. "El problema se desató porque, de acuerdo a la tradición, cualquier miembro de la Familia Real debe pedirle permiso a la Reina para poder casarse. Esto cambia una vez que se cumplen los 25 años, pero la princesa tenía 23 en ese momento", precisaron.
William dudaba de que Dave pudiera llevar adelante su rol como eventual futuro miembro de la Familia Real"
"Lo que se sabe es que Beatrice habló con su abuela y le pidió permiso para poder casarse con Dave. Pero, en esa misma comunicación, le dijo que también lo hablara con William, para tener la doble aprobación", advierten los medios ingleses. El problema es que William no toleraba a Dave, le resultaba muy "confianzudo" y dudaba de su capacidad de poder "llevar adelante su rol como eventual futuro miembro de la Familia Real".
Ese fue el motivo por el cual la respuesta de William fue negativa. "La Reina se lo comunicó a Beatrice y, como es de esperarse, la respuesta no le calló nada bien a la princesa. Desde entonces, la relación con su primo se rompió. Se distanciaron y dejaron de hablarse". Pero eso no fue todo. El gran desaire real que al día de hoy Beatrice no le perdona a su primo es que haya excluido a Dave de la lista de invitados a su boda. "Ella esperaba poder llegar acompañada de su pareja y vivió como una humillación tener que ir con su hermana. Además, tampoco la invitó a Fergie, por lo que fue un notorio desaire".
Así fue el casamiento de William y Kate Middleton
Semanas más tarde, durante la boda de Zara Phillips (hija de la princesa Anne y nieta mayor de la Reina), los cuatro volvieron a encontrarse. Esta vez, Dave sí fue invitado a la boda real. “Dave los trató con mucho aprecio como para demostrarles que no le había importado el desaire”, sostienen. Pero la exclusión del joven de la boda marcó un antes y un después, que dio lugar a una escalada de ofensivas de Beatrice contra Middleton.
La relación entre Beatrice y Dave continuó otros seis años. La pareja se separó en 2016, sólo un año después del nacimiento de la princesa Charlotte, segunda hija de William y Kate. Por ese entonces, Beatrice ya tenía 27 años y no necesitaba la aprobación de la Reina (ni de su primo) para pasar por el altar. "Dave se sintió muy presionado y tuvieron una charla en la que decidieron de mutuo acuerdo que no se casarían. Pero después de eso, ya no quedaba nada por pelear. Dieron por terminada su relación".
La ofensiva contra Kate, algo que William no les perdonó a sus primas
Antes de que estallara el escándalo con Dave, William se sintió traicionado por sus propias primas quienes, de acuerdo a lo consignado por los medios británicos, no recibieron con los brazos abiertos a Kate, ni siquiera cuando era sólo su novia. Pese a que para el establishment inglés Middleton es “sólo una plebeya”, la morocha proviene de una familia que logró construir una abultada fortuna a partir de un negocio de venta de productos para fiestas infantiles. Y, aunque la cuenta bancaria de sus padres le permitió acceder a las mejores instituciones educativas del país, pocos en Buckingham le perdonan a la Duquesa que sus padres hayan sido, antes de convertirse en millonarios, azafatos en la aerolínea británica, British Airways.
Antes del matrimonio de Middleton con el Príncipe, tercero en línea de sucesión al trono, las caras jóvenes y femeninas de la monarquía inglesa eran Beatrice y Eugenie, las hijas del Príncipe Andrés (tercer hijo de la Reina) y de Sara Ferguson, la polémica socialité que supo cultivar una buena relación con la Princesa Diana, pero que fue excluida de la vida de la Corona luego del escandaloso video en el que se la ve cobrando coimas para influenciar a su ex marido.
Mientras su primo se recluía en los muros de la Universidad de San Andrés (la misma en la que conoció a Middleton), las princesas preferidas de la Reina se encargaron de representar a la monarquía en un sinfín de apariciones mediáticas. Todo funcionaba bien en el mundo de los Windsor hasta que aparecieron en 2003 las primeras fotos que confirmaban el flamante romance del heredero al trono con su por entonces ignota compañera de facultad.
Las cámaras olvidaron de inmediato a las princesitas reales y focalizaron toda su atención en la morocha que, durante ocho años, aguardó para que William le propusiera matrimonio. Durante ese tiempo, Middleton fue conociendo de a poco a la familia real y, según trascendió, la mala onda con Beatrice y Eugenie fue desde el inicio.
Ellas alentaron las reiteradas separaciones que tuvieron Kate y William antes de casarse"
“Los medios le empezaron a prestar mucha más atención a una 'plebeya' que no tenía un vínculo concreto con la familia real. Ellas, princesas legítimas, dejaron de importar de un momento a otro. Por eso alentaron muchas de las reiteradas separaciones que tuvieron Kate y William antes de casarse”, reconocieron a la prensa británica desde el entorno de los Windsor.
Pero Kate no se las dejó pasar. La morocha organizó en 2008, durante otra de sus rupturas con William, una fiesta disco para caridad en la que se mostró súper sensual con un micro short que, claro, llamó la atención de su ex, pero le valió la condena de la Reina Isabel. Era el evento del mes para la “alta sociedad británica” y, aunque inicialmente no fue tenida en cuenta, Beatrice recibió a última hora su invitación.
“Nadie le avisó que la idea era que la gente fuera vestida con ropa ochentosa y ella llegó con un vestido elegante, totalmente fuera de lugar. Beatrice la acusó a Kate de no haberle avisado. Hubo muchas lágrimas y gritos esa noche”, suman los medios ingleses.
La intervención de la Reina y su guerra con Kate
Consciente de la interna que creía dentro del Palacio, la Reina decidió tomar cartas en el asunto. En primer lugar y aunque Middleton se convirtió en Duquesa tras su matrimonio con William, obligó a Kate a mantener la protocolar referencia ante las princesas, todavía con un rango superior dentro de la nobleza.
“Fue una forma de ubicarla a Kate en la familia y hacerle entender que, por más que recibe mucha más atención mediática, todavía las Princesas ocupan un lugar más importante dentro de la Familia Real”.
Pero, con el tiempo, la monarca debió sucumbir ante el protocolo. “Pese a que nunca aceptó del todo la relación, la Reina entendió que tenía que empezar a preparar a Kate para la sucesión, por lo que debió sumarla a los compromisos más importantes de su agenda”.
Sólo un año después de la boda, la Reina Isabel cumplió 60 años en el trono y el Reino Unido celebró el “jubileo” de su monarca. “Beatrice y Eugene se sintieron muy desplazadas porque Kate tuvo un protagonismo mucho mayor durante los festejos. De hecho, fue ella quien la acompañó a la Reina a los eventos más importantes y ellas quedaron relegadas en un segundo plano”.
Crítica de la Duquesa, a quien cuestionó en más de una oportunidad por “trabajar poco”, la Reina mantiene desde siempre una relación tensa con Middleton. “Se encargó de cargarle la agenda de eventos porque sentía que Kate no estaba haciendo mucho por la Corona y que prefería dedicarse a sus actividades privadas”.